Más de 200 mil personas han firmado para que el ex Procurador no se posesione como embajador ante la OEA. Claudia Dangond, profesora de La Javeriana, sostiene que en todo caso el poder de ese cargo y el de esa entidad son muy limitados.
“Ordóñez en la OEA no es el Procurador, es un subalterno”
Más de 200 mil personas han firmado una petición para que el presidente Iván Duque desista del nombrar al ex procurador anulado Alejandro Ordóñez como embajador ante la OEA.
Sobre qué tan importante es ese organismo multilateral y la presencia de Ordóñez allí, La Silla Académica habló con Claudia Dangond. Ella es profesora y directora de posgrados en Derecho Público de la Universidad Javeriana, colaboradora del libro “Organización de Los Estados Americanos 60 Años De Aprendizaje” y autora de un capítulo en el libro “Colombia: ¿una potencia en desarrollo? escenarios y desafíos para su política exterior”. Fue candidata al Senado en 2014 por el Partido Conservador.
Ha causado revuelo el nombramiento de Ordóñez en la OEA ¿de acuerdo con el estudio que usted hizo sobre el rol de Colombia en ese organismo, qué tan importante es?
Claudia Dangond: A nivel regional es el foro más importante porque comprende todos los países de Latinoamérica, además de Estados Unidos y Canadá . Pero no tiene tanta cobertura como la ONU que tiene un carácter universal.
Su peso político es grande pero le faltan dientes, los Estados son soberanos finalmente. Si mañana hace un pronunciamiento mayoritario sobre que el gobierno venezolano es una dictadura y que hay que condenarlo, a Nicolás Maduro no le importará demasiado. De hecho ya se ha burlado antes de Luis Almagro, el secretario general de la OEA y, la figura más importante de esa organización.
LSA: ¿Qué hace la OEA?
C.D.:Se trata de un foro en el que tienen asiento todos los países miembros los cuales adquieren compromisos para que la región sea más democrática, segura y respetuosa de los derechos humanos. Esos compromisos se deben traducir en políticas públicas a nivel interno.
Los Estados parte tiene la obligación de garantizar, por ejemplo, que haya elecciones periódicas y libres, por eso acá vemos misiones electorales de la OEA durante las votaciones. También deben respetar la libertad de expresión y tener un sistema de justicia imparcial, pronto y eficaz, entre otras obligaciones.
LSA: El nombramiento de Alejandro Ordóñez como Embajador ante la OEA ha sido rechazado por muchos sectores ¿Hace diferencia quién sea el embajador?
C.D.:Un Embajador no actúa de manera autónoma e independiente. Tiene incluso mucho menos margen de maniobra que otros funcionarios públicos. El servicio diplomático tiene estructura jerárquica, como la tienen por ejemplo la organizaciones militares. Cualquier tipo de pronunciamiento o voto tiene que consultarlo y esperar instrucciones de la Cancillería. Sus jefes son el Canciller y el Presidente.
En términos comparativos, aunque un Procurador no debería mezclar su función con sus propias convicciones, es autónomo; no pertenece a ninguna de las ramas del poder público.Quizá como Procurador, Alejandro Ordóñez se habría negado a participar de un foro a favor de la ideología de género pero como embajador ante la OEA, si la posición de Colombia, del Presidente, es apoyar ese tema, su deber es representar al país en ese sentido.
La cuestión no es que Ordóñez sea el adecuado sino que sea capaz de cumplir instrucciones
LSA: Más allá de las limitantes que tiene, ¿le parece que Alejandro Ordóñez era la persona idónea para ser el Embajador?
C.D.:La cuestión no es que Ordóñez sea el adecuado sino que sea capaz de cumplir instrucciones porque esa es la función del embajador.
LSA: En Change.org, más de 200 mil personas han firmado una petición para que Ordóñez no sea Embajador en la OEA ¿hace mella eso en la representación?
C.D.:Pueden ser 300 mil firmas las que están en contra del nombramiento pero hay que recordarles a los firmantes que Ordóñez en la OEA no es el Procurador, es un subalterno del Presidente.
LSA: Muchas personas no se sienten representadas por Ordóñez ¿El cargo de embajador ante la OEA tiene esa connotación simbólica?
C.D.: No es un cargo de elección popular. Obedece instrucciones del Gobierno y es representante del país. En ese sentido el que Ordóñez piense o no piense de una determinada manera no tendría que ser relevante en sus funciones y en su representación misma.
LSA: En el libro de que es coautora se critica que en los sistemas presidencialistas la política exterior pareciera ser una cuestión reservada al Ejecutivo y que ni el Congreso ni los partidos políticos, por ejemplo, intervienen. Ante la polémica por la elección de Ordoñez ¿Considera las otras ramas del poder público deberían intervenir? ¿Podrían?
C.D.: Constitucionalmente hablando el manejo de la política exterior y de las relaciones internacionales le corresponden al Presidente, que tiene dos sombreros, uno como jefe de gobierno para manejar los asuntos internos y otros como jefe de estado para manejar los asuntos externos. Es en esta calidad que designa el Canciller y todo el cuerpo diplomático sin intervención ni participación del legislativo ni de la rama judicial.
En los casos que intervienen es cuando, por ejemplo, el Gobierno firma un tratado internacional, que puede ser de libre comercio con otro país. Dicho tratado debe aprobarlo el Congreso mediante una ley y, posteriormente, la Corte Constitucional revisar que se ajuste a la Carta Política.
LSA: ¿Es deseable que sea así?
C.D.: Es lo que se maneja en el mundo. Sin importar el tipo de gobierno, la política debe ser coherente y no estar politizada.
LSA:En el libro del que es coautora se recuerda que Colombia fue protagonista en la creación de la OEA a través del liderazgo de Alberto Lleras Camargo lo que lo llevó a ser su primer Secretario General. ¿Cuál cree que es el mensaje que Duque envía en materia de política exterior nombrando a Ordóñez como embajador en la OEA?
C.D.: Yo creo que no hay ningún mensaje sino que se trató de una decisión racional del Presidente. Tuvo en cuenta que es un tipo estudioso y un jurista importante aunque nunca lo he oído hablar sobre Derecho Internacional y política exterior.
Tuvo también en cuenta que es el líder de de un sector importante, un sector que lo apoyó. En todo caso, aunque la embajada ante la OEA tiene cierta visibilidad y es rico vivir en Washington no tiene el peso, por ejemplo, de la Embajada ante los Estados Unidos. El nombramiento de Ordóñez tiene visibilidad más por el imaginario que hay sobre él que por el cargo mismo.
El nombramiento de Ordóñez tiene visibilidad más por el imaginario que hay sobre él que por el cargo mismo.
LSA: Gustavo Petro, uno de los principales líderes de la oposición, anunció que apelará a la Corte Interamericana de Derechos Humanos -que hace parte del sistema interamericano que encabeza la OEA- ante la negativa del CNE a reconocerle personería jurídica a la Colombia Humana. Ordóñez lo destituyó cuando era Procurador ¿Qué tanto puede influir como embajador en la Corte Interamericana en ese y en otros procesos?
C.D.:La Comisión, que es quien investiga las denuncias, y la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que juzga y condena a los Estados parte cuando incumplen sus compromisos, hacen parte del sistema interamericano pero no dependen de la OEA. Alejandro Ordóñez es el embajador ante la OEA luego no tiene ninguna injerencia en dichos organismos.
La defensa del Estado colombiano dentro de los procesos se hace desde el país a través de abogados que se contratan para ese fin o de la Agencia de la Defensa Jurídica del Estado, pero no a través de la misión de Colombia ante la OEA.
LSA: ¿Cuál es el rol de la OEA en asuntos claves para Colombia como la migración masiva de venezolanos o la disputa limítrofe con Nicaragua?
C.D.:La crisis de Venezuela afecta prácticamente a todos los países miembros. Brasil, Perú Panamá, Bolivia, Estados Unidos. Más allá de la posible ineficacia de las sanciones que se le impongan al gobierno de Maduro, que los países de la región actúen en bloque ayuda a gestionar ayudas ante Naciones Unidas y la Unión Europea, por ejemplo.
En el caso de Nicaragua, aunque se trata de un tema bilateral, para Colombia es más fácil ejercer presión sobre ese país en la medida en que haya pronunciamientos de la OEA –por ejemplo sobre el estado de la democracia en ese país- que de Canciller a Canciller.
LSA: El libro critica que el país ha enfocado su política exterior en las relaciones con Estados Unidos y no ha prestado atención a los procesos que podría liderar en la región a través de organismos multilaterales como la OEA ¿Cree que la legalización de la droga es uno de ellos cuando pese al desarme de las Farc subsisten múltiples actores ilegales disputándose el negocio del narcotráfico?
C.D.: Duque recibió un país con los cultivos de coca desbordados y con la amenaza de ser descertificados por Estados Unidos. Yo creo que en su visita a ese país, antes de posesionarse, adquirió unos compromisos para parar ese proceso. Por tanto el enfoque prohibicionista se va a mantener.
Pero hay que empezar por los mangos bajitos, los logros fáciles de alcanzar, que no por eso son menores. Un ejemplo de ello es la legalización del consumo con fines médicos, lo que va abriendo el camino para otras medidas que eventualmente se acerquen a la legalización. Para que lleguemos a lo que tiene Holanda y sin asumir que es lo deseable, faltan generaciones, porque falta mucha conciencia en la sociedad de lo que implica el consumo, mucho trabajo de prevención y educación.
Sin duda el combate del narcotráfico como se ha venido dando no ha traído los resultados esperados. Es un negocio. Con instituciones débiles y necesidades que se colman con la cultura de la plata fácil, esa pelea la tenemos perdida.
LSA: Usted es coautora de un libro sobre el papel histórico que ha tenido Colombia en la OEA ¿Cómo puede el presidente Duque ejercer un liderazgo importante?
C.D.: “La OEA es lo que los Estados quieren que sea”, decía Alberto Lleras Camargo.
Colombia es un líder en la región. Es uno de los países más estables en términos democráticos, con elecciones periódicas y una sola dictadura, la de Rojas, entre el 53 y 57, que fue blanda y corta. Con libertad de prensa y una política exterior estable y seria. Tiene todas las credenciales para liderar un proceso en el que los países de la región le puedan hacer contrapeso y tener un relacionamiento como bloque con Europa y los países asiáticos.
Y Duque puede ejercer ese liderazgo. Conoce el sistema, tiene una trayectoria importante en el BID (que es parte del sistema interamericano) y tiene un Canciller que entre los ministros es uno de los que tiene más experiencia.
LSA: En los últimos años Colombia ha tenido una relación difícil con sus vecinos. ¿Aunque el embajador reciba órdenes se necesitan unas cualidades para poder ejercer ese liderazgo y profundizar el multilateralismo ¿Cree que Ordóñez las tenga?
C.D.: Él es un líder. Hay gente que no le gusta, pero detrás hay unas fuerzas que lo apoyaron, lo impulsaron y lo llevaron donde está.
Probablemente tenga que afinar los matices diplomáticos y probablemente eso hizo parte de la conversación que tuvo con el Presidente al designarlo.
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