Luis Guillermo Guerrero es un abogado javeriano de 53 años que luego de haber estado once años en la institución como magistrado auxiliar, en agosto de 2012 se convirtió en magistrado de la Corte Constitucional. Nacido el 2 de septiembre de 1958 en Pasto, Guerrero dejó una muy buena impresión en sus profesores de la Universidad e hizo desde ese momento los contactos que lo harían llegar hasta donde está ahora.
Empezó su carrera como asesor jurídico en la Universidad de Nariño en 1986 y luego de eso fue litigante hasta 1990. Y aunque tenía pensado irse a estudiar al exterior y alcanzó a salir del país, en 1991 la inminencia de una Asamblea Constituyente y su pasión por el tema lo obligó a regresarse. Un antiguo profesor de la Universidad, el ex ministro de justicia Juan Carlos Esguerra, había sido nombrado constituyente y le pidió que fuera su asesor. Guerrero no se resistió y se devolvió.
Después de eso Guerrero volvió a trabajar por su región, entre 1991 y 1992 fue Secretario General de la Corporación Autónoma para el Desarrollo de Nariño.
Luego en 1992 entró por primera vez a la rama judicial, pero no desde el ala constitucional. El magistrado del Consejo Superior de la Judicatura, Hernando Yepes, necesitaba un magistrado auxiliar y otra vez Juan Carlos Esguerra lo recomendó. Guerrero fue magistrado auxiliar de recién creada Sala Administrativa del Consejo Superior de la Judicatura y posteriormente en esta misma sala fue el Director de la Unidad de carrera judicial entre1996 y 1998.
Antes de llegar a la Corte Constitucional, en 1998 Guerrero fue abogado asesor de la Federación Nacional de Cafeteros durante dos años y luego subsecretario general de esta organización hasta el 2001.
Llegó a la Corte de la mano de un ex compañero de la Universidad, Rodrigo Escobar Gil. Guerrero, más constitucionalista que Escobar Gil, quien era experto en derecho administrativo, entró para ser su magistrado auxiliar y estuvo a su lado hasta que éste se fue de la Corte. Luego, cuando Eduardo Mendoza, también administrativista, entró a reemplazar a Escobar Gil, Guerrero pasó a ser magistrado auxiliar del nuevo magistrado.
Tanto Escobar Gil como Mendoza han sido catalogados como magistrados de corte conservadora, pero han seguido la línea de la jurisprudencia constitucional en materia de derechos fundamentales, garantías constitucionales y guarda de la Constitución. Y aunque como ciudadano Guerrero reconoce ser afín a las ideas del Partido Conservador, dice que como juez constitucional no tendría una ideología política más allá que la de respetar la Constitución.
Como Guerrero participó durante 11 años en las decisiones de la Corte Constitucional, para conocer su ideología basta ver el aporte que hizo durante ese tiempo a los fallos.
Guerrero compartió la tesis de la sustitución de la Constitución y de un uso inadecuado del poder de reforma que puede terminar por quebrantarla, la misma tesis que tumbó la segunda reelección de Uribe. Consideró que las parejas del mismo sexo tienen también derechos patrimoniales, pero más por encontrar que existía un vacío legal en el tema que por la igualdad que alegaban los que demandaron la norma. No participó en la sentencia del aborto ni en la del matrimonio gay. Y cree que las sentencias de la Corte pueden tener efectos económicos o en políticas públicas en casos extremos, como es el estado de cosas inconstitucional del desplazamiento, pero cree que hay que tener cuidado de no crear desde la Corte una estructura administrativa paralela o afectar los que deben ser los espacios reales de decisión política.
Buena parte de su campaña a magistrado constitucional ha sido hecha por su principal padrino político, Escobar Gil, y el amigo de su padrino, el actual Magistrado de la Corte, Jorge Pretelt. Con eso logró cautivar, además de sus paisanos nariñenses, a los costeños del Senado. Y como la Corte es el escenario en donde se toman las decisiones más controversiales en materia de derechos y moral, Guerrero se ha convertido en el representante de los conservadores para la Corte que quedará conformada una vez él entre a llenar la silla vacante.
Guerrero le negó a La Silla conocer o haberse reunido con el expresidente Álvaro Uribe o su ex asesor José Obdulio Gaviria. Pero no negó haberse reunido con el Procurador ni que éste esté participando en su campaña. Y aunque la campaña a magistrado lo ha obligado a ponerse el disfraz de político, hablarle directamente a los congresistas y pedirles su apoyo, sigue siendo un abogado al que le tiembla la voz para hacer afirmaciones políticas, confesar alianzas o revelar inclinaciones.
El 14 de agosto de 2012 resultó elegido por el Senado con 57, frente a 27 votos de Carlos Medellín y dos de Marta Sáchica. Por él votaron, en bancada, los partidos Conservador y de La U.