La Universidad Javeriana de Cali graduó a 32 ex guerrilleros de las Farc. Ha sido una de las pioneras en alternativas para construir paz, pero no es la única.
Las universidades que se piensan el posconflicto en el Pacífico
Una ex guerrillera exhibe contenta el diploma que le otorgó la Universidad Javeriana de Cali en el grado del sábado. Foto: Daniela Negret
El sábado pasado, la Universidad Javeriana de Cali reunió en un mismo auditorio al ex comandante de las Farc, Pablo Catatumbo, al padre Pacho de Roux, al Alcalde de Cali, Maurice Armitage, a Alcibiades Escue, alcalde indígena de Toribío, uno de los municipios más golpeado por el conflicto, y a empresarios vallecaucanos como la familia Carvajal, entre otros, para graduar a 37 ex guerrilleros de las Farc.
“Ustedes son unos revolucionarios, los felicito”, dijo el alcalde Armitage que, como todos los asistentes, estaba visiblemente emocionado. “No todos los días acudimos al grado de unos ex guerrilleros en una universidad jesuita. Muchísimas gracias. Esta es la paz”, agregó Catatumbo.
La Universidad Javeriana de Cali, a través del Instituto de Estudios interculturales, ha ganado premios mundiales por pensar el posconflicto desde la academia. Ha sido pionera en en el esfuerzo por tender puentes entre todos los actores del conflicto, pero no es la única universidad del país que de un tiempo para acá, está pensando en estrategias para ayudar a implementar los acuerdos de paz con las Farc.
La Silla recogió los ejemplos de Universidades en el Pacífico que le han metido tiempo, plata y trabajo para pensar el posconflicto y buscar alternativas que ayuden a reincorporar a los desmovilizados de las Farc. Hicimos este mismo ejercicio en otras regiones del país que puede ver aquí.
En todas hay esfuerzos por formar a sus propios estudiantes en la construcción de paz, ahondar la investigación de las consecuencias de la guerra con proyectos específicos en los territorios, e incorporar a los ex guerrilleros y a actores claves de las regiones en carreras profesionales, cursos y diplomados que contribuyan a que, aunque inevitablemente broten nuevos conflictos, éstos se puedan resolver de manera pacífica.
Esto fue lo que encontramos:
Javeriana de Cali, el puente
A través del Instituto de Estudios Interculturales de la Javeriana de Cali, liderada por Manuel Ramiro Muñoz, la Universidad es pionera en proyectos que se piensan el posconflicto desde la academia y están trabajando en alianza con todos los actores claves de los territorios en la implementación de los puntos del Acuerdo de Paz de La Habana.
Desde que se creó en 2009, el Instituto ha sido el puente que promueve el diálogo entre el Estado y las comunidades indígenas, afros, campesinas, empresarios, y más recientemente, ex combatientes de las Farc y militares. Una apuesta para que los conflictos de los territorios entre ellos se resuelvan por la vía pacífica.
En alianza con la oficina del Alto Comisionado para la paz y desde diciembre del 2015, el Instituto se dedicó a investigar y sistematizar información para hacer una radiografía completa de las regiones más afectadas por el conflicto.
A partir de ese trabajo, por ejemplo, hoy están acompañando a la Agencia de Renovación del Territorio que dirige Mariana Escobar, para diseñar y construir con las comunidades el Plan de Desarrollo Territorial con enfoque Territorial, PDET, en el norte del Cauca y que comprende municipios del sur del Valle y el norte de Nariño. Ese es, además, el más grande del país. Y están trabajando especialmente en los municipios de Buenos Aires y Caldono, donde están dos de las zonas veredales del Norte del Cauca.
Además, la Universidad amplió su oferta de diplomados en las líneas de diálogo intercultural, la planeación participativa en el desarrollo y construcción de paz que hasta ahora dictaban a afros, indígenas y campesinos para incluir también a ex guerrilleros de las Farc.
El diplomado que concluyó el sábado con la graduación de 16 ex guerrilleros de las Farc comenzó en abril. Durante tres meses y cada 15 días, profesores de la Universidad iban a la zona veredal de La Elvira y se quedaban dos días allá dictando clases a los guerrilleros en temas como democracia, desarrollo y economía social y solidaria. Aunque arrancaron con 25 estudiantes, el compromiso es que los graduados tenían que asistir al 80 por ciento de las sesiones y no todos llegaron hasta el final.
El sábado también se graduaron otros 22 ex guerrilleros que recibieron una certificación para validar el bachillerato. Los cursos fueron dictados por unos 15 estudiantes voluntarios de distintas carreras también en esa zona veredal.
Y en agosto arranca otro diplomado con 30 militares en Popayán que busca no sólo hacerlos reflexionar sobre su rol en la construcción de paz sino en derechos humanos y entender de qué se trata el tránsito hacia la paz.
“La Universidad no está trabajando para las Farc. Es una apuesta para la construcción de paz con todos los actores del territorio. Reconocemos que el fin del conflicto con las Farc es un hecho y apoyamos la reincorporación y la implementación de los acuerdos para que sea exitosa”, le dijo a La Silla Tania Rodríguez, profesora y coordinadora de la línea de investigación Movimientos sociales, interculturalidad y construcción de paz en la Universidad Javeriana.
Por otro lado, el Instituto está trabajando en proyectos para implementar otros puntos del Acuerdo de Paz con las Farc.
En el acuerdo del punto 5 de víctimas, por ejemplo, en alianza con la Procuraduría General de la Nación y la Fundación Guernica 37 de la abogada Almudena Bernabeu, están reconstruyendo casos emblemáticos de violencia en el Norte del Cauca y Buenaventura para que sirvan de insumo para los informes que tendrá que presentar la Procuraduría ante la Justicia Especial para la Paz, JEP.
De nuevo, el trabajo del instituto fue servir de puente con las comunidades para concertar qué casos que muestren la sistematicidad de la guerra en estos territorios se debían seleccionar y elaborar los contextos de cada uno, mientras se la Fundación Guernica 37 se encarga de recopilar las evidencias y pruebas que los respalden.
Y están a punto de empezar otro diplomado con la Defensoría del Pueblo para preparar a los funcionarios para hacer seguimiento y verificación de la implementación de los acuerdos. Este proyecto es financiado por la OIM y Usaid.
Univalle, una apuesta por la educación de los excombatientes
Como apuesta institucional, la universidad creó en mayo de 2016 el Programa Institucional de Paz, que está a cargo del especialista en ciencias sociales y profesor de economía, Adolfo Álvarez Rodríguez para “articular esfuerzos para aportar a la construcción de paz, reconciliación y crear condiciones para la transformación pacífica del país y del conflicto”, como le dijo Álvarez a La Silla Pacífico.
La Universidad del Valle se está pensando el posconflicto en términos de educación para los ex combatientes. Una apuesta que no es nueva porque desde los noventas, la Universidad creó una oferta educativa similar para los desmovilizados del M-19 y EPL.
La idea es que a partir del segundo semestre del 2018, la carrera de Estudios Políticos se ofrezca de manera virtual y semipresencial para hacerlo más flexible. Los profesores de Univalle acompañados de algunos desmovilizados que en los noventa cursaron el mismo pregrado como Álvaro Villarraga, ex EPL y Vera Grabe, ex M-19, entre otros, irán a las zonas veredales cercanas al Valle y también darán cursos online. Los 10 semestres y las 42 materias del pregrado se dictarán de modo acelerado para que los excombatientes obtengan su título en año y medio.
Para ingresar a la carrera los excombatientes deberán presentar un examen de admisión sobre la realidad política y social del país y el Icfes. Esto será financiado por la Universidad del Valle, pero los excombatientes tendrán que pagar una matrícula que ronda los cien mil pesos. El profesor de Estudios Políticos y coordinador de esta iniciativa Joaquin Bayona le dijo a La Silla Pacífico que esperan recibir alrededor de 30 excombatientes en el programa, un número menor al que recibieron en los 90, a causa del bajo índice de escolaridad de los exguerrilleros de las Farc.
La Universidad también ampliará su oferta de cupos por excepción en todas las carreras que ofrece (y que hasta ahora estaba restringido a indígenas y afros, dos cupos para cada uno) y abrirán cuatro cupos nuevos sólo para excombatientes que tendrán que competir entre ellos.
Por otro lado, Univalle y la Pedagógica Nacional liderarán la formación de bachilleres de las Farc en las zonas veredales cercanas al Valle. Este bachillerato estará enfocado a fortalecer competencias sociales, al igual que se hizo en los noventa en todo el país para resocializar a más de 60 mil ex guerrilleros del M-19 y del EPL. Y será financiado por la Fundación Sergio Paiz Andrade de Guatemala, con el apoyo del gobierno noruego y de los gobiernos local y nacional.
Por ahora, según Álvarez, están discutiendo la posibilidad de que tanto el bachillerato que entrará a funcionar en el segundo semestre del 2017 y el pregrado se ofrezcan también a víctimas y miembros de las Fuerzas Armadas.
Además, la Universidad está trabajando junto a los comandantes guerrilleros en una mesa para ampliar la oferta educativa dirigida a los ex guerrilleros. La mesa es liderada por Álvarez, por parte de la Universidad, y por Lucas Carvajal, como delegado de Pablo Catatumbo en temas de educación y que fue escolta personal de Alfonso Cano y egresado de Univalle.
Por ejemplo, quieren crear una tecnología agroambiental, crear una carrera de pregrado de ingeniería rural, -que sería la primera del país- y están discutiendo la posibilidad de hacer exámenes para que los médicos y enfermeros de las Farc que tienen mucha experiencia en el campo ingresen a la carrera de medicina sin tener que empezar de cero.
Por otro lado, desde el 15 de junio de este año se está llevando a cabo el Diplomado de paz y reconciliación con la naturaleza en el que se encuentran más de 60 estudiantes, ambientalistas, animalistas, miembros de organizaciones sociales, 15 integrantes de las Farc como Lucas Carvajal, cercano a Pablo Catatumbo, y 15 presos políticos del ELN. Algunos de los profesores hicieron parte del grupo que se reunió con los negociadores de la Habana para tratar la agenda ambiental y otros son reconocidos defensores de la paz y la naturaleza como el jesuita Francisco de Roux, Alegría Fonseca, Gustavo Wilches, profesor del externado, entre otros.
Es presencial para los estudiantes y excombatientes, y virtual para los presos políticos. El objetivo del diplomado es construir una agenda en tema ambiental para llevarla a la mesa de negociación entre el gobierno y el ELN en Quito. El diplomado se dicta los jueves, cada quince días, durante 7 horas e irá hasta el 16 de noviembre de este año. El diplomado fue financiado por el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés), y la fundación HSS.
Para el segundo semestre de este año tienen listos tres diplomados dirigidos a los excombatientes de las zonas veredales del Cauca: uno sobre liderazgo, gobernabilidad y paz territorial, otro sobre economía solidaria, y el último, sobre convivencia y transformación de conflictos.
Por último, como parte del Programa Institucional de Paz, Adolfo Álvarez está realizando el programa de radio Territorios de paz que se transmite los sábados de 10:30 a 11:00 a.m. por la red de emisoras universitarias del país, en el que se discute, informa y analiza sobre el proceso de paz.
La construcción de paz en Icesi
La Universidad Icesi está trabajando en tres líneas en la construcción de paz: una interna, una externa e investigación para el posconflicto.
La primera partió de la idea de que la norma que impuso la Cátedra de Paz para todas las instituciones educativas en el país no se quedara en una clase sino que se articulara en todos los programas que ofrece la universidad tanto para pregrado como para postgrado. Hoy, hay 12 cursos entre obligatorios y electivas, sobre todo de la facultad de ciencias sociales y derecho, que imparten los 14 temas de la cátedra de paz, según le explicó a La Silla el profesor José Benito Garzón. Entre esos hay cursos como Ensayos para La Habana, Desafíos para la Paz en Colombia y Violencia y Paz.
Icesi también está formado a líderes sociales del Pacífico con diplomados en posconflicto y paz en Tumaco y Norte del Cauca. Y a partir del próximo semestre van a empezar otro en violencia urbana con líderes de organizaciones en Buenaventura, Cali y Puerto Tejada.
Además, como parte de la línea de investigación de la Universidad, se han dedicado a proyectos específicos en los territorios. Actualmente, el Centro de Estudios Afrodiaspóricos que dirige la profesora Aurora Vergara y el Centro de Ética que lidera Diego Cagüeñas, están terminando un proyecto con las víctimas de la masacre de Bojayá y están a punto de lanzar un documental sobre las Cantadoras de Pogue que estuvieron en la firma del Acuerdo de Paz con las Farc en agosto del año pasado.
También la profesora Inge Valencia está trabajando en un proyecto sobre Minería y los retos del ordenamiento territorial en municipios del litoral pacífico. Y en el segundo semestre de este año, arrancarán otro proyecto sobre la memoria de los empresarios de la región para la construcción de la paz en alianza con el Centro Nacional de Memoria Histórica.
La FEU y los voluntariados de paz
Los estudiantes de la Universidad del Valle, la Nacional de Palmira, Icesi, Javeriana y San Buenaventura se unieron además para hacer brigadas de voluntariados de paz en las zonas veredales. Una iniciativa que surgió desde la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU), una organización estudiantil a nivel nacional.
En el sur occidente colombiano el voluntariado lo coordina Juan Camilo Lara, estudiante de sociología de la Universidad del Valle, que pausó su carrera para dedicarse completamente al voluntariado.
La primera brigada se hizo en Semana Santa después de hacer una convocatoria pública dirigida a todos los estudiantes de Cali y zonas aledañas en la que se presentaron 500 personas que tuvieron una prueba tipo Icfes sobre el proceso de paz y una entrevista. Al final, fueron seleccionados 80 jóvenes que fueron a la Zona Veredal de La Elvira, Cauca que dictaron cursos en salud, alfabetización, asesoría jurídica y de proyectos productivos, pedagogía de paz, orientación vocacional y comunicaciones a más de 300 excombatientes.
Los gastos de transporte, alimentación y estadía corrieron por cuenta de la FEU pero a partir de agosto iniciarán una segunda brigada, esta vez con apoyo de la Universidad del Valle.
“Una de las inquietudes más grandes de los campesinos era sobre la titulación de la tierra. Se les enseñó cómo hacer tutelas y derechos de petición, le dijo Juan Camilo Lara a La Silla.
También crearon un plan de trabajo para potencializar el deporte en las Farc construido entre Walter Mendoza, hombre de confianza de Pablo Catatumbo en La Elvira y la Escuela Nacional del Deporte.
La FEU está promoviendo además que los estudiantes de Univalle hagan prácticas, pasantías, proyectos de investigación y trabajos de grado en las zonas, algo que esperan empezar a realizar en el segundo semestre de este año.