Cabeza fría, carácter, inteligencia y buena armando equipos fueron las cuatro cualidades que repitieron las cuatro fuentes cercanas a María Ximena Lombana, la nueva ministra de Comercio, Industria y Turismo, con las que hablamos para este perfil.
Además, esta abogada de 48 años, es cercana a políticos de peso, como German Vargas Lleras y Fernando Carrillo, y hermana del abogado del ex presidente Uribe, Jaime Lombana.
Uno de sus jefes ilustra su carácter con una anécdota vieja, pero que le impactó tanto que todavía la tiene fresca en la memoria.
El delfín conservador Miguel Gómez Martínez fue su jefe hace 22 años. Él era presidente de Bancóldex, ella su secretaria general. Era 1999, el año de la peor crisis financiera que había afrontado el país. El rumor de una supuesta intervención del Banco Davivienda llevó a que cientos de clientes retiraran su dinero. En pocos días la entidad perdió 30.000 millones de pesos de la época. Para salvarlos, varios bancos decidieron prestarle plata a “la casita roja” para evitar que se quebrara y que generara una crisis financiera menor.
Bancóldex, un banco estatal de segundo piso, tenía que decidir si prestar o no. “Daba mucho miedo, qué tal que no me devuelvan la plata, y la operación se hacía por teléfono, sin un papel. Ella me dijo: ‘es que aquí lo que está en juego es la confianza. Si no confía, no lo haga’”, cuenta Gómez Martínez. Le impresionó —dice— lo rápido que Lombana Villalba comprendió que lo que estaba en juego no era la liquidez de un banco, sino la estabilidad de todo el sector: “Eso se me quedó grabado”.
Además de esas cualidades, Lombana tiene otra característica que puso su nombre en el abanico de candidatos del presidente Iván Duque para reemplazar a José Manuel Restrepo, quien dejó el minComercio para ocupar el cargo de Ministro de Hacienda, tras la renuncia de Alberto Carrasquilla:
“Ximena es una de las pocas personas que se aguanta a Germán Vargas Lleras”, dijo a La Silla un amigo de la hoy ministra, que pidió no ser identificado para hablar con libertad. De la cercanía de Lombana con Vargas Lleras se sabe porque ella, como contamos acá, hizo parte del equipo asesor de la campaña del líder de Cambio Radical.
Además está casada con Alfredo Gutiérrez, dueño con sus hermanos de Servimos, una empresa de factoring (que compra y vende facturas). Los hermanos Gutiérrez han financiado campañas políticas, incluyendo las presidenciales de Uribe y de Vargas Lleras, como detallamos acá.
Y en esta columna Daniel Coronell mostró los vínculos del cuñado de la hoy ministra con la firma Dubrand, que recibió en plena pandemia contratos de la Presidencia para mejorar la imagen del presidente Duque.
Aunque dos representantes del partido le dijeron a La Silla que no la ven como una cuota, su nombramiento se dio dos semanas después de la reunión entre el presidente Iván Duque y el exvicepresidente Vargas.
La nueva ministra también es hermana del penalista Jaime Lombana, uno de los abogados defensores del expresidente Álvaro Uribe, con quien el presidente Duque se ha reunido en varias ocasiones desde la detención domiciliaria del líder de Centro Democrático.
Pese a sus conexiones a la nueva ministra de Comercio no se le conoce como política. “Es una persona pragmática de mucho temperamento. No nombra personas por política, ella sabe armar equipos”, dijo a La Silla el exprocurador liberal Fernando Carrillo, quien fue su jefe en la Procuraduría.
Como su antecesor y amigo, José Manuel Restrepo, Lombana es abogada de la Universidad del Rosario, de hecho da clases de posgrado en la facultad de Jurisprudencia de esa universidad, y hace unos años Restrepo la convenció de dirigir una de las especializaciones de la facultad. Además tiene una maestría en Derecho de Negocios Internacionales del Washington College of Law, de la Universidad de América; y otra en Derecho Comercial de la Universidad de París 2 Panthéon-Assas. Habla inglés, alemán y francés.
Este último idioma lo perfeccionó en París, a donde fue, después de su paso por Bancóldex, a ocupar el cargo de ministra plenipotenciaria de la embajada en Colombia, es decir, la segunda a cargo. Allá llegó de la mano de Gómez Martínez (quien ocupó el cargo de embajador entre 2003 y 2006) y estuvo dos años. Era la época en la que Ingrid Betancourt estuvo secuestrada, y las relaciones con el Eliseo eran tensas.
En París conoció a Fernando Carrillo, que en ese entonces estaba de representante del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en esa ciudad. Cuando Carrillo fue nombrado Ministro del Interior, en 2012, durante el Gobierno de Juan Manuel Santos, buscó a Lombana Villalba para ser su secretaria General.
Cuando pasó del ministerio a ser embajador de España, también la tuvo como su segunda al mando. “Es una de las personas más capaces que he conocido, muy competente y una mujer de resultados (...) Ximena fue fundamental en la embajada y fue mi mano derecha en los dos años que estuve como embajador”, le dijo Carrillo a La Silla.
Tras su paso por la embajada, la hoy ministra tuvo un paso por el sector privado. Fue la encargada de la segunda oficina en América Latina de la firma de abogados española Cremades & Calvo-Sotelo, especializada en derecho internacional. Seis años después esta firma sería la encargada de llevar la demanda de Gas Natural Fenosa en contra del estado colombiano ante el Tribunal de la Haya, por el caso de Electricaribe.
Cuando Carrillo regresó a Colombia -al cargo de Procurador General de la Nación- quiso nombrar a Lombana Villalba como su segunda al mando. Pero, según le contó a La Silla, ella declinó de la propuesta porque en ese entonces tenía una hija pequeña y prefirió un trabajo menos demandante para dedicarse a su familia.
Sin embargo, después de un año en el cargo, Carrillo le propuso ponerse al frente de un proyecto de restructuración de la Procuraduría, que estaba financiado con 40 millones de dólares del BID. “Condujo uno de los programas más delicados para mi administración, con resultados impresionantes. Fue un programa que es materia de ejemplo en el BID”, dijo Carrillo.
El último contrato registrado por Lombana Villalba con la Procuraduría terminó el 31 de diciembre de 2020, por un monto de 196 millones de pesos y una duración de seis meses. Su labor era justamente liderar el proyecto para modernizar la Procuraduría, incorporar tecnología de blockchain (la que se usa en criptomonedas como el bitcoin) para el manejo de los datos de la entidad. En el Secop, no obstante, no está registrado el informe de gestión de ese contrato.
Lombana, además, ha trabajado en otras áreas relacionadas con el derecho y la diplomacia. En la Agencia de Defensa Jurídica del Estado, como el enlace del BID para el manejo de unos recursos que le dio a esta entidad, un contrato de tres meses que terminó este año. También fue Primera Secretaria de la Misión de Colombia ante las Naciones Unidas en Viena (Austria) e Investigadora del Departamento Legal de la Organización de Estados Americanos.
Como abogada se desempeñó como árbitro del tribunal de la Cámara de Comercio de Bogotá. Ahí jugó en casos sonados como los de Caracol televisión y RCN en contra de la Comisión Nacional de Televisión, en los que pedían renegociar las condiciones de las concesiones de Televisión. Y en el caso de Nelly Daza Solarte contra la Agencia Nacional de Infraestructura.
Ahora como ministra de Comercio será la encargada de administrar la salida de la recesión más profunda en la historia moderna de Colombia. Especialmente en el que los clientes colombianos en el exterior están reactivando sus compras, justo cuando Colombia vive un paro con restricciones de movilidad que frenan el comercio exterior. Además, el impacto de las noticias sobre el regreso de la violencia y las violaciones a los derechos humanos, encima de la pandemia, presentan retos enormes para reactivar el turismo.