La descarbonización en Colombia: ¿estamos preparados?

Html

Molinos_12_06_2017.jpg

Se necesitan acciones urgentes como programas de reconversión laboral en las regiones extractivas, impulsar proyectos agrícolas y promover la transición energética para contribuir a la descarbonización.

El fin del carbón a mediano plazo es innegable. Más si se tiene en cuenta que los países firmantes del Acuerdo de París lo están desplazando cada vez más para combatir el cambio climático. Es importante resaltar que este tratado tiene como principal propósito descarbonizar la economía mundial y migrar hacia energías limpias, suceso que no es nuevo pero que causa gran incertidumbre a países dependientes financieramente de este fósil como el nuestro. 

Colombia cuenta con las mayores reservas de carbón en América Latina, es el quinto exportador en el mundo. Este mineral genera cerca de 130 mil empleos en las regiones; representa poco más del 80 por ciento de las exportaciones del sector minero y es el 1,1 por ciento del PIB.

Sumado a las implicaciones climáticas de este fósil, la caída de los precios en el 2020 es otra razón más para pensar en abandonar este mineral. El año pasado la producción cayó un 40 por ciento y los precios tocaron niveles históricos de 34 dólares la tonelada después de superar los 100 dólares en los años anteriores. Situación que en el caso colombiano llevó a que las empresas Prodeco y Colombia Natural Resource (CNR) cerraran sus operaciones.

Este complejo panorama lleva a cuestionarse si estamos preparados para una pronta economía descarbonizada y la respuesta es: no. Por ejemplo, el PIB de departamentos como La Guajira y el Cesar depende de este fósil: 43,9 por ciento y 36, 7 por ciento del PIB, respectivamente. Además, según el Gobierno Nacional, gracias a esta actividad estos departamentos, han generado por lo menos 40 mil empleos.

Igualmente, las regalías en estos municipios y departamentos extractivos no fueron bien invertidas; no se generaron riquezas a largo plazo y no se proyectaron para un futuro sin el mencionado mineral. Entonces en medio de este contexto, es hora de buscar alternativas para sopesar la salida del carbón, acciones urgentes como programas de reconversión laboral, impulsar proyectos agrícolas y promover la transición energética.

Asimismo, por el momento y dada las salidas abruptas de compañías como Prodeco y CNR, es necesario blindar al país en medio de la descarbonización. Por tal razón, trabajar en leyes para la protección de los trabajadores, fortalecer las autoridades mineras y reforzar el control ambiental, contribuyen al golpe del abandono del carbón.  

El fin de los combustibles fósiles es innegable y el carbón va ser el primero en caer, ya que se pronostica que su demanda va disminuir drásticamente después del 2030. De esta manera, nuestro país debe avanzar y aprovechar su potencial eólico y solar, es decir progresar en la transición energética que tanto se ha dilatado por decisiones tardías o falta de políticas públicas.  

Es un hecho que no estamos preparados para afrontar la salida de este mineral y ahora debemos buscar caminos y soluciones que permitan reemplazar los beneficios que se generan gracias al carbón. Posiblemente la explotación responsable del cobre y oro contribuyan a esto. El contexto requiere acciones a corto plazo para enfrentar lo que era inevitable,  pero pareciera que nunca se quiso aceptar. 

Para mayor información sobre el sector de hidrocarburos en Colombia, visite: crudotransparente.com

*Este es un espacio de opinión y debate. Los contenidos reflejan únicamente la opinión personal de sus autores y no compromete el de La Silla Vacía ni a sus patrocinadores.

Compartir
0
Preloader
  • Amigo
  • Lector
  • Usuario

Cargando...

Preloader
  • Los periodistas están prendiendo sus computadores
  • Micrófonos encendidos
  • Estamos cargando últimas noticias