El excodirector del Banco de la República y uno de los pensadores del Caribe habló sobre la iniciativa que lidera para acabar la pobreza extrema en la región y sus retos como nuevo rector de la Universidad del Norte.
‘El Caribe es una región discriminada’: Adolfo Meisel
Adolfo Meisel. Foto: Laura Ardila
Excodirector del Banco de la República desde 2013 y uno de los economistas más importantes del país, Adolfo Meisel Roca ratificó su condición de pensador y respetada voz del Caribe el año pasado con el lanzamiento de la iniciativa Casa Grande Caribe, que lideró desde el Banco para superar la pobreza extrema en la región.
Como lo contamos en su momento, se trata de un proyecto que, desde lo técnico y sin intereses políticos, propone medidas concretas para superar los rezagos en las condiciones de vida con relación al resto de Colombia y pensar en una verdadera transformación de la Costa.
Sobre eso y sus retos como nuevo rector de la Universidad del Norte, la más importante de la región, habló con La Silla Caribe.
La Silla Caribe: ¿Cómo ha sido este ya casi primer mes de aterrizaje en la UniNorte?
Adolfo Meisel: Sigo enculebrado, me estoy metiendo en muchas cosas porque realmente esta es una organización muy grande, entonces ahí vamos. Ayer, por ejemplo, conocí unas áreas que aún no conocía, como las cafeterías, y estuve en la parte donde enseñan preescolar.
La Silla Caribe: ¿Qué tan diferente es eso a codirigir el Banco de la República?
Adolfo Meisel: Bueno, lo otro es muy especializado, muy técnico, a veces hipertécnico, mientras lo de la universidad es una cosa muy variada. Un día recibo a un directivo de una universidad norteamericana, otro me reúno con unos estudiantes, más adelante me toca hablar de música, o de infraestructura, entonces hay de todo, cosas todas que me interesan. Es siempre atractivo.
La Silla Caribe: ¿Va a dictar clases?
Adolfo Meisel: Voy a dictar clases, este semestre decidí que no para no poner todo a la vez, pero voy a dictar lo que siempre dicto yo que es Historia económica.
La Silla Caribe: En un acto que de alguna manera marca el arranque de su periodo como rector, este 13 de agosto usted va a dictar una conferencia sobre liderazgo y futuro del Caribe. Ese tema pasa por Casa Grande Caribe, ¿cómo va a conectar esa iniciativa con sus nuevas funciones en la UniNorte? Sobre todo teniendo en cuenta que usted ha dicho que uno de los problemas de la región es que los sectores político, empresarial y académico no están conectados.
Adolfo Meisel: Sí, esa conferencia es el primer evento en el que voy a estar con toda la comunidad universitaria. Lo que hemos visto en los distintos estudios que hemos hecho es que, cuando uno habla de lo que se necesita para solucionar los problemas del Caribe, el inconveniente más grande no es el de los recursos porque esos son posibles de conseguir con la Nación y con lo de los entes territoriales. El problema más grande es de voluntad y de liderazgo, entonces el reto principal es ayudar a generar eso.
Lo que estoy pensando desde la universidad es convocar un grupo de personas de los ocho departamentos que estén interesadas en los temas regionales, una mezcla de gente que tenga alguna trayectoria y muchos jóvenes con entusiasmo, y hacer una red. Ese grupo, que no sería exclusivo de la universidad, sería de 20 ó 25 miembros y tendría como agenda la de Casa Grande Caribe, pero sería básicamente para pensar los temas de la región. Justamente el nombre que quiero ponerle es iniciativa Casa Grande Caribe. Es para reunirnos a dialogar porque no hay esos espacios. En ese sentido contrastamos mucho con lo que pasa en Antioquia.
La Silla Caribe: ¿Cómo así?
Adolfo Meisel: Antioquia cuenta con Proantioquia, un ente que ha sido un catalizador y un generador de capital social muy importante, en el que todo el departamento, su dirigencia política, empresarial, académica, se moviliza en torno a temas que son fundamentales para el desarrollo a largo plazo de esa región. No tenemos algo así aquí en el Caribe. La red que propongo crear tendría que tener una agenda dinámica y que se concrete, es decir, que tenga algún tipo de victorias.
Hay un sesgo claro. Cada vez que un político de la Costa está involucrado en un escándalo de corrupción le dicen el origen regional. Pero cuando un político bogotano, como Samuel Moreno, termina preso, nadie se refiere a él como “el bogotano”.
La Silla Caribe: Eso le iba a decir: Casa Grande Caribe ya hizo un diagnóstico. Más allá de éste, ¿cuáles son los pasos inmediatos a seguir para arrancar por fin la transformación hacia un mejor Caribe, que supere sus brechas sociales, que alcance victorias?
Adolfo Meisel: Yo diría que, con respecto a otros estudios que se han hecho, una de las ventajas de Casa Grande Caribe es que le puso números a la solución: solucionar el problema de la pobreza extrema en la región vale 16.500 millones de dólares y se puede financiar de unas maneras concretas. Hecho eso, lo primero es convencer a la gente de que esto es importante y de que hay que exigirlo a los gobernantes.
La Silla Caribe: El pacto de la Casa Grande incluye un punto que consiste en que para la segunda vuelta presidencial había que convocar a los dos candidatos que pasaran a un debate para socializar con ellos la propuesta. ¿Eso por qué no se logró?
Adolfo Meisel: A través de El Heraldo se hizo la invitación a los dos candidatos a una tertulia sobre la Casa Grande Caribe, pero no se pudo concretar, la campaña fue corta realmente. Yo todavía estaba en el Banco de la República y preferí que fuera el periódico el que invitara para no involucrarme directamente con los candidatos y que se interpretara que estaba haciendo política. Pero todo el material se les envió y sé que todos, incluyendo los candidatos de la primera vuelta, tienen conocimiento de la iniciativa.
Lo que sí logramos fue entregarle la iniciativa al actual director de Planeación Nacional y que él la incluyera en un documento que ellos preparan y que son las bases para el próximo Plan de Desarrollo. Tengo que hacerle seguimiento a eso con la que va a ser la nueva directora de Planeación (Gloria Alonso), a quien conozco y con quien tengo una relación profesional de muchos años, ya que ella fue funcionaria de carrera del Banco de la República.
La Silla Caribe: Justamente, dos de los pasos clave de la propuesta de inversión de Casa Grande es lograr que ésta se incluya en el próximo Plan Nacional de Desarrollo y que además haya una reforma a la Ley de Regalías, que facilite el uso de estos recursos. ¿Qué tan fácil será hacer esto con el presidente electo Iván Duque?
Adolfo Meisel: Yo entiendo que él (Duque) mencionó lo de la Casa Grande Caribe, no preciso en dónde, varios candidatos lo mencionaron. Hay que insistir. Pero no sólo para que esté en el Plan de Desarrollo del Gobierno Nacional, sino también en los de los próximos gobiernos locales, que se eligen en 2019. Hay que convencer sobre todo a los candidatos de las grandes ciudades, en donde están los problemas más grandes en tamaño de pobreza. Por ejemplo, lo de Cartagena y Santa Marta es crítico.
La Silla Caribe: ¿Cómo crítico?
Adolfo Meisel: Tenemos unos estudios puntuales sobre la pobreza en Cartagena y Santa Marta. Yo creo que de las grandes ciudades esos son los dos casos más preocupantes en términos de pobreza en el Caribe. Lo de Santa Marta fue una sorpresa. Yo hice el documento, está en la página web del Banco de la República y se llama ‘La pobreza en Santa Marta, los estragos del bien’. Ahí mostramos que esa ciudad está peor que Cartagena. Entre las principales 23 ciudades de Colombia, Santa Marta está de última o de penúltima en muchos indicadores, compitiendo con Quibdó, muchas veces peor que Quibdó. No me lo esperaba.
La Silla Caribe: ¿Cuál es la explicación a eso?
Adolfo Meisel: Fundamentalmente, hubo una avalancha de desplazados por el conflicto. En términos absolutos, la tercera ciudad de Colombia en recibir desplazados fue Santa Marta, junto a Bogotá y Medellín. El impacto fue mucho mayor ahí por ser más pequeña, y pues además porque, por otro lado, el Estado no respondió. Es una pobreza reciente que no estaba hace 25 ó 30 años, personas que viven en los cerros sin siquiera agua. Los samarios no lo tenían tan presente y, de hecho, no cayó bien el estudio en la Administración. Me preguntaba alguien que quién es el culpable y yo respondía: a mí no me interesa quién es el culpable, sino cómo se va a solucionar esto.
La Silla Caribe: Más allá de Santa Marta y Cartagena, ¿cuál es la explicación simple al hecho de que en general el Caribe tenga tanto rezago en las condiciones de vida en comparación con el resto del país?
Adolfo Meisel: Hay un legado histórico. La pobreza de la Costa viene del periodo colonial, esta fue una región muy excluyente, la estructura social fundamental de la zona rural fue la hacienda, entonces había un campesinado empobrecido sin acceso a la tierra y unas grandes concentraciones de terrenos y esclavitud. La herencia de eso es una pobreza rural que todavía tenemos. Muchas de esas personas emigraron a las zonas urbanas, entonces esta ha sido desde siempre una región muy desigual, el peso de la historia está ahí. Pero la historia se puede enderezar. No lo hemos hecho porque no ha habido el interés.
Por ejemplo, para la celebración de los 500 años de Cartagena ese debería ser el tema, no hacer una estatua más grande para Pedro de Heredia, sino un plan para que la gente que está en la peor situación allí tenga lo vital: agua, vías, colegios. Esa sería la mejor manera de celebrar los 500 años, no con fuegos artificiales y venida del Rey y no se qué.
La Silla Caribe: ¿Qué tanto se debe esta pobreza extrema Caribe al centralismo?
Adolfo Meisel: El centralismo también tiene que ver, por supuesto, y ese es uno de los temas que voy a hablar en la conferencia del 13 de agosto. La Costa desde los inicios de la República ha sido víctima del centralismo, por el acceso limitado a los recursos, pero también por otra forma perversa del centralismo.
Necesitamos una dirigencia con autoridad moral para imponerse, para exigir, para defender lo que le corresponde a la región.
La Silla Caribe: ¿Cuál?
Adolfo Meisel: Una actitud displicente del centro hacia la región, que tiene que ver con que concilian muchas veces con lo peor de la política local. James Robinson dice que hay una especie de pacto del centro con la periferia, en el que la periferia apoya políticamente al centro a cambio de que el centro deje tranquila a la dirigencia de la periferia para que haga lo que quiera.
La Silla Caribe: Claro, y ejemplos hay muchos, como los llamados Ñoños...
Adolfo Meisel: Infortunadamente sí, más de los que uno quisiera.
La Silla Caribe: Una dirigencia política a la que además no siempre le sirven las relaciones estrechas con el poder central. Por ejemplo, esta semana en La Silla Caribe contamos que la Bancada Caribe de 65 congresistas que tuvimos estos cuatro años no hizo casi nada por la región. ¿Cómo cambiar eso?
Adolfo Meisel: Yo creo que ellos deben tener una agenda y a eso podemos contribuir desde la academia y con iniciativas como Casa Grande Caribe. En eso también dan ejemplo los antioqueños, que suelen tener proyectos estudiados y preparados. Nosotros acá a veces salimos con unas iniciativas que no tienen ni pies ni cabeza y que Planeación por eso descarta enseguida. Eso es puro capital social: la capacidad de trabajar juntos la dirigencia política, la dirigencia empresarial, los académicos, los periodistas, los profesionales, en torno a intereses colectivos.
Mira que siempre que preguntan cuáles son las prioridades de la Costa se habla de obras de infraestructura y eso es apenas una parte. Por esa vía, se hacen obras de infraestructura que a veces son elefantes blancos. Pero nadie dice: erradiquemos la desnutrición en el Caribe colombiano que afecta las capacidades intelectuales y físicas de las personas y que no cuesta demasiado solucionar.
La Silla Caribe: Lo que sucede es que esa agenda social no le interesa a una dirigencia política que accede al poder vía la mercantilización del voto y vía el clientelismo, ¿no? A muchos políticos lo que les conviene es que esas necesidades sean eternas para que sus clientelas sigan dependiendo de ellos.
Adolfo Meisel:: Bueno, pero en la medida en que los ciudadanos exijamos eso, ellos tendrán que apoyar esas iniciativas.
La Silla Caribe: ¿Se puede modernizar la política en la región o estamos condenados?
Adolfo Meisel: Yo creo que uno nunca está condenado y no estoy diciendo que transformemos la política 100 por ciento porque la política tiene sus lógicas. Aquí y en cualquier lado los políticos tienen intereses a corto plazo. Si un político dice: “Vamos a erradicar la desnutrición”, el beneficio de eso se ve en 50 años cuando ya ese político no está vigente. Un político honesto y comprometido que promueva eso no llega a ningún lado.
Frente a eso lo que tenemos que hacer es contribuir a que exista una ciudadanía que valore esos esfuerzos para que eso cambie y se premie a esa dirigencia. Hay que empoderar a la ciudadanía, promover cosas elementales como que nadie venda el voto, eso lo podemos lograr. Yo creo que la gente no es tonta, hay ocasiones en las que el electorado se entusiasma y vota por opciones buenas y es capaz de derrotar a las maquinarias, lo hemos visto a nivel nacional y también local. En la Costa hay voto de opinión.
La Silla Caribe: Lo acabamos de demostrar en estas presidenciales...
Adolfo Meisel: Exactamente. Eso fue voto de opinión, no de maquinarias. Hay una gente joven entusiasmada, a esa gente joven hay que llegarle con argumentos.
La Silla Caribe: ¿Es cierta la percepción de que en el Caribe son los políticos más corruptos que en el resto del país?
Adolfo Meisel: Hay mucha corrupción en la Costa, pero yo no estoy tan seguro de que haya diferencia con el resto del país. No hay evidencia empírica. Quien me diga que hay más corrupción en la Costa que me muestre la evidencia, no la hay. Es pura evidencia circunstancial, pero nadie tiene la cifra de eso porque no está cuantificado. Los estudios que se hacen sobre corrupción se hacen sobre percepción y la percepción es sesgada por todos los estereotipos. No sabemos si eso es cierto.
La Silla Caribe: ¿A qué se debe esa percepción?
Adolfo Meisel: Hay un sesgo claro. Cada vez que un político de la Costa está involucrado en un escándalo de corrupción le dicen el origen regional. Pero cuando un político bogotano, como Samuel Moreno, termina preso, nadie se refiere a él como “el bogotano”. Y así en todo. Ahora que han nombrado a los nuevos ministros, cada vez que uno es costeño le resaltan que es costeño. Pero cuando es bogotano no suelen decir que es de allá.
La Silla Caribe: ¿Eso por qué pasa?
Adolfo Meisel: Porque somos diferentes, somos el otro. Es lo normal en cualquier proceso de discriminación. Somos una región discriminada y entonces nos pasa lo que les pasa a los afro, a los gay, a los judíos, a cualquier grupo discriminado.
La Silla Caribe: ¿En qué consiste esa discriminación?
Adolfo Meisel: Nació cuando nació el país y tiene que ver con que somos diferentes, porque hablamos diferente, porque somos lo que es distinto. Yo entré al Banco de la República hace 31 años (en Bogotá) y en ese momento no había nadie en el piso de investigación económica que fuera costeño. Nunca habían visto los mensajeros a un costeño. Y se burlaban de mí. Ahora no se burlan en mi cara, hoy en día ya no es exótico, ha habido cambios. Y no creo que sea exclusivo con el Caribe, es en general con toda la periferia y los indígenas, los afro, las mujeres. En este país estamos llenos de discriminaciones, de desigualdad. Tenemos que eliminarlo.
La Silla Caribe: ¿Cómo?
Adolfo Meisel: Con autoridad moral. Alguna vez Gandhi dijo: “La única manera en que podemos negociar con los ingleses, siendo ellos más fuertes que nosotros, es tener autoridad moral”. Entonces si uno está en una posición de desventaja para poder negociar tiene que tener autoridad moral, eso es importante. Uno no puede salir a decir que no hay evidencia de que haya más corrupción en la Costa que en el resto del país si no tiene autoridad moral. Necesitamos una dirigencia con autoridad moral para imponerse, para exigir, para defender lo que le corresponde a la región.
La Silla Caribe: Hablemos de eso de la autoridad moral y de nuevos liderazgos más allá de los políticos. ¿Cómo fomentarlos?
Adolfo Meisel: Eso está inventado: dándoles visibilidad. Porque en todos lados hay liderazgos, el liderazgo no es que nace en Bogotá porque cuando hay menos oxígeno la gente es más líder. Yo creo que uno va a cualquier vereda, cualquier barrio, de Colombia, interactúa con la gente un rato y se da cuenta que hay ahí líderes naturales. Hay que desarrollarlos. Por ejemplo, Paula Marcela Moreno (exministra de Cultura) tiene un programa para liderazgo de mujeres que fortalece la democracia. Una vez me invitó a hablarle a un grupo en Cartagena y luego a la graduación y pude ver la transformación: líderes de barrio que aprendieron a hablar en público, aumentaron su autoestima y adquirieron conocimientos. Eso se puede.
La Silla Caribe: ¿Cómo hacerlo desde la universidad?
Adolfo Meisel: Estoy pensando en que desde aquí trabajemos para que todos los profesionales de la universidad, no sólo un grupito, tengan capacidades de liderazgo.
El regionalismo no es malo, su definición exacta es propender por los intereses de una región. En el caso del Caribe eso es muy importante porque somos una región con unos niveles muy altos de pobreza.
La Silla Caribe: Al hablar de una agenda y de liderazgos de región, es inevitable preguntarse si verdaderamente los habitantes del Caribe se sienten parte de una región. Hay gente que, por ejemplo, ni siquiera sabe que somos ocho departamentos. ¿Cómo estamos en el reto de construir región?
Adolfo Meisel: Las regiones se inventan como las naciones, son construcciones sociales y es bueno inventarlas porque la gente necesita unas identidades colectivas. Yo creo mucho en las redes. Por ejemplo, ¿uno cuándo se vuelve costeño? Yo crecí entre Cartagena y Barranquilla, me sentía de ambas ciudades, pero costeño me vine a sentir cuando me fui para Bogotá. ¿Por qué? Porque uno ahí adquiere esa identidad y además allá por lo general es donde uno por primera vez empieza a interactuar con vallenatos, con monterianos, con gente de toda la región. Entonces, uno necesita esos espacios de diálogo, redes, hacer amigos, interactuar, esa es la región.
La Silla Caribe: ¿Hoy somos región, más allá de lo obvio?
Adolfo Meisel: Sí, no tengo la menor duda. Es más, en Colombia hay claramente dos regiones: Antioquia y la Costa Caribe. Antioquia tiene la ventaja de ser un solo departamento, con sus instituciones concentradas ahí. Aunque hay que decir que somos una región cultural, pero no somos una región económica. No hay ninguna relación económica ni política entre el sur de Córdoba y La Guajira, por ejemplo. Pero sí hay ese sustrato cultural y debemos fortalecerlo a través de las lecturas, de los referentes. Yo digo que la Costa llega hasta donde llega el vallenato, suena chiste pero es verdad.
La Silla Caribe: En un mundo tan globalizado, en el que además estamos es rompiendo fronteras, ¿por qué es importante crear región? ¿Cómo no caer en un regionalismo improductivo?
Adolfo Meisel: El regionalismo no es malo, su definición exacta es propender por los intereses de una región. En el caso particular del Caribe eso es muy importante porque somos una región con unos niveles muy altos de pobreza. Entonces, la idea es que sirva para acabar con ese gran problema. El día que se acabe la pobreza en el Caribe podemos decir: chévere ser costeño, pero ya no hay que hacer mucho más por la Costa, aunque siempre habrá cosas que hacer. Pero ese creo que es un gran motivo porque de verdad hay gente acá que está en una situación muy triste, con muchas necesidades, y que al nivel de desarrollo que tiene Colombia no tendrían por qué estar en esa situación. No tendría por qué haber hambre en nuestra región.
Uno de los pensadores que más admiro se llama John Rawls, un liberal, él habla de cómo debe ser la justicia en un modelo liberal, y su mensaje de fondo y sencillo es: siempre pensemos en los que están peor. Solucionemos el problema de la gente que está sin agua y desnutrida, después pensamos en cosas más sofisticadas.
La Silla Caribe: ¿Qué tipo de compromiso con la implementación de los Acuerdos de Paz va a impulsar desde la academia?
Adolfo Meisel: El papel desde la academia es el del análisis, participar en él, ilustrarlo con cifras, mostrar dónde están los problemas, visibilizarlos y hacer recomendaciones de política.
La Silla Caribe: Usted ha dicho que el Caribe debería tener más poder a nivel nacional. En ese sentido, ¿cómo le pareció el gabinete de Duque?
Adolfo Meisel: Tres ministros es una buena participación, me hubiera gustado ver un ministro de Hacienda costeño. Bueno, Jonathan Malagón (designado ministro de Vivienda) es un muchacho joven, con mucho potencial, ojalá algún día sea ministro de Hacienda.
La Silla Caribe: Usted iba a ser ministro de Hacienda si ganaba Sergio Fajardo, él lo dijo…
Adolfo Meisel: Pero ya tienen que venir las nuevas generaciones, la renovación del liderazgo.
La Silla Caribe: ¿Cuáles son su sueños para cuando deje la UniNorte y con Casa Grande?
Adolfo Meisel: Cuando me vaya de aquí, quiero que esta universidad sea una de las mejores del país, que esté en las primeras posiciones y sea la mejor en algunas áreas. Sobre Casa Grande, que avancemos en cerrar la brecha, este es un buen momento para la Costa, pero tenemos un rezago tan grande en capital humano que no va a ser fácil. El reto es subir el nivel de ese capital humano en todos los niveles y ojalá aquí en la universidad podamos lograr influir. Mi sueño personal es en algún momento parar de trabajar y sentarme a leer en una mecedora.