Jaime Alfonso Lasprilla Villamizar

El ex comandante del Ejército nació en Bogotá el 19 de febrero de 1960 y se graduó como subteniente el primero de junio de 1980. Profesional en Ciencias Militares, con magíster en Seguridad y Defensa Nacional con y más de 15 especializaciones, hizo cursos de lancero, paracaidismo, reentrenamiento en contraguerrillas, Derechos Humanos y DIH y tiene estudios en inglés y portugués. Fue comandante del ejército entre 2014 y 2015.

El remezón de la cúpula militar anunciado el 18 de febrero de 2014 por el Ministro de Defensa dejó como nuevo Comandante del Ejército al Mayor General Brigadier Jaime Alfonso Lasprilla Villamizar.

El militar, que hasta entonces había sido el Jefe del Comando Conjunto de Operaciones Especiales, Ccoes, llegó al cargo luego de que se conocieran los hechos de corrupción en la adjudicación de contratos del ejército publicados por la revista Semana. Con la llegada de Lasprilla, pasó a retiro el general Diego Sánchez, más antiguo que él.

Lasprilla es un hombre preparado para la guerra, como lo demuestran su hoja de vida y lo dejó claro el ex comandante de las Fuerzas Militares, Alejandro Navas, en cuando lo designó como Jefe del Comando de la Fuerza de Tarea Conjunta Omega en diciembre de 2011.

La mayor parte de su carrera la ha realizado en el sur del país. Sus hombres lograron la captura de dos jefes de la guerrilla, alias “Payaso” y alias “El Boyaco”, fichas claves del Bloque Oriental de las Farc en la logística, finanzas y coordinación de atentados en los departamentos de Meta y Guaviare.

Lasprilla tenía 16.000 hombres a su cargo con despliegue por tierra, agua y aire.  Durante 2012 y 2013, según cifras del Ejército, lograron sacar de combate a más de 600 guerrilleros entre capturados, desmovilizados y muertos en combate e incautar armas, proyectiles, granadas, cilindros con explosivos y laboratorios de procesamiento de cocaína. Pero también tuvo que dar la cara cuando se perdió el computador de alias “Romaña”, guerrillero del Bloque Oriental de las Farc.

La historia comenzó con la denuncia de un soldado del grupo de Fuerza de Despliegue Rápido - Fudra-, que hacía parte del Comando de Lasprilla. Ante los micrófonos de la emisora FM dijo que el 23 de junio de 2012 él y sus compañeros encontraron el aparato en la vereda Tierradentro, cerca al municipio de La Julia en el Meta. Pero supuestamente esa incautación nunca se reportó y el disco duro del computador desapareció.

Lasprilla se defendió: dijo que su unidad estaba “haciendo patria” y que se debía respetar el debido proceso mientras se hacía la investigación por  la Justicia Penal Militar. Por este caso, en abril de 2013, la Fiscalía llamó a declarar a cinco altos oficiales del Ejército entre los que no estaba el General Lasprilla.

Sin embargo, víctimas de los falsos positivos en Huila y Caquetá denunciaron en enero de 2014 que mientras Lasprilla fue comandante de la Novena Brigada del Ejército en el año 2007, dos de los batallones adscritos a esa brigada cometieron 54 falsos positivos que dejaron 104 víctimas, según denunciar organizaciones de Derechos Humanos en una audiencia pública en Pitalito, Huila.

Los casos que señalan las víctimas fueron cometidos por el Batallón Magdalena, que opera en el sur del Huila, y el Batallón Cacique Pigoanza, que opera en el centro del Huila, y que ocurrieron entre enero del 2007 y septiembre de 2008. Lasprilla fue el comandante de la Novena Brigada hasta noviembre de 2007, cuando lo reemplazó el General William Pérez Laiseca.

El entonces Teniente Coronel Lasprilla salió de la Brigada para hacer el curso de ascenso a general.

Fue director de la escuela de cadetes “José María Córdova”. En su hoja de vida también figura que fue jefe de Educación y Doctrina del Ejército y Comandante de la Fuerza Conjunta de Acción decisiva.