Colombia no está tan dividida como creemos… y sentimos

Colombia no está tan dividida como creemos… y sentimos

La sensación que tenemos al usar Twitter es que estamos polarizados en todo y que participamos en esta red entre dos polos sin puntos de conexión: izquierda o derecha, blanco o negro.

En Movilizatorio, acabamos de finalizar el “Estudio de audiencias sobre polarización”. Lo hicimos en alianza con la Fundación Ford, la Fundación Santo Domingo y Open Society Foundation. En él analizamos más de 2,6 millones de trinos durante todo el 2020 en torno a seis temas: proceso de paz, protesta social, corrupción, Venezuela, medio ambiente y género y diversidad. 

Para efectos del estudio, se considera que una conversación es polarizada cuando, del 100 % de los trinos, se crean dos grupos opuestos con por lo menos el 30 %  de retrinos que van consolidando grupos que comparten una misma perspectiva sobre un tema.

Encontramos que no estamos tan polarizados como la opinión pública suele asegurar y como normalmente sentimos.

Empecemos por las buenas noticias.

En nuestro análisis encontramos que las conversaciones sobre medio ambiente y género y diversidad no están polarizadas. Aunque en este momento sea difícil creerlo, ¡hay cosas en las que estamos de acuerdo! 

En el análisis cuantitativo encontramos que el 61 por ciento de los usuarios están entusiasmados por el cuidado del ambiente, pero también nerviosos ante la deforestación acelerada producto del licenciamiento a multinacionales para explotación de recursos naturales. El aumento de la contaminación también es visto con preocupación por algunos usuarios, así como lo que está ocurriendo en el Páramo de Santurbán, el fracking y la aspersión con glifosato.

El análisis matemático en Twitter mostró que, durante el 2020, no había grupos claramente aislados y que los diferentes twitteros interactuaban entre sí. Así lo muestra la gráfica del tercer trimestre de 2020 de esta conversación.

Esta gráfica muestra que aunque existen varios grupos (se han coloreado para  mejor visualización) estos no se muestran aislados sino que pueden apoyar (retrinar) a usuarios de otros grupos. Como se verá más adelante, cuando hay mucha polarización, los grupos son más cohesivos y no se intercambian apoyos.

Gráfica 1. La conversación menos polarizada, la de medio ambiente

Encontramos también que las conversaciones sobre corrupción, protesta social y Venezuela no estaban polarizadas en 2020, aunque se evidenció que tenían un gran potencial para polarizarse. Lo anterior debido a que la evidencia apunta más a que existen minorías intensas en dos polos (es decir, grupos que no llegan a un 30 por ciento de la conversación, pero que son altamente cohesionados y estables), que hacen mucho ruido, pero que no representan el sentir de las mayorías.

La conversación sobre corrupción no está polarizada porque no existen dos grandes grupos que ocupen más de un 30 % de la conversación que tengan visiones enfrentadas sobre el tema. Sobre el ánimo del país, revelado en el análisis cualitativo, es preocupante ver que un 80 % de los usuarios se siente nervioso ante la situación actual de la corrupción, lo que implica una pérdida de optimismo en el futuro de Colombia y de confianza en los gobernantes actuales. Ahí también los usuarios están de acuerdo, pero sobre un tema negativo. 

La migración y la xenofobia no dominan la conversación sobre Venezuela, pero esta sí es usada para deslegitimar y desprestigiar a adversarios y opositores. Sólo el 7 % de los usuarios publican mensajes explícitos de odio y xenofobia y piden estrictos controles sobre la migración. El 68 % de las cuentas no habla de la migración venezolana, sino que critica al gobierno de Venezuela. Eso sí: la pandemia sí aumentó la preocupación por, o el rechazo hacia, los migrantes venezolanos. 

Por otra parte, el Acuerdo de Paz sigue siendo uno de los temas más polarizantes en el país. Esto parece obvio en este momento, pero hay un dato importante: el 80 por ciento de quienes participan en esta conversación están de acuerdo con que la implementación del acuerdo no ha sido exitosa. El desacuerdo está entonces en quién es el responsable de este fracaso. 

Esta gráfica muestra que hay dos grupos ocupan más del 30 por ciento de la conversación en Twitter sobre el tema, un claro indicador de polarización. Esta tendencia no se modificó durante todo el 2020.

Gráfica 2. La conversación más polarizada, la del Acuerdo de Paz

Para el 2020 no había suficientes indicadores para concluir que la conversación sobre protesta social estaba polarizada. Sin embargo, algunos indicadores sugerían que podían polarizarse a futuro, como efectivamente lo estamos viviendo ahora en 2021. El análisis cualitativo permitió ver que los temas más frecuentemente discutidos fueron las y los estudiantes, el Esmad y el asesinato de Javier Ordóñez en septiembre del año pasado. El 75 por ciento de las y los usuarios manifestaron preocupación por la violencia que siguió a las protestas y marchas ciudadanas, así como por la desprotección que sienten por parte de las autoridades.

Esta gráfica muestra que hay dos grupos que se diferencian y se comunican poco (es decir, que hay bajos niveles de retweets entre sí), pero que todavía no alcanzan el nivel de un 30 por ciento de la conversación, por lo que se puede afirmar que todavía no está polarizada. Pero sí tiene un gran potencial polarizador.

Gráfica 3. La conversación con potencial de polarizarse, la protesta.

En los temas y conversaciones donde hay más polarización vimos que predomina un sentimiento de nerviosismo en las audiencias. 
Además, hallamos que las mujeres participamos mucho menos en las conversaciones más polarizadas. ¿Casualidad o causalidad? Las conversaciones menos polarizadas giran en torno a temas puntuales. En las más polarizadas, por el contrario, predomina la hiperpersonalización, es decir, se centran en instituciones o personas. Como consecuencia directa de esto, el debate se centra poco en políticas públicas o posibles soluciones a nuestros problemas, y mucho en características personales de actores particulares. 

Encontramos, también, que hay actores que tienden puentes de comunicación entre posiciones opuestas; a estos los llamamos “puentes” o “bisagras”, entre los que podrían destacarse algunos medios de comunicación, analistas, actores no partidarios y líderes de opinión moderados. Estas “bisagras” son muy importantes, pues tienden puentes de comunicación entre posiciones —en apariencia— irreconciliables. Es muy importante asegurar su supervivencia. 

Frente a lo que se viene electoralmente en Colombia es también importante recordar que, aunque las dinámicas polarizadoras ofrecen incentivos electorales o políticos de corto plazo, son contraproducentes para construir proyectos políticos sostenibles. Las dinámicas polarizadoras no permiten construir consensos más allá de los nichos de apoyo establecidos. Esto puede tener mucho que ver con la crisis de gobernabilidad que estamos afrontando en estos momentos.

Las redes sociales, como Twitter, tienen una estructura de incentivos que contribuye a diluir la responsabilidad personal: anonimato, cuentas falsas, bots, perfiles de trolls. Además, sus algoritmos nos llevan a ver más de lo que nos gusta. Este esquema alimenta la polarización y está en cada uno de nosotros consumir de manera mucho más consciente la información, seleccionar nuestras fuentes de información de forma variada y comunicarnos con quienes piensan diferente.

Al fin y al cabo, hay temas que sí nos unen, como lo muestra este estudio.

 

 

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Red de Ciencia e Innovación

*Este es un espacio de opinión y debate. Los contenidos reflejan únicamente la opinión personal de sus autores y no compromete el de La Silla Vacía ni a sus patrocinadores.

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