Con o sin revisión del CNE, la revocatoria de Rodrigo Lara pierde fuerza

Silla Sur

Rodrigo Lara Sánchez, alcalde de Neiva.

Dos comités intentan recoger más de 22 mil firmas para convocar a nuevas elecciones y revocar al Alcalde de Neiva. Pero no tienen respaldo político ni económico.  

La campaña para revocar a Rodrigo Lara Sánchez de la Alcaldía de Neiva se quedó sin gasolina. Hay pocas personas en los equipos recolectores, no tienen plata ni políticos, y hasta ahora no han conseguido ni la mitad de las firmas que necesitan. Fuera de eso, como contamos el viernes, los argumentos de ambos comités no pasarían el examen del Consejo Nacional Electoral, si finalmente decide entrar a evaluar las revocatorias.

Los comités

El primer grupo que se le midió a recolectar firmas, ‘Revocatoria del mandato alcalde de Neiva Rodrigo Armando Lara Sánchez para devolverle Neiva a los neivanos’  se creó ante la Registraduría en enero, y lo lidera Nelson Calderón, un exmilitante del M-19 y progresista, que respaldó abiertamente la campaña derrotada a la Alcaldía de Neiva, la de Gorky Muñoz, y que luego se salió.

A la fecha, según cálculos de Calderón, han reunido cerca de 3 mil firmas y necesitan tener de aquí al 17 de julio 22.225,  que corresponden al 30 por ciento del total de votos que obtuvo Lara Sánchez en la elección de 2015. Es decir, ya se les fue más de la mitad del tiempo y no tienen ni la mitad.

“Toda la clase política está con Lara, los de derecha, los de izquierda. Todos tienen puestos en la Alcaldía”, dice Calderón.

Con 20 millones de pesos, dice, podría cubrir los gastos de la recolección de las firmas. “Es plata que se necesita para transportes, camisetas, imprimir los formularios”, agregó. Por ahora no la tienen.

Tres políticos consultados por La Silla Sur que conocen a los líderes en ambos comités (uno de la U, otro del Partido Liberal y otro de Opción Ciudadana) nos dijeron por aparte, y fuera de micrófonos, que cargar al hombro una revocatoria es desgastante porque implica invertir recursos en logística y esfuerzos en una campaña a la que no se ha montado ningún político de peso.

“Ni el Senador se ha querido meter con eso”, señala el Liberal, haciendo referencia puntual a Rodrigo Villalba, que fue uno de los grandes contradictores de Lara en campaña.

“Ni el mismo Gorky está interesado. Él está ocupado haciendo ya campaña para dentro de dos años. Va derechito a la Alcaldía”, añade el concejal Luis Eduardo Penagos, quien ha hecho abierta oposición a Lara Sánchez.

Y es cierto que Gorky Muñoz está en campaña.

Después de su estruendosa derrota en 2015, (tenía el respaldo de todos los partidos tradicionales) Muñoz ha buscado mantener vigencia, pero alejado de las firmas.

Del mismo lado

En el otro comité el panorama es parecido. Se llama ‘Por amor a Neiva, revoquemos a Rodrigo Lara Sánchez’.

Detrás está Anayibe Figueroa, que fue candidata al Concejo en 2015 por Opción Ciudadana, y apoyó de manera directa la campaña de Gorky Muñoz porque su partido se alió con él para impulsarlo.

Figueroa lamenta que ningún líder político representativo haya llegado aún a respaldar la iniciativa. “No hemos logrado que ninguna persona se haya vinculado de forma económica”, dijo a La Silla Sur.

Ese comité empezó a recolectar firmas el 17 de marzo, y pese a que sus integrantes no dicen cuántas han recolectado, creen que llegarán a la meta antes del plazo fijado, es decir, en agosto.

“En el comité central somos 9 inscritos ante Registraduría, y en el comité general somos 180 personas. Hemos llegado a un acuerdo de no decir cuántas firmas tenemos hasta no tener un consolidado, un registro total de las firmas verificadas y hábiles que cumplan con los requisitos de la Registraduría”, dice Figueroa.

Fuera de la plata, para ella otra dificultad a la hora de conseguir firmas es el desconocimiento del mecanismo por parte de los ciudadanos.

“Hay personas que se niegan a firmar porque sienten temor de estar implicados en temas jurídicos. Pero cuando manifiestan eso les explicamos que es un derecho constitucional”.

Al ser una figura relativamente nueva para los neivanos, hay cierta desconfianza. Y sin una figura visible que la lidere, los temores son mayores.

Aparte de los obstáculos que ellos mismos reconocen, ni en sus cuentas oficiales de Facebook o Twitter se les nota el trabajo de campo a los líderes de la revocatoria. Tampoco en los periódicos locales como La Nación o El Diario del Huila.

Pero más allá de lo logístico, ambos comités dicen tener razones de peso para seguir en el intento, así les quede poco tiempo.

Los argumentos de la revocatoria

A Lara Sánchez, hoy una de las figuras más representativas de la Alianza Verde en el Huila, lo quieren revocar porque supuestamente no ha cumplido unos temas puntuales del Programa de Gobierno.

“No ha generado bienestar social porque se ha llevado la contratación de Neiva para fuera del departamento (…) Vemos cómo ha traído funcionarios foráneos, algunos de ellos cuestionados como los directores de Movilidad y del Sistema Estratégico de Transporte Público (SETP) y el Alcalde ha guardado silencio al respecto”, dice Calderón.

El vocero se refiere a Jimmy Puentes, secretario de Movilidad, que si bien nació en Cartagena, sus papás sí tienen raíces en el Huila.

A Puentes lo señalan de perseguir a los motociclistas al aumentar los operativos con convenios con la Policía de Tránsito. El año pasado, en promedio, cada mes se inmovilizaron 1.500 vehículos, la mayoría motos.

La Administración justifica esta intensidad en los controles en la reducción de la accidentalidad, pues bajó en 11% en comparación al 2015.

El otro funcionario señalado es Josué Benavides, director del SETP, de origen boyacense. Le cuestionan la poca experiencia profesional para estar al frente de un proyecto que va a manejar más de 350 mil millones de pesos.

Benavides se tituló como administrador de Empresas en noviembre de 2012, y obtuvo una especialización en Gerencia Pública y Control Fiscal en 2016. En lo público solo había tenido un paso de seis meses como ‘soporte profesional operativo’ en el Ministerio de Comercio.

Sobre el manejo de la contratación del Municipio hay unas cifras oficiales que ponen en entredicho lo que dicen los comités revocatorios.

De los 188 contratos que suscribió la Alcaldía en 2016 a través de modalidades de selección (mínima cuantía, selección abreviada, concursos de méritos y las licitaciones) 133 corresponden a empresas con domicilio en Neiva, 37 de Bogotá, 9 de Cali, 2 de Medellín y 7 de otras ciudades.

Además, ha aumentado el número de proponentes por licitación.

En el 2015, se presentaron 1,5 oferentes y máximo 2 oferentes de acuerdo con la información de contratos celebrados en el SECOP 1, y para el 2016 hubo un promedio de 10 oferentes por licitación hasta un máximo de 53, lo cual indicaría que hay una mayor transparencia en las reglas para participar.

Figueroa suma a los reproches al mandato de Lara Sánchez, el hecho de ordenar el cierre del puesto de salud del barrio Siete de Agosto, que funcionó por más de 20 años.

Esa medida, según la Junta Directiva de la empresa de salud del municipio, se tomó ante el incumplimiento del estudio de habilitación hecho por la Secretaría de Salud Departamental. El predio donde se construyó tiene problemas de humedad. Por eso, actualmente se adelanta un estudio de análisis, vulnerabilidad y riesgo que permita determinar su reapertura.

También dice que el Alcalde ha incumplido con la promesa del programa de gobierno de construir 5 mil viviendas nuevas. Esta meta para los cuatro años Lara Sánchez la bajó a 4 mil en el Plan de Desarrollo.

El Director de Vivienda, Gustavo SIlva, dice que no se puede hablar de construir tácitamente porque lo que hace el Municipio es asignar subsidios de vivienda que se complementan con otros recursos de la Gobernación y el Ministerio de Vivienda. Según él, en el primer año otorgaron 1.464.

La debilidad en las logísticas de los comités, y la ausencia de argumentos sólidos en su contra, más la posible revisión del Consejo Nacional Electoral, tienen a Lara pensando en todo menos en defenderse de la revocatoria. Cuenta con una imagen de favorabilidad en las encuestas, que supera el 50 por ciento. Pensar en tumbar a Lara Sánchez sería la crónica de una revocatoria fracasada.

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