En el Partido Conservador nadie dice esta boca es mía, pero fuera de micrófonos muchos hablan de que la nueva molestia de los azules con el presidente Juan Manuel Santos tiene que ver con que en su equipo de reelección -el que encabeza el exministro Germán Vargas Lleras y que trabajará desde la Fundación Buen Gobierno- no hay ningún representante del conservatismo. Únicamente hay liberales, con excepción del general Óscar Naranjo, que no tiene partido.
El nuevo disgusto conservador con Santos
En el Partido Conservador nadie dice esta boca es mía, pero fuera de micrófonos muchos hablan de que la nueva molestia de los azules con el presidente Juan Manuel Santos tiene que ver con que en su equipo de reelección -el que encabeza el exministro Germán Vargas Lleras y que trabajará desde la Fundación Buen Gobierno- no hay ningún representante del conservatismo. Únicamente hay liberales, con excepción del general Óscar Naranjo, que no tiene partido.
El hecho fue leído por algunos congresistas conservadores como la exclusión del Partido Conservador del proyecto de reelección de Santos, y como un nuevo episodio de maltrato en el tratamiento “de tercera” que -según ellos han dicho- el Presidente le ha dado a la colectividad a lo largo de su mandato. Por eso desde el mismo viernes pasado, cuando el mandatario presentó su equipo de Buen Gobierno, empezaron a comentar en los corrillos su disgusto. Especialmente hablaron los que tienen más cercanía con el expresidente Álvaro Uribe, pero la molestia esta vez incluye también a santistas.
La carta que ayer la precandidata Marta Lucía Ramírez mandó a Efraín Cepeda, presidente azul, refleja la situación. Ramírez, que quiere ser candidata y es muy cercana al uribismo, insiste en que el Partido debe salirse de la Unidad Nacional para comenzar un nuevo proyecto con candidato presidencial propio, principalmente porque la alianza electoral gestada entre el Presidente y algunos sectores de esa Unidad Nacional no incluye a los conservadores. Pero también dice que si eso no es razón suficiente, lo hagan porque no es coherente apoyar a un mandatario que “ha recibido el apoyo de las Farc”. En clara alusión a los diálogos en La Habana, que es otro de los puntos que distancian a la colectividad de Santos.
A las pocas horas y también mediante una carta, el Partido le contestó a Ramírez que no se saldrán de la Unidad Nacional, pues apoyar a Santos y al proceso de paz es una decisión mayoritaria. Sin embargo, y aunque sea cierto que por ahora no se vayan del lado del Presidente, la tensión continúa, como se lo dijeron varias fuentes a La Silla.
Un Senador conservador dijo, por ejemplo, que este episodio del equipo de reelección muestra que “el Partido está cada vez más alejado de Santos”, quien prefirió poner en Buen Gobierno a amigos todos de tendencia liberal “pudiendo haber puesto también a Juan Camilo (Restrepo) o a (Juan Carlos) Echeverry”. Ellos dos exministros conservadores de Santos.
Otro senador agregó, por su lado, que el Presidente volvió a excluir a los conservadores de un equipo clave para él, tal y como pasó en el equipo que está negociando la paz.
¿Por qué lo hizo? Un congresista que conoce de cerca a Santos dijo que tal vez es arrogancia del Presidente. A su juicio, Santos siente que no necesita a los conservadores para reelegirse: ya neutralizó a los que hubiesen sido sus contrincantes más fuertes (Vargas Lleras y Naranjo) llevándolos a Buen Gobierno, y al resto de aspirantes los ve “como enanos”.
Según esa tesis, es posible que Santos no sólo vea que no tiene, al menos por ahora, grandes contrincantes para pelear la Presidencia sino que también sabe que el Partido Conservador no cuenta con una candidatura presidencial fuerte como para montar rancho aparte.
Sin embargo, los conservadores tienen unas bases electorales fuertes de las que sí va a necesitar el Presidente a la hora de reelegirse. Además, está el riesgo de que en las listas para Congreso los azules podrían hacer alianzas con el uribismo y quitarle curules a otros partidos de la Unidad Nacional.
Desde una orilla más positiva, un representante conservador piensa que la jugada de Santos y Buen Gobierno no fue partidista, que es casualidad que casi todos los amigos que buscó son de tendencia liberal y que más adelante el Presidente sí buscará acuerdos con los demás partidos.
Además, este congresista recuerda que el Partido “tiene limitantes” a la hora de poner figuras en un equipo como el que armó Santos para la reelección, en donde todos tienen buena imagen. “¿A quién hubiéramos puesto nosotros? ¿A conservadores cuestionados como Gómez Gallo? ¿A Ciro Ramírez? ¿A Fabio Valencia?”, se preguntó. Aunque exministros como Echeverry y Restrepo muestran que sí hay conservadores con buena imagen.
En cualquier caso, este nuevo disgusto conservador con Santos es uno más en la lista de molestias que tienen con el Presidente.
Como lo ha explicado La Silla, los conservadores sienten que este Gobierno no los ha tratado bien en términos de burocracia. Que los ministerios que supuestamente son de ellos, en realidad le pertenecen a amigos de Santos “sin mayores compromisos con la colectividad”, como dicen que era el caso de Juan Camilo Restrepo. Y que además, el programa de Gobierno de Santos ha sido más afín a las ideas liberales. Como esa tensión no es nueva, es improbable que determine la salida de los azules del Gobierno, como ya lo demostró la respuesta a Marta Lucía Ramírez.
Además los conservadores saben que el Presidente tiene una manera de reivindicarse: dejarles, como se los garantizó, el Ministerio de Agricultura. Especialmente si se los deja en cabeza de Francisco Estupiñán, presidente del Banco Agrario y candidato a ese cargo con todo el consenso entre los azules.
Para asegurarse de que Estupiñán sí llegue al Ministerio en representación del conservatismo, ayer en el Hotel La Ópera se reunieron unos 12 senadores (de 22) de ese partido con el posible ministro para darle “la bendición papal”, según le contó a La Silla uno de los asistentes. En el encuentro, los senadores le pidieron a Estupiñán que recuerde que “si llega, llega a nombre de nosotros”, con lo cual le quisieron decir que no se vaya a comportar como Juan Camilo Restrepo, quien no les dio juego burocrático y al final ya no quería ni recibirlos.
Si este nombramiento se da y Estupiñán no los deja viendo un chispero, algunos conservadores -que en su próxima convención nacional, que aún no tiene fecha, decidirán si van o no con candidato propio a las presidenciales- podrán dejar de lado el episodio de Buen Gobierno.
Como le dijo a La Silla un Senador conservador que asistió a la reunión de ayer: “No hay que darle trascendencia a lo del equipo de la reelección. Las relaciones con un Partido no se mejoran con eso. Se mejoran, por ejemplo, en un tema como el de Estupiñán”.