La candidatura de Álvaro Vásquez en Antioquia: ¿muerta antes de arrancar?

Imagen

El gobernador Luis Alfredo Ramos es el principal soporte de la campaña de Vásquez. La senadora Liliana Rendón, alfil de Ramos, también lo era, pero unas declaraciones suyas de la semana pasada parecen marcar una ruptura que deja muy golpeada la campaña de Vásquez. 

Hace un mes, Álvaro Vásquez ganó la consulta conservadora para la Gobernación de Antioquia. Aunque obtuvo más de 100 mil votos, no ha logrado uno que es clave: el de su propio partido.

La mala prensa que ha tenido Vásquez por líos de contratación, el fraccionamiento del partido en Antioquia y la incertidumbre sobre cómo van a jugar las alianzas políticas en el departamento han hecho que la campaña de Vásquez nada que cuaje y que el partido siga bajo cuerda buscando candidatos antes de darle el aval.

La candidatura de Vásquez tuvo como principal soporte al gobernador, Luis Alfredo Ramos, quien había nombrado a Vásquez gerente del Instituto de Desarrollo de Antioquia, la institución departamental encargada de proyectos de desarrollo. De allí salió Vásquez a fines de 2010 para no inhabilitarse y armar su precandidatura, a la que logró sumar otros sectores conservadores.

Vásquez contaba con el apoyo de la senadora Liliana Rendón, muy cercana a Ramos. Pero el viernes pasado ella anunció que, como la reforma política recién aprobada por la Corte se lo permitiría, estaría interesada en ser ella misma candidata a la gobernación.

Como Rendón era un soporte clave de la campaña de Vásquez, se ha interpretado esta declación como otro síntoma de debilidad de la campaña de Vásquez y un cambio en los apoyos políticos que aún le quedaban a Vásquez en el conservatismo antioqueño. 

El golpe a la imagen del candidato por una serie de artículos que viene publicando El Colombiano ha hecho que a algunos de quienes apoyaban a Vásquez empiecen a flaquear.

Y, como sin aval un candidato no puede oficializar su aspiración ante la Registraduría, algunos creen que la demora del Partido Conservador en darle el aval a Vásquez -que el partido oficialmente dice que es normal- significaría que este será para alguien más. O que aún si se lo dan (por ley están obligados a hacerlo porque ganó la consulta), Vásquez no llegará a las elecciones de octubre.

Los líos de Vásquez

Desde hace varios meses, el periódico El Colombiano, principal diario de la región, empezó a publicar una serie de notas sobre Vásquez. Con gran despliegue, domingo a domingo, el periodista Germán Jiménez fue presentando el resultado de sus investigaciones sobre negocios pasados de Vásquez.

Jiménez ha hablado básicamente de dos asuntos. El primero y principal, es el de la compra de acciones de Fogansa, el antiguo Fondo de Ganaderos de Antioquia. En esa compañía el Idea tiene el 34 por ciento del capital, por lo que Vásquez era miembro de su Junta Directiva.

Este tema se publicó por primera vez un mes antes de la consulta. La historia es la siguiente. En noviembre de 2008 la Fundación Berta Arias de Botero buscó vender sus acciones en Fogansa, y Vásquez, que se había enterado del negocio por estar en la Junta Directiva, terminó utilizando una empresa cercana a él para comprar las acciones y luego revenderlas a un mejor precio. Eso sería ilegal, porque un miembro de la Junta Directiva no puede comprar acciones de la empresa, ni directamente ni a través de un tercero.

Una semana después de revelar estos hechos, El Colombiano volvió sobre el tema, al entrevistar a un abogado vinculado al caso, quien señaló que Vásquez debía devolver la plata que se había ganado en el negocio. Y a la semana siguiente, el diario informó que la Superintendencia de Sociedades estaba investigando a Vásquez, por presuntamente haber violado los estatutos de Fogansa. Ya después de la consulta, El Colombiano volvió al tema de Fogansa. Indicó que la Supersociedades no había podido notificar a la empresa de Vásquez de la investigación en su contra, porque no está en la dirección oficial.

El Colombiano también publicó un artículo sobre otro lío diferente. Se trata del préstamo que hizo el Idea a Madera de Café, una planta de construcción del Grupo Monarca, un holding empresarial muy poderoso en Sabaneta, cercano a su alcalde y al movimiento político de Ramos. El problema, según el artículo de El Colombiano, es que Madera de Café parece tener problemas de liquidez, por lo que la plata del Idea estaría embolatada.

Pero hay otros dos temas que lo rodean: la quiebra de una empresa, Edinalco, y su salida de la Secretaría de Hacienda departamental en la gobernación de Álvaro Uribe.

Edinalco (Editora Nacional de Colombia Ltda.) era una editorial que, además de publicar libros, trabajaba con campañas electorales. Antes de 1990, cuando se estrenaron los tarjetones, imprimía los sobres y las papeletas que entregaban los partidos a los electores. Vásquez la manejó desde fines de los años noventa, pero la empresa terminó quebrada y liquidada en 2002. Por ese episodio se ganó la animadversión de los trabajadores de la empresa, y un talón de Aquiles por el que lo han atacado algunos, como Ramiro Valencia Cossio en Caracol Radio, en el 2008.

El otro asunto es el de su paso por la Secretaría de Hacienda de Antioquia. Uribe nombró a Vásquez en ese cargo cuando asumió la Gobernación, en enero de 1995, y le pidió la renuncia en agosto de ese mismo año. Al parecer, lo hizo justo antes de que el entonces diputado Juan Carlos Sánchez Franco, hoy representante a la Cámara, le hiciera un debate de control político que prometía tumbarlo.

Aunque estos dos asuntos no han sido objeto de una investigación como la que ha publicado El Colombiano sobre el enredo de Fogansa, en los círculos políticos de Medellín se les menciona con alguna insistencia.

Ayer, a su regreso de un viaje al exterior, Vásquez dijo en entrevista con Radio Súper Medellín que las notas de El Colombiano son “una persecución política” y que son manejadas por los hermanos Valencia Cossio, que lo habrían atacado para beneficiar la candidatura de Juan Gómez Martínez. La Silla Vacía intentó contactarlo para conocer su punto de vista pero hasta este momento no ha podido hablar con él.

 

Los choques de los conservadores
 
El ex alcalde y ex ministro Juan Gómez Martínez y el ex ministro Fabio Valencia son dos de los principales rivales de Vásquez en el conservatismo. Aunque les fue mal en las elecciones del año pasado, cuentan con El Colombiano de su lado.

La respuesta de Vásquez tiene fundamento. El Colombiano es dirigido por Ana Mercedes Gómez, hermana del ex gobernador Juan Gómez Martínez, quien es aliado político de los Valencia Cossio. Y este grupo conservador está en guerra con Luis Alfredo Ramos.

El Partido Conservador en Antioquia está dividido en varios grupos. Vásquez pertenece a Equipo Colombia, el movimiento que lidera el gobernador Ramos y en el que también está Liliana Rendón.

Su rival en el consulta, el diputado César Eugenio Martínez, no pertenece a ninguno de estos grandes grupos, pero recibió el apoyo del suarismo, que lideran el detenido Óscar Suárez Mira y su hermana la senadora Olga Suárez, y de los llamados ‘colantos’, cuya cabeza visible es el gerente de Colanta, Jenaro Pérez.

Además, está Coraje, que lideran Fabio Valencia Cossio y Juan Gómez Martínez, y los llamados ‘pinochos’, del ex congresista Manuel Ramiro Velásquez y el actual presidente de la Cámara Carlos Alberto Zuluaga.

Estos cinco grupos no han podido ponerse de acuerdo en quién apoyar a la Gobernación. Al parecer, parte del conflicto se debe a que el gobernador Luis Alfredo Ramos le dio muy poca cabida en su gobierno a otros grupos políticos, que lo acompañaron en su candidatura, y se dedicó a fortalecer su movimiento. Por ejemplo, para las elecciones de 2010 el diputado César Eugenio Martínez denunció que Ramos estaba apoyando solamente a su pupila Liliana Rendón.

Esto se lo cobraron los otros conservadores en el Congreso. Gabriel Zapata, senador de Alas Equipo Colombia, el partido que en ese entonces lideraba Ramos, perdió la presidencia del Senado en 2009, en parte porque Fabio Valencia Cossio, que era Ministro de Interior, no lo quiso apoyar. 

Con esos antecedentes, la campaña de Vásquez creció únicamente gracias al apoyo que obtuvo del ramismo. Pero este soporte es insuficiente en este enredado panorama. Y es que, adicionalmente, Vásquez tiene dos grandes debilidades. La primera es su extracción liberal. Fue precandidato a la alcaldía de Medellín por ese partido en 1994, y luego secretario de Hacienda de Álvaro Uribe, cuando éste fue gobernador de Antioquia.

Incluso en esta misma campaña Vásquez empezó recogiendo firmas y buscando el aval de varios partidos de la Unidad Nacional, lo que le valió críticas de algunos sectores conservadores. Por ejemplo, Ramiro Valencia Cossio publicó una columna en la que le hizo fuertes críticas, incluyendo su cambio de partido. De ahí su título, “Papaya que se volvió piña”.

El segundo problema son sus dificultades para aglutinar a los conservadores. Con las facciones conservadoras antioqueñas en plena lucha, las noticias que publicó El Colombiano hicieron mella. Lucas Cañas, el joven vicepresidente del partido y quien es cercano a Valencia Cossio, solicitó al veedor del partido que investigara a Vásquez; Marta Cecilia Ramírez, representante a la Cámara del grupo de los llamados ‘Colantos’, le dijo a La Silla Vacía que sus líderes locales ven con temor la candidatura de Vásquez y que es necesario un rápido cambio de estrategia y la elección de un nuevo candidato. “La dirigencia debería sentarse y buscar una salida digna, sin por ello enjuiciar al doctor Vásquez”, afirmó.

Además, según el columnista Juan Paz, Jenaro Pérez, cabeza de los 'colantos', no le tiene simpatía a Vásquez, debido a un episodio empresarial del pasado.

Con estas declaraciones de Cañas y Ramírez, los grupos de Valencia Cossio y de Jenaro Pérez marcan distancias de la candidatura. Y con el comunicado de prensa del diputado Alfaro García y las afirmaciones de Liliana Rendón la semana pasada, el apoyo a la candidatura parece ir en declive dentro de los mismos conservadores.
 

El tablero político antioqueño

La definición de las candidaturas a la gobernación está muy ligada a la de la alcaldía de Medellín. La propuesta inicial del ex presidente Uribe de que La U y el Partido Conservador fueran en llave no se ha concretado. Aunque algunos políticos conservadores siguen con la ilusión de llegar a ese acuerdo.

 
El ex alcalde Luis Pérez parecería ser la llave de Álvaro Vásquez, pero esto no está definido. Carlos Mario Estrada, candidato a la gobernación de La U, puede ser el más beneficiado de la debilidad de la candidatura de Vásquez, si logra seducir a los conservadores para que lo apoyen.

La U tiene candidatos propios a los dos cargos y Sergio Fajardo y Aníbal Gaviria están armando su alianza lo que deja a Vásquez con Luis Pérez. Los dos han hablado de ser candidatos de la Unidad Nacional y ya la senadora Liliana Rendón mencionó que con el apoyo que Luis Pérez recibió en el congreso conservador, “queda lista la alianza Álvaro Vásquez-Luis Pérez”.

Pero las cosas no son tan sencillas. El congreso fue desconocido por la Dirección Nacional del Partido Conservador porque entendió que su convocatoria había sido ilegal.

Además, el candidato de La U a la alcaldía, Federico Gutiérrez, aún no despega, según los debatidos resultados de la última encuesta de Datexco, y eso puede cambiar todo el juego de alianzas. Más aún si se tiene en cuenta que el ex alcalde Ómar Flórez, de Cambio Radical, sigue en la carrera y, con una campaña pequeña y reciente tiene mejores resultados que Gutiérrez. De consolidarse Flórez, la dinámica de la campaña podría modificar el juego de alianzas.

Lo mismo podría pasar con la anunciada llegada de Uribe a la campaña en Antioquia, con su taller democrático del 10 de julio y la entrega de avales de La U. Una candidatura debilitada de los conservadores y la presencia del ex presidente que los consintió y a quien admiran, podrían resultar en un nuevo panorama, en beneficio de Carlos Mario Estrada, el candidato de La U.

A cuatro meses de las elecciones, la debilidad de la campaña de Vásquez todavía podría ser superada. Pero antes tiene que superar varios desafíos: aclarar las acusaciones que le ha hecho El Colombiano y sobre todo, ganar el voto de su propio partido para que finalmente lo reconozca como su candidato.

Compartir
0