Cinco razones por las que el General Montoya no debería pasar de agache en lo de la Cacica Gaitana

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En agosto del año pasado, la Fiscalía llamó a interrogatorio al General retirado Mario Montoya por la falsa desmovilización del Bloque Cacica La Gaitana.

En agosto del año pasado, la Fiscalía llamó a interrogatorio al General retirado Mario Montoya por la falsa desmovilización del Bloque Cacica La Gaitana.

En ese momento su abogado, Andrés Garzón, dijo a Semana que “su defendido en ese entonces solo actuó como comandante del Ejército en el proceso de desmovilización, pero que jamás intervino en el proceso”.

Desde entonces no se ha sabido qué avances ha tenido ese proceso contra el ex comandante del Ejército durante el gobierno de Uribe, ya que toda la atención ha estado centrada en el ex Alto Comisionado Luis Carlos Restrepo.

Pero estas son cinco razones por las que Montoya no debería pasar de agache en este episodio.

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Restrepo dice que el general Montoya fue quien le dio la información

En su entrevista a El Colombiano, el ex Alto Comisionado de Paz dijo que él recibió la información sobre el Cacica La Gaitana de Inteligencia Militar, con el apoyo del general Mario Montoya. “Ellos me dijeron que los guerrilleros querían desmovilizarse. Lo que hago es actuar bajo el principio de confianza que me entregó el Estado y como funcionario verifico la voluntad de paz de los que dejarían las armas. Ahí recibí un listado. El Ejército tuvo participación directa".

En otra entrevista, Restrepo dijo: “He pedido que se entreguen los certificados del Comité de Dejación de Armas, he pedido que el Ejército entregue los informes de inteligencia a partir de los cuales me dijeron a mí que este bloque quería desmovilizarse. Me los han negado. El Gobierno (del presidente Juan Manuel Santos) me los ha negado”, dijo el ex comisionado.

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El contacto inicial de 'Olivo Saldaña' desde la cárcel fue con el Ejército

'Olivo Saldaña' era el jefe de finanzas de las Farc en el sur del Tolima. Desertó en 2004 y en agosto de ese año fue detenido por la Policía y condenado por rebelión, secuestro, homicidio y extorsión. Tal como lo contó  Semana en su momento “al ver que su situación jurídica empeoraba cada vez más y su perspectiva era pasar varias décadas en la cárcel, Saldaña se contactó con el Ejército y se convirtió en informante”.

La ‘desmovilización’ de los guerrilleros presos estaba a cargo de los militares porque servían como fuente de información sobre las Farc y sus supuestos aliados en la sociedad civil. Como lo contó La Silla Vacía, 'Olivo Saldaña' se convirtió en el principal testigo de los procesos de Farcpolítica que se han caído luego. El General Montoya aceptó en el momento de la celebración sobre la desmovilización del Bloque, que Saldaña era “un hombre con el que venimos trabajando”.

Según señaló en ese momento el comando del Ejército, el trabajo de inteligencia militar había tomado más de un año, tiempo en el cual contaron con la cooperación de ‘Saldaña’.

“El trabajo se hizo con él desde la cárcel y no lo contamos antes por la reserva y la seguridad de ‘Saldaña’ y los otros hombres que se iban a entregar. A través de él fue que pudimos llegar a los otros cuatro comandantes de ese grupo”, indicó el Ejército.

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Fue el Ejército el que entrevistó a los supuestos combatientes

La desmovilización del Cacica La Gaitana fue atípica. Para comenzar, fue la única que no contó con el monitoreo de la OEA. Normalmente, la Fiscalía era la encargada de tomar las declaraciones de los desmovilizados. Pero en este caso, fue el Ejército el que entrevistó a los falsos guerrilleros, “con el argumento de que la desmovilización fue pactada con ellos”, según contó en su momento Semana. “La Policía del Tolima dijo que “no nos han dejado arrimar por allá” y la Fiscalía se quejó de que los hubiesen marginado de este procedimiento”, contó la Revista.

Los militares de la Sexta Brigada del Ejército, según han dicho los mismos militares, fueron quienes entrevistaron a los falsos desmovilizados, el DAS les dio los pasados judiciales y la Registraduría les dio contraseñas a los indocumentados. Ni al DAS ni al Ejército se les ocurrió tomar las improntas del arsenal que entregaron. Y las armas fueron sacadas de la zona en un camión y enviadas a destruir en Indumil, según contó después 'Biófilo', uno de los guerilleros que planeó el montaje.

Cuando los periodistas quisieron más información sobre esta desmovilización, el vocero designado fue el general Montoya.

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En ese momento,  el Ejército estaba en el ojo del huracán

El general Montoya llevaba solo una semana como comandante del Ejército, pero se estrenó en el cargo en un momento en el que la institución estaba siendo cuestionada desde varios frentes. En la semana en que se produjo la falsa desmovilización, las Farc tenían en vilo seis departamentos por paros armados, y ataques contra la población civil.

También acababan de anunciar que entregarían a dos policías secuestrados y el tema del canje por guerrilleros presos estaba en el orden del día. Se estaba preparando la tercera ronda exploratoria con el ELN. Y lo más grave para el Ejército: se acaba de destapar el escándalo de las torturas en la institución.

La desmovilización de este Bloque, que fue catalogada por el analista Alfredo Rangel como "el mayor golpe moral contra las Farc" llegó justo a tiempo para cambiar el tema.

A nivel político nacional, el ex secretario de la gobernación de Uribe y luego su gran crítico Pedro Juan Moreno había muerto en un accidente dos semanas antes y el país estaba a una semana de las elecciones legislativas de marzo de 2006, cuando Uribe consolidaría su hegemonía en el Congreso.

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El avión estaba localizado en un aeropuerto bajo jurisdicción de Montoya

Uno de los primeros indicios de que esa desmovilización era un montaje fueron las contradicciones sobre la avioneta decomisada. Según el Alto Comisionado, los 70 hombres de las Farc se entregaron con un avión Aerocommander que estaba en Corozal, Sucre, versión ratificada por el Presidente Uribe y Montoya.

Al día siguiente, la Armada en Sucre aclaró que el avión con matrícula N685AG había sido abandonado en ese aeropuerto, luego inmovilizado e incautado por la Dian. Entonces el Ejército, en cabeza del general Montoya, tuvo que salir a ratificar la versión de la Armada, y decir que todo se debía a un problema de comunicación.

“Hace aproximadamente dos años, en nuestro trabajo en la lucha contra el narcotráfico (...) inmovilizamos un avión haciendo un vuelo ilegal. Ese avión aterrizó en el aeropuerto Las Brujas de Corozal y estuvo inmovilizado. Cuando concentramos este frente, ellos, los miembros de ese grupo, sus comandantes, nos dijeron que en ese aeropuerto está inmovilizado ese avión”, dijo Montoya en ese momento.

Luego el general Montoya y sus oficiales de inteligencia reconocieron que no verificaron los antecedentes de la aeronave, a pesar de que era la primera vez que oían hablar de que la guerrilla tuviese este tipo de recursos.
La aeronave fue inmovilizada en la jurisdicción del Comando Conjunto del Caribe durante la época en que Montoya era su comandante.
 

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