El cese al fuego funciona si ya hay consenso para la paz

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La Silla Vacía revisó siete procesos de paz, con características y dimensiones similares al colombiano, para ver en qué momento las partes han tomado la decisión de firmar un cese bilateral de fuegos, como el que se ha propuesto tras el secuestro del general Rubén Alzate, la abogada Gloria Urrego y el cabo Jorge Rodríguez Contreras por parte de las Farc. Ojalá esa experiencia internacional sirva como insumo al debate que empieza.

Tras el secuestro del general Rubén Alzate, la abogada Gloria Urrego y el cabo Jorge Rodríguez Contreras por parte de las Farc, la ex senadora Piedad Córdoba llamó a que se diera un cese del fuego bilateral para que no se vuelvan a repetir este tipo de hechos, una propuesta que generará mucha polémica en los días por venir.

Esta discusión suele volverse muy emocional. Por un lado, porque nadie quiere poner el último muerto de la guerra y no parece ético que sigan muriendo combatientes y civiles si ya se sabe que el conflicto llegará a un final.

Y por el otro, por el temor de que un cese bilateral pueda ser aprovechado por la guerrilla para prolongar indefinidamente las conversaciones y fortalecerse militarmente como sucedió en el fallido proceso de El Caguán (donde además se les despejaron 42 mil kilómetros cuadrados).

La Silla Vacía revisó en qué momentos en otros siete procesos de paz, con características y dimensiones similares al colombiano, las partes han tomado esta decisión.  Ojalá esa experiencia internacional, que muestra que en general han sido útiles cuando ya existe una decisión final de llegar a un acuerdo, sirva como insumo al debate que empieza.

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¿Dónde?
¿Cuándo se firmó el cese?
¿Cuál era el conflicto?
¿Cómo fue el proceso?
¿Sirvió?
Filipinas (Mindanao)
Angola
El Salvador
Guatemala
Indonesia (Aceh)
Irlanda del Norte
Nepal

El alto al fuego se firmó en 2003, nueve años antes del primer acuerdo de paz en 2012 y tras seis años de negociaciones.

El conflicto entre el gobierno nacional y grupos armados que buscaban autonomía para zonas musulmanas de la isla de Mindanao empezó en los años setenta.

Aunque el gobierno firmó un acuerdo con uno de los dos grupos en 1996, el Frente para la Liberación Islámica Moro (Milf por sus siglas en inglés) mantuvo sus acciones.

El Milf y el gobierno empezaron a negociar en 1997 y firmaron un alto el fuego en 2003, a pesar de un período de fuertes combates en 2000 y otro en 2003.

En los años siguientes, el proceso vivió altibajos y la verificación del acuerdo tardó en implementarse, pero en octubre de 2012 se firmó un acuerdo marco de paz y en marzo de este año se firmó el último de los cuatro acuerdos puntuales.

A pesar de los recientes acuerdos y de que la violencia se ha reducido notoriamente, en la región persisten múltiples tensiones, entre otros motivos porque existen otros grupos guerrilleros menores y porque muchos miembros del Milf se niegan a entregar las armas.

Se firmaron dos acuerdos de cese al fuego como parte de sendos acuerdos de paz. El primero fue en noviembre de 1994, tras 19 años de conflicto; el segundo, en 2002, piso el punto definitivo a la guerra, que se había reiniciado cuatro años antes.

Fue una de las guerras más calientes de la llamada Guerra Fría.

Tras la independencia de Portugal en 1975 el marxista Movimiento Popular para Liberación de Angola, Mpla, formó el gobierno, y sus hasta entonces aliados de la Unión Nacional para la Independencia Total de Angola (Unita), de derecha, lo desconocieron.

El conflicto duró hasta el 2002.

El conflicto se mantuvo entre 1975 y 1991. En 1992, tras un breve receso porque el Mpla convocó elecciones en las que Unita participó, se reinició la guerra. Tras el acuerdo de Lusaka en 1994 hubo un período de paz hasta 1998, cuando las dos partes empezaron a comprar armas y el Ejército atacó a Unita.

En febrero de 2002 el ejército dio de baja a Jonas Savimbi, líder de Unita, y un mes y medio después se firmó el acuerdo de Luena, que retomó y actualizó el de Lusaka.

Los dos cese al fuego se firmaron al tiempo con los respectivos acuerdos de paz, y siguieron su suerte, por lo que no es fácil determinar su importancia. Lo que sí es claro es que solo funcionó cuando había un acuerdo amplio sobre la necesidad de terminar el conflicto.

El alto al fuego se firmó el 31 de diciembre de 1992, apenas dos semanas antes de la firma del acuerdo de Chapultepec, que dio final al conflicto que había arrancado en 1980. Las negociaciones habían arrancado en 1989, tres años antes de la firma del cese al fuego.

El conflicto entre el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (Fmln), de izquierda, y el gobierno, fue una clásica confrontación de la Guerra Fría. El Fmln mostró su fuerza en 1981 y en 1989, cuando mantuvo dos ofensivas en las que estuvo cerca de tomarse San Salvador.

En 1989 el presidente Alfredo Cristiani aceptó el apoyo de otros países centroamericanos que buscaban impulsar una salida negociada.

Tras la fuertísima ofensiva del Flmn en noviembre y diciembre de ese año, en la que no se tomó el poder pero mostró una gran capacidad de movilización y coordinación, en 1990 las dos partes aceptaron que la ONU sirviera de mediador y acordaron, primero, que iban a buscar el fin del conflicto y, luego, una agenda de negociaciones.

En julio de 1990 las dos partes se comprometieron a respetar los Derechos Humanos, en julio de 1991 se estableció una misión de la ONU para verificar el respeto a los Derechos Humanos (sin cese al fuego previo) y el 31 de diciembre se firmó el acuerdo de paz, que incluía un cese al fuego.

El cese al fuego fue casi simultáneo con la firma de los acuerdos y fue efectivo.

Las dos partes proclamaron altos al fuego en diciembre de 1996, tras cinco años de negociaciones y menos de un mes antes del acuerdo final. Con ese acuerdo se dieron fin a unos 34 años de conflicto.

Antes, en 1987, la guerrilla había decretado un cese unilateral para favorecer las conversaciones que apenas arrancaban.

Diversos grupos guerrilleros de izquierda e indigenistas mantuvieron un conflicto contra sucesivos gobiernos guatemaltecos en una lógica propia de la Guerra Fría, además de conflictos agrarios y de una vinculación cercana entre las guerrillas de izquierda y organizaciones indígenas, que llevaron la peor parte en el conflicto.

Tras el regreso de la democracia, en 1987 el Presidente Marco Vinicio Cerezo lanzó un llamado a la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (Unrg), que reunía a todos los grupos guerrilleros.

Ese diálogo se inició fuera de Guatemala, en medio del conflicto, y en marzo de 1990 se firmó un primer acuerdo, en Oslo, que consistía en el compromiso de las partes de buscar la paz.

En 1991 se firmó el acuerdo de México, que definó el procedimiento y temario de las negociaciones.

En los cinco años siguientes, en medio del conflicto y con una negociación con altibajos tantos altibajos que incluso se rompió por ocho meses, se llegó a varios acuerdos parciales. Aunque en 1993 el gobierno condicionó la firma de los acuerdos a un cese al fuego, finalmente éste solo se acuerda el 4 de diciembre de 1996, en la recta final de las negociaciones.

El cese al fuego unilateral de 1987 ayudó a ambientar el proceso de diálogo. El definitivo solo ocurrió cuando ya estaban prácticamente listos todos los acuerdos y cuando ya se habían firmado ocho de asuntos específicos, es decir, cuando la voluntad de las partes ya era un hecho visible.

El primer alto al fuego se firmó en diciembre de 2002, tras 26 años de conflicto y tres años antes del acuerdo final de agosto de 2005. Un segundo cese al fuego, por motivos humanitarios, se firmó en diciembre de 2004, y en ocho meses se había llegado a un acuerdo de paz.

En 1976 se inició un conflicto entre el Movimiento Aceh Libre (conocido como Gam por sus iniciales en Indonesio) y el gobierno de Indonesia por la independencia de Aceh, una provincia en la punta norte de la isla de Sumatra.

En un primer momento Gam tuvo muy poco éxito, pero entre 1989 y 1991 resurgió con fuerza gracias a financiación y entrenamiento de otros países musulmanes.

Aunque en 1996 el gobierno indonesio anunció que había acabado con Gam, en 1999 surgió una vez más, con aún más fuerza.

Las conversaciones empezaron a finales de los años noventa y en 2002 se firmó un acuerdo de cese de hostilidades, meses después de que el comandante de Gam hubiera muerto en una emboscada.

El cese al fuego se mantuvo por poco tiempo y luego el gobierno realizó más ofensivas que golpearon al Gam. Lo que realmente fue un punto de ruptura fue el Tsunami de diciembre de 2004, que motivó un nuevo cese al fuego.

Dos meses más tarde se inició una nueva ronda de negociaciones en Finlandia, que en apenas cinco meses llegó a un acuerdo.

Mientras el primer cese de hostilidades logró pocos resultados, el segundo fue la puerta a una negociación exitosa muy rápida.

La diferencia entre los dos, que ayuda a entender cuándo funciona un cese al fuego, es que en el segundo la correlación de las fuerzas era claramente favorable al gobierno.

Hubo dos cese al fuego.

Entre 1994 y 1996 el Ira mantuvo un cese al fuego que duró casi un año y medio, y que fue seguido por declaraciones similares de otros grupos. Un año y medio después se reanudó de forma definitiva.

En 1999 (un año después) se firmó el acuerdo final, en 2005 el Ira decidió abandonar los métodos violentos de manera definitiva y en 2007 el ejército británico terminó su operación en Irlanda del Norte.

La lucha entre católicos y protestantes de Irlanda del Norte, que también afectó la definición del gobierno de la región en el Reino Unido, se convirtió en un conflicto armado a fines de los años sesenta.

El Ejército Republicano Irlandés (Ira), católico, mantuvo una lucha armada contra el ejército británico y contra grupos paramilitares protestantes.

Con altibajos, el conflicto se mantuvo con una baja intensidad, pocos choques directos y uso de métodos terroristas como bombas y asesinatos selectivos.

Desde finales de los años 80 el Sinn Féin, partido político vinculado al IRA, empezó a buscar salidas políticas al conflicto, y lo mismo hicieron otros partidos políticos, tanto católicos como protestantes.

Esos acercamientos se cristalizaron en el primer cesa al fuego. Como el gobierno británico exigía la dejación de armas antes de abrir oficialmente negociaciones con todos los partidos, el IRA terminó el cese al fuego con una serie de atentados terroristas en Inglaterra.

Tras esa decisión las conversaciones siguieron avanzando entre todos los partidos excepto el SInn Féin, y finalmente el IRA dictó un segundo cese al fuego que abrió la puerta al acuerdo del Buen Viernes, que puso punto final al conflicto violento.

El primer cese al fuego fue fundamental: le bajó la intensidad a un conflicto que estaba pasando por uno de sus momentos más violentos en más de 25 años de existencia.

A largo plazo, permitió el segundo cese al fuego, que también tuvo un papel central pues le abrió la puerta a un acuerdo multilateral, que a su vez sacó del conflicto a la gran mayoría de sus protagonistas y lo redujo a grupos radicales y marginales de los dos bandos.

Se negociaron dos ceses del fuego que fracasaron (uno en 2001 y otro en 2003). Un tercero empezó como unilateral, a fines de 2005, y se convirtió en bilateral en abril de 2006, siete meses antes del acuerdo final.

El conflicto de Nepal tiene una característica muy particular: aunque empezó después de la caída de la Unión Soviética, es un conflicto ideológico de una guerrilla de izquierda. Comenzó en 1994, en pos de cambiar la monarquía parlamentaria por una república popular.

Hasta 2001 fue un conflicto de baja intensidad, con solo la policía (no el ejército) combatiendo a la guerrilla. Pero ese año, tras el fracaso del primer cese al fuego, los maoistas lanzaron ataques en todo el país que llevaron a una exacerbación del conflicto.

La solución solo se empezó a entrever cuando hubo un cambio en el Gobierno, tras un movimiento que obligó al rey a volver a la democracia.

Tras una represión muy dura a quienes apoyaban a los maoístas, se acordó un el primer cese del fuego que permitió el inicio de negociaciones, en 2001. Pero cuatro meses después éstas fracasaron.

En enero de 2003, se convocó otro cese del fuego que acabó con otro fracaso de las negociaciones ocho meses después, en gran parte porque para los maoístas el único punto de discusión era la Constituyente.

Solo cuando se creó un movimiento pro-democracia y en oposición al Rey, los maoístas entablaron una negociación con esos partidos. Frente a ellos accedieron a hacer un nuevo cese del fuego a fines de 2005.

Cuando el movimiento pro-democracia ganó las elecciones en abril de 2006, el Rey restauró el parlamento y el nuevo gabinete declaró un cese del fuego bilateral. Una nueva ronda de negociaciones arrancó que concluyó con la firma de la paz el 21 de noviembre de 2006.

Aunque siempre fue condición previa para negociar, solo sirvió cuando ya existía un consenso para ponerle punto final al conflicto.

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