Las pocas ofertas de la Ronda Colombia 2014 de bloques para exploración y explotación petrolera más la negativa de Ecdopetrol de usar la tecnología Star de Pacific Rubiales oscurecen el panorama para la industria petrolera y son particularmente negativas para el Ministro de Minas y Energía, Amylkar Acosta, justo cuando el Gobierno está cambiando su gabinete puesto que como ministro es el responsable de la política de hidrocarburos.
Amylkar sin estrella
Ayer dos noticias dejaron mal parado al ministro de Minas, Amylkar Acosta. Primero, en la apertura de las propuestas para la Ronda Colombia 2014, la principal apuesta del Estado para mantener el ritmo de la industria petrolera, la participación fue bastante menor que la esperada. Y luego, la junta directiva de Ecopetrol decidió no darle luz verde a Pacific Rubiales para utilizar una tecnología novedosa, con lo que se perdió una esperanza para aumentar las reservas de petróleo utilizables e incrementó las malas noticias para la empresa.
Esas dos noticias oscurecen el panorama para la industria petrolera y son particularmente negativas para Acosta justo cuando el Gobierno está cambiando su gabinete puesto que como ministro es el responsable de la política de hidrocarburos.
El petróleo es clave para mantener el flujo de dólares al país. Como lo explica un informe del Banco de la República, en 2013 el petróleo representó más del 55 por ciento de las exportaciones.
El petróleo también tiene un gran peso en el financiamiento del Estado. Según ese mismo estudio, a través del derecho a un porcentaje de lo explotado, impuestos, regalías y otros cargos, el Estado se queda con un 43 por ciento del precio del petróleo, mientras que otro estudio del Banco Interamericano de Desarrollo muestra que en 2010 el Estado recibió casi 11 billones de pesos (más que todo el presupuesto anual de Bogotá de ese entonces) gracias al petróleo.
Sin embargo, en el horizonte hay problemas. El más grave es que mientras las cifras de producción han venido creciendo hasta llegar al millón de barriles diarios, las reservas no y en el negocio del petróleo, las reservas son el futuro.
Precisamente por eso es que los resultados de la Ronda eran fundamentales, porque un buen recibimiento significa que lleguen más empresas a buscar petróleo (sin lo cuál no hay cómo aumentar las reservas) y a sacar el que es difícil de extraer (que puede “rescatar” nuevas reservas).
La ronda que no fue
Desde hace algunos años el país empezó a adjudicar los derechos para explorar o explotar yacimientos petroleros a través de las llamadas rondas, que son adjudicaciones de decenas de bloques y que dirige la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH), una entidad autónoma del sector que orienta Acosta. Esa es la herramienta central para aumentar las reservas y para atraer nuevos jugadores, que pueden aportar experiencia en otros países y nuevas tecnologías.
En esta ronda, que empezó a estructurar la ANH a fines del año pasado, fueron 95 bloques de diferentes tipos, desde yacimientos ya descubiertos que quedan en tierra y no han sido explotados, hasta zonas para explorar (hacer la prospectiva, en la jerga del sector) y que quedan en el mar (offshore).
Para la presentación de ofertas de ayer había 38 empresas habilitadas; el Ministro esperaba que hubiera ofertas por un 40 por ciento de los bloques y el presidente de la ANH dijo que la expectativa era entregar un 30 por ciento de los bloques .
No eran expectativas desmesuradas pues en la ronda más reciente, en 2012, hubo ofertas para el 43 por ciento de los bloques (49 de 115). Sin embargo, esta ronda salió mal porque solo llegaron ofertas para 26 bloques, y solo se presentaron la mitad de las empresas habilitadas. Otras 19 ni siquiera ofertaron.
De esos 26 bloques, cinco fueron ofertados por Ecopetrol: uno offshore en el Caribe, cerca de Cartagena y que ofertó junto con Shell; y otros cuatro a través de su filial Hocol, en la cuenca Sinú - San Jorge en Córdoba , Sucre y Bolívar.
Una buena noticia es la llegada de la noruega Statoil, una de las petroleras más sólidas del mundo y que no tiene operaciones en Colombia.
La noruega, en asocio con la española Repsol, ofertó por el mismo bloque offshore de Ecopetrol y Shell, pero su oferta fue menos alta (ofertó darle al Estado el uno por ciento de la producción e invertir 5 millones de dólares más que el mínimo, mientras que la oferta de Ecopetrol fue también un share del uno por ciento pero 125 millones de dólares de inversión adicional).
También ofertó, de nuevo con Repsol y con ExxonMobil, para un área offshore, entre Cartagena y San Andrés. Esta vez fue la única oferta por lo que probablemente resulta ganándosela e inaugurando su presencia en firme en el país.
En cualquier caso, esa buena noticia no es suficiente para ocultar que además de que hubo poca participación en la ronda, en varios casos como el segundo de Statoil, no hubo sino una oferta, lo que muestra poco interés.
El fracaso es claro.
Eso se puede deber a cuestiones propias del emrcado del petróleo, como la pasando por la mayor autosuficiencia energética de Estados Unidos gracias a la explotación del gas de esquisto, pero esas fuerzas debían estar previstas en la ronda y al momento de las delclaraciones del Ministro.
Y aunque hay factores de otro tipo que pueden haber incidido en el resultado (desde los atentados recientes de las Farc en Putumayo, que mandan una señal negativa a nuevos inversionistas extranjeros, hasta el desaceleramiento en muchas economías grandes, que pueden dejar menos plata para invertir acá y menos demanda para el petróleo futuro) lo cierto es que eso deja a Acosta con menos resultados para mostrar. Sobre todo porque él mismo había puesto la barra más alta.
Y Ecopetrol, entre rumores
Además de que las perspectivas para las reservas no son halagüeñas, en Ecopetrol, la principal empresa del país y de la que el Estado sigue teniendo la mayoría accionaria, también hay zozobra.
Los problemas para Ecopetrol vienen de hace varias semanas, y el problema de fondo es que la empresa está sumando muy pocos barriles a su reserva.
Eso, que ha venido acompañado desde hace meses de rumores sobre la salida de su presidente Javier Gutiérrez (que tiene buena imagen en el sector) y de una caída en el precio de la acción (que hoy cerró en 3.270 pesos cuando en abril superó los cuatro mil pesos y en 2011 alcanzó a acercarse a los seis mil), tienen a la compañía con los focos encima.
Aunque Ecopetrol tiene una institucionalidad sólida y los privados tienen un porcentaje importante de su capital, el Estado sigue siendo mayoritario y tiene la mayoría de los puestos de su junta directiva (donde, además de Acosta, que tiene un puesto de privilegio, están el Ministro de Hacienda Mauricio Cárdenas, la directora de Planeación Tatyana Orozco y otros cuatro miembros puestos por el Gobierno) por lo cual tiene mucha incidencia y responsabilidad de lo que ocurra en el petrolera.
Con ese trasfondo de esa búsqueda de más reservas apareció la discusión de Star, una tecnología patentada por Pacific Rubiales que permite xtraer más crudo haciendo combustión in situ Pacific y Ecopetrol son socios en dos campos, Quifa y Rubiales, que han sido la base del rápido crecimiento de la petrolera privada.
El contrato de asociación entre las dos empresas se acaba en 2016 para el caso de Campo Rubiales, y desde el año pasado, empezó un tire y afloje para definir si se va a prorrogar y en qué condiciones (lo cual explica en gran parte la explosión de pauta en algunos medios por parte de la petrolera venezolano-canadiense).
La dificultad con esos pozos es que tienen crudos pesados, que son más difíciles de sacar, y Pacific ofreció utilizar la tecnología Star para poder usar una parte mayor de esas reservas. Para probar qué tan bien funcionaba, Ecopetrol le autorizó a Rubiales hacer un piloto en Quifa, que lleva 18 meses, para decidir si la usaban de manera definitiva en ese campo y en el campo Rubiales. Ayer, Ecopetrol decidió que la tecnología no pasaba la prueba.
De haber dicho que sí, habría dejado a Pacific en mejor posición para negociar un nuevo contrato en los dos campos; de hecho, en septiembre Pacific le hizo una propuesta formal a Ecopetrol para mantener el contrato a cambio de usar la tecnología.
La clave en el piloto era que Ecopetrol mirara si la tecnología representaba riesgos para terceros y si lograba los resultados que había ofrecido Pacific. Anoche se supo que la respuesta es negativa.
El mensaje es que no es fácil extraer las reservas de campo Rubiales, y se pierde así la esperanza de haber aumentado las reservas del país y de Ecopetrol.
Aunque eso puede cambiar si aparecen otras tecnologías, la oposición que ya tuvieron las pruebas de Star entre algunas comunidades y grupos ambientalistas, más las fuertes críticas del fracturamiento de petróleo por sus impactos ambientales y sociales, dejan un margen estrecho para otras explorar otras formas de extraer el crudo pesado. Además, si Ecopetrol busca tecnologías similares, podría chocarse con la patente de Pacific.
De nuevo, este resultado negativo (por lo menos en primera instancia) no necesariamente es culpa de Acosta. El Ministro no maneja directamente Ecopetrol ni es responsable de cómo funcione Star. Pero sí participó de la decisión de ayer y, sumado al fracaso de la ronda, lo deja con pocas cosas para sacar el pecho en un momento en que se está tomando la decisión de si dejarlo o no.
Con el gabinete en pleno remezón, Acosta se queda sin estrella. Lo preocupante, es que el país también.