Juanita León entrevistó a Leyner Palacios, el líder de víctimas chocoano ganador del Premio Global por el Pluralismo, para conocer su perspectiva frente al posconflicto y el nuevo Gobierno.
La tarea del nuevo gobierno es la implementación de los Acuerdos: Leyner Palacios
leynerp.jpg
Juanita León: Cuando se firmó el acuerdo de paz en Cartagena las Alabadoras de Bojayá cantaron una canción que me pareció el símbolo de la firma del acuerdo de paz. Le dijeron a las Farc y Al Gobierno “llegaron hasta aquí, eso es maravilloso. Pero por favor no me vayan a decepcionar”. Yo quería preguntarte, desde el territorio, desde Bojayá, ¿se sienten decepcionados o sienten que las dos partes poco a poco han ido cumpliendo con ese compromiso de comenzar a construir la paz y a llevar a cabo el acuerdo?
Leyner Palacios: Las mujeres cantaron muy bonito y fue una gran ilusión para nosotros porque comenzamos a disfrutar de vivir en tranquilidad.
Nosotros no dormíamos más de cuatro horas diarias por las detonaciones, era muy difícil. Y vino el proceso y empezamos a vivir como debe vivir un ser humano, al menos con un poco de tranquilidad.
Desafortunadamente esa tranquilidad, una vez se da la salida de las Farc, se comienza a alterar por la presencia de paramilitares y en Bojayá desafortunadamente esa realidad todavía sigue. Luego detona en el Bajo Atrato con una serie de asesinatos en donde se presentan confrontaciones y luego en toda la parte de San Juan y luego toda la situación en Tumaco.
Entonces para nosotros hubo un nivel de frustración porque sentimos que esos arreglos y esas esperanzas de paz que empezamos a disfrutar a los pocos días nos arrebató la esperanza.
De verdad que ha sido, en algunos casos, algo bastante doloroso porque hemos sentido en algunos momentos que nos han castigado por haber jugado a la paz, por haber decidido estar con una iniciativa de reconciliación. Unido a eso no hubo una respuesta de protección. Entonces sí sentimos en estos momentos un nivel de desilusión bastante fuerte.
Juanita León: ¿Cómo te explicas esto? Porque Bojayá era el ícono de lo que iba a terminar con el acuerdo de paz o sea ¿qué fue lo que falló? ¿En qué áreas, qué ruta podría ser mejor desde el principio o era simplemente muy complicado y eso era un riesgo inevitable?
Leyner Palacios: Yo pienso que el proceso de paz es difícil y tiene una línea bastante compleja. Pero para nosotros es inconcebible que no se tomen algunas medidas ¿Cómo comprender que el tema de la seguridad no se haya resuelto? Tanto que se habló en el marco de las conversaciones de la importancia de elaborar unos planes de protección especial para esos territorios donde las comunidades estaban siendo vulneradas.
Juanita León: ¿Qué fue lo que pasó? ¿No llegó el ejercito, no llegó la policía o llegaron pero no lograron salvar el territorio?
Leyner Palacios: Sí, hay muchas autoridades que están en el Pacífico colombiano. En el Pacífico colombiano hay tal cantidad de militares, ya casi que igual cantidad que población. Pero no se traduce en tranquilidad para la gente.
¿Qué es lo que está pasando ahí? Que esas autoridades en algunos casos están en colaboración y coordinación con los grupos ilegales. Y lo que está pasando en el Bajo Atrato, Apartadó y San Juan, pues deja en evidencia esa corrupción que todavía no hemos logrado depurar de la autoridad en algunos casos.
En otros casos la autoridad, aunque está en el territorio, no es capaz de controlar el territorio.
Nosotros los señalamos con puntos exactos. Si el Estado quiere garantizar seguridad en estos territorios deben intensificar más elementos en estos puntos. Eso es una cuestión de simple lógica, sin embargo, eso no se hizo.
Y la otra situación muy penosa es que el Estado nunca ha estado en esos territorios y esperábamos que ahora al menos hubiera una acción rápida que tendría que verse. Entonces muchos de los jóvenes también han entrado en nuevas economías ilegales precisamente para revindicar sus situaciones.
Es que estar en el Pacífico, en Tumaco, y decirte que van a quitar la coca. Luego piensan y miran a la familia que tienen que mantener y no tienen que comer. Es muy tremendo.
Entonces la política que se han debido plantear tendría que haber sido más como un plan de choque, un poco más fuerte y contundente en ese sentido.
Juanita León: ¿Tú crees que se ha perdido la oportunidad de paz en Bojayá?
Leyner Palacios: No. Nosotros precisamente hacemos esta crítica para que visualicemos donde están los puntos débiles en la implementación de los acuerdos.
Yo he sido bastante crítico pero no creo que hayamos perdido la esperanza.
Precisamente, debemos ser muy concientes de lo que no estamos haciendo bien, no podemos seguir alabándonos porque quizá eso nos desvía del objetivo.
Llevamos estas dificultades precisamente para que seamos capaces de movilizarnos con mayor conciencia.
Por eso Bojayá sigue cantando. Bojayá por eso sigue con la esperanza. Por eso estamos aquí. Hemos sido símbolo de la reconciliación y no vamos a desfallecer en seguirle hablando al país.
Seguramente cambie la política. Habrá un nuevo presidente. Habrá nuevos cambios de autoridades. Pero nosotros vamos a seguir empeñados en la tarea porque también consideramos esto como una posibilidad de reivindicar la necesidad de nuestros familiares y nuestros hijos.
Hemos entendido también que este es el camino correcto y ahí tenemos toda la ilusión y toda la esperanza.
Juanita León: Leyner, parte del Premio Mundial del Pluralismo fue por todo el trabajo que tú hiciste de unirte con otras víctimas para poder enfrentar la situación y reclamar sus derecho. Por qué no nos cuentas cómo fue, qué hiciste, qué tan difícil es articularse con otras víctimas y si sientes que pagó el esfuerzo.
Leyner Palacios: Bueno es más fácil hacerlo que contarlo, realmente.
Yo me acuerdo cuando nosotros estábamos en esa situación tan difícil uno miraba y decía, “qué hacer realmente que apunte” y lo primero que quizá pudimos hacer fue generar muchos espacios de escucha, mucha escucha y diálogos con la gente para poder precisamente atinar a dar una propuesta de lo que se estaba necesitando.
El diálogo nos permitió identificar factores que estaban en deuda con Bojayá y que la gente estaba reclamando para precisamente partir de la necesidad de la gente.
Una de las cosas que la gente nos dijo mucho fue “nuestros muertos no han llegado a tiempo”, entonces entendimos que había un problema de exhumación.
Como ya había un asunto concreto, la gente alrededor de un tema se articulaba más fácil.
El otro asunto es que en Bojayá no hemos logrado dar asistencia a los 159 lesionados. Entonces cuando estábamos en las jornadas salían y nos decían, “pero es que ustedes están peleando por los muertos”, pero de esos ya resolvieron el problema, peleen por los heridos, por los lesionados que son 159 personas y nosotros tenemos aquí el dolor latente.
Entonces también empezamos ese asunto como parte de la reivindicación.
Juanita León: ¿Cómo ha sido el tema de la reparación?
Leyner Palacios: Bojayá era un municipio que estaba priorizado por los asuntos de reparación. Sin embargo, no estaba incluido como un sujeto de reparación colectiva. Tanto para afros como indígenas, estaba sólo la cabecera municipal de Bella Vista.
Entonces entendimos que ahí había una oportunidad para que se incluyeran los derechos no sólo de las comunidades negras sino que también de los 32 resguardos indígenas y eso nos permitió comenzar a hablar con sus organizaciones. Dijimos “armamos una organización nueva o construimos con la que estamos” y yo no me arrepiento realmente de haber invitado a un grupo de líderes de distintas organizaciones en proceso para trabajar realmente estos temas.
Juanita León: ¿Y hablar con las Farc?
Leyner Palacios: Teníamos mucho dolor, pero entendimos que era necesario hablar con las Farc. Nosotros abrimos la oportunidad en medio de todo un sufrimiento a escucharlos.
Esa situación no es fácil para el país, hablar y escuchar al diferente. Entonces generamos un mecanismo de diálogo con La Habana y en el territorio también precisamente para identificar qué elementos estaban dañando la tranquilidad de la gente. Y eso nos permitió construir algo en medio de esas diferencias.
Entonces digamos que fue un proceso de mucha conversación, primero con las organizaciones y con las víctimas, pero también escuchar mucho y hablar también con los victimarios y a partir de eso abrir un proceso. Nosotros nunca nos cerramos.
Juanita León: ¿Y sientes que estamos listos para escuchar?
Leyner Palacios: Yo pienso que en Colombia la gente quiere escuchar solamente lo que piensan y que le digan lo que quiere. Así no pueden construir.
Nosotros también hemos abierto un camino de diálogo para la posibilidad del perdón y encontrarnos con los paramilitares y también hemos dicho la importancia de un diálogo para que el Estado por fin reconozca los asuntos de su responsabilidad, incluso los casos de su omisión frente a los hechos de Bojayá.
Entonces pienso que desde esa perspectiva y esa apertura que tenemos se pueden construir cosas y eso es lo que estamos intentando.
Fuimos afortunados pues hemos contado con un nivel de acompañamiento internacional bastante importante en el territorio, y que también han respetando nuestra autonomía y eso también ha dado el valor para el relacionamiento público.
Juanita León: Estamos en un momento político muy particular donde el pluralismo no es exactamente un valor muy presente en el debate público ¿cómo comienza uno a caminar en la senda del pluralismo?
Leyner Palacios: Bueno, es bien complicado. Yo pienso que es muy importante que nos repensemos la reconciliación. Te daré un caso que la misma gente me enseñó.
En el proceso que llevábamos, una madre se me acercó y me dijo: “Leyner, no abramos ningún diálogo con las Farc porque ellos van a victimizarnos nuevamente”.
A los pocos días esa misma madre vino y me dijo: “Leyner hablemos con las Farc porque yo necesito saber dónde está mi hijo”.
El conflicto nos ha entrelazado en una cadena de odio y de situaciones en la que estamos amarrados. Hay mamás que tienen sus hijos en los paramilitares, esa misma madre tiene otro hijo en la guerrilla y también en el ejército colombiano.
Yo creo que para avanzar en la agenda del pluralismo nosotros necesitamos superar ese odio, esa rabia y todo ese daño que nos hemos generado por el conflicto armado. Y la única fórmula que yo encuentro más próxima a que nos veamos como hermanos es aportar a un camino de reconciliación.
Precisamente para que, desde ese camino de reconciliación, podamos avanzar en los otros problemas que nos quedan en el país.
Por eso nosotros no nos cansamos de anunciar y decir que nuestra apuesta es por la reconciliación. Yo no creo que una madre pueda determinar cuál de los tres hijos que están en x grupo es más bueno. Más allá de juzgarnos, veámonos como víctimas y victimarios. Y reconstruyamos este país sin olvidar todas las barbaries, todas las cosas pero avanzando en esa reconciliación.
La coyuntura de las elecciones es importante. Las víctimas tienen unos derechos y la sociedad también. Hemos venido avanzado en el pluralismo como vemos en una gran cantidad de leyes y normas. El presidente tiene que enmarcarse en ese Estado social de derecho y regirse por esa senda.
Y entonces si nos reconocemos y nos valoramos desde esa diversidad y desde esos derechos que cada uno tiene pues podemos construir siempre algo.
Juanita León: Dos cosas que el próximo presidente debería hacer por las víctimas
Leyner Palacios: Continuar fortaleciendo los procesos de reparación colectiva y de reparación individual y también contar más la verdad.
Cuando yo estuve en La Habana, lo que más me decían las víctimas era: “yo quiero que me den una explicación del porqué mataron a mis familiares” y la fórmula más adecuada que se encontró fue el establecimiento de una comisión del esclarecimiento de la verdad en el conflicto. También una comisión para la búsqueda de personas dadas por desaparecidas.
En los acuerdos de La Habana hay unas pautas, hay una serie de cosas que tienen que ver con la garantía de los derechos de las víctimas y un país que se reconoce como víctima no puede olvidar esos derechos.
La tarea del nuevo gobierno es, sin duda, la implementación eficaz y contundente de esos acuerdos de La Habana. No tenemos otro camino.
En los diálogos se acordó la formulación de unos programas de desarrollo con enfoque territorial, ¿qué es eso? es educación, es salud, es vivienda, es servicios básicos para esa Colombia rural. Y ahí tenemos un gran desafío en los próximos años de cerrar más esa brecha entre la ciudad y el campo.
Una anécdota en el tema de participación, para finalizar. En Bojayá, en el plebiscito, nosotros votamos la mayoría al sí y fueron dos mil votos que sacaron.
Sin embargo, allá hay seis mil cédulas aptas para votar ¿Por qué no votó más gente en favor del plebiscito? Porque en las comunidades indígenas de mi municipio, en ninguna, hay puestos de votación.
En ninguna hay mesas de votación y les tocaba venir desde allá de su sitio hasta acá. En cambio, acá en Bogotá, se podía correr y llegar en 5 minutos al punto de votación y ejercer su derecho al voto. El gran desafío que tiene Colombia es, precisamente, proveer mayor servicio a esas comunidades.
Juanita León: Iván Duque ha dicho que él va a replantear el enfoque territorial en los acuerdos rurales ¿Esto sería demasiado grave para la gente en Bojayá?
Leyner Palacios: Sería una ofensa para el pluralismo y una decisión contraria a la Constitución. Ahí tenemos la diversidad multicultural ya planteada; tenemos el derecho a la paz. Devolvernos a esos momentos de oscurantismo, siento que no sería saludable.
Ahora bien, también podemos pensar que en campaña se pueden decir muchas cosas sin ver si realmente es factible. La pregunta también sería si la sociedad colombiana está dispuesta a tolerar una situación de agravio, no únicamente al pluralismo, sino que también atenta a la dignidad de las víctimas.
Entonces pienso que es necesario replantear esa política y creo que la sociedad no podría aceptar ese tipo de gestión.
Historias relacionadas
*Este es un espacio de opinión y debate. Los contenidos reflejan únicamente la opinión personal de sus autores y no compromete el de La Silla Vacía ni a sus patrocinadores.