El reencauche de Eric Morris vía la Ñoñomanía

Silla Caribe

Eric Morris Taboada y Bernardo 'el ?o?o' Elías.

El exgobernador de Sucre condenado por parapolítica es el suegro del senador Ñoño Elías. Vía esa relación, hoy Morris ha dejado de ser un muerto político e incluso suena que llevará a su esposa al Congreso en 2018.

El título de primer congresista condenado por parapolítica lo tiene el sucreño Eric Morris Taboada. Él es un político del pueblo de Ovejas que se hizo poderoso bajo el paraguas del exsenador Álvaro ‘el Gordo’ García Romero (condenado por la masacre de Macayepo) y a quien la justicia le comprobó que hizo alianzas con las paramilitares. Por eso fue condenado a seis años de cárcel y hasta hace poco estaba prácticamente en el ostracismo. Hasta ahora, que renace de las cenizas de la mano del poderoso senador cordobés de La U Bernardo ‘el Ñoño’ Elías, protagonista mediático reciente en el escándalo de Odebrecht.

El Ñoño es el esposo de una de las hijas del condenado exparlamentario y vía esa relación familiar se consolidó entre ellos un lazo político fuerte que hoy tiene a Eric como el jefe de la Ñoñomanía en Sucre. Un alfil tan clave que del primer círculo de Morris han salido nombres tan importantes como el del director actual de Fonade, entidad de la cual su yerno es visto como dueño político.

Morris tiene aspiraciones políticas futuras. Evidencia de ello es que Ñoño Elías se declaró impedido para votar la Jurisdicción Especial para la Paz (el sistema que crearon los acuerdos de paz con las Farc para juzgar a guerrilleros que entreguen las armas, a agentes del Estado que hayan cometidos delitos con relación al conflicto y también a civiles que hayan tenido participación determinante en la guerra) porque eventualmente su suegro se podría acoger a la JEP y beneficiarse de ella.

 

La carrera y el ocaso

Erick Morris es administrador de empresas y se dio a conocer en Sucre como socio político del Gordo García. Juntos lograron la Alcaldía de Sincelejo para el periodo 1990 – 1992 en cabeza de Morris, quien luego fue elegido Gobernador para el periodo 1998-2000, también con el respaldo de García.

Esa elección de Morris a la Gobernación fue nacionalmente comentada por las denuncias de fraude que le llovieron alrededor y que lideró el hoy gobernador Édgar Martínez, quien en esa oportunidad también aspiraba al cargo. Además, una de las condenas que paga el Gordo García es por el asesinato de la testigo electoral de San Onofre Georgina Narváez, una docente que decía tener pruebas de esas supuestas irregularidades para que Morris quedara Gobernador.

Después de mandar tres años en Sucre, Morris llevó a su esposa Araceli Olivares Martínez a la Asamblea con el aval liberal y el apoyo de la casa García Romero.

Para las legislativas de 2006, el exgobernador sucreño volvió a medirse en las urnas, esa vez como fórmula al Congreso de su jefe político y el aval de Colombia Democrática.

Ese periodo como representante que iba hasta 2010 Morris no lo pudo terminar porque el 19 de diciembre de 2007, tras un fallo de la Corte Suprema de Justicia, se convirtió en el primer congresista condenado por el escándalo de la parapolítica. Aunque la condena estuvo basada en hechos ocurridos cuando él fue Gobernador.

La Corte pudo probar con testimonios del paramilitar Jairo Antonio Castillo Peralta, alias Pitirri, que Morris tuvo nexos con el frente paramilitar La Mojana que delinquía en Sucre cuando fue Gobernador. 

De acuerdo con la sentencia que profirió la Corte en contra de Morris, hubo una reunión en el restaurante Carbón de Palo de Sincelejo con dirigentes de la región y varios integrantes de las autodefensas de La Mojana. En ese encuentro se habría acordado crear un nuevo frente de las AUC, para lo cual eran necesarios 60 millones de pesos que supuestamente ayudaron a conseguir él y el Gordo García.

Morris, quien siempre se ha declarado inocente, pagó en cárcel tres quintas partes de su condena, tiempo después del cual salió con libertad condicional.

Ese golpe le valió prácticamente su muerte política.

Resurgimiento de las cenizas

Después de la condena Morris se alejó de la escena pública sucreña, aunque mantenía el poder delegado en su esposa, quien lo representaba en las campañas e incluso ocupó cargos clave cuando el exparlamentario cumplía su condena.

Entre 2007 y 2009, por ejemplo, Olivares fue secretaria de Agricultura del gobernador Jorge Anaya Hernández, también del grupo de García Romero y condenado por parapolítica.

Para las legislativas de 2010 la casa Morris se movió apoyando al Senado a Teresita García Romero, heredera del caudal electoral de su hermano Álvaro García, y a Mercedes Márquez para la Cámara.

Ese año fue el último en el que Morris estuvo respaldando a los García.

En febrero de 2011, su hija Morris se casó con el cordobés Ñoño Elías, quien entonces acababa de dar el salto de la Cámara al Senado. Y desde entonces Eric se pasó a la Ñoñomanía.

Para las legislativas de 2014, el exgobernador lideró en Sucre la campaña de su yerno y fue clave para que el Ñoño pasara de sacar 2.062 votos en 2010 a 17.417 votos en Sucre. En Ovejas, de donde es oriundo Morris, Elías pasó de 7 votos en 2010 a 1.048 en 2014.

Al año siguiente, la casa Morris con la bandera de la Ñoñomanía se sumó a la campaña de Édgar Martínez a la Gobernación. Paradójicamente, ese fue el mismo político que lo había denunciado públicamente por fraude en las elecciones de 1997.

En la campaña de Édgar, quien llegó con aval de Cambio Radical y apoyado por casi toda la clase política sucreña que se unió para derrotar al polémico exparlamentario Yahir Acuña, Morris coincidió con ‘el Gordo’ García, pero actuaron como dos grupos distintos, lo que ratifica su rompimiento definitivo.

En compensación a ese apoyo, Martínez le dio juego a Morris en la secretaría de Hacienda nombrándole ahí a su allegado Sergio Ramos. Esa cuota no duró mucho porque el mandatario habló en un especial de Caracol Televisión sobre paramilitarismo en el cual mencionaron a Eric como aliado de los paras, éste le devolvió la dependencia. 

En la Ñoñomanía dicen que el divorcio con el mandatario se debió a que éste no les cumplió con la representación que ellos esperaban, pero de lo que no hay duda es de la ruptura.

El poder hoy

Hoy Morris es la persona con la que hay que hablar en Sucre si se quiere contactar al poderoso Ñoño Elías (el segundo senador más votado de la coalición del Presidente).

Su influencia quedó demostrada en julio del año pasado, cuando Santos consintió a Ñoño dándole la dirección de Fonade en cabeza del exalcalde de corozal Ariel Aduén, quien viene de las entrañas del grupo de Eric Morris.

Como lo contamos en La Silla Caribe, Aduén es cercano a Morris desde 1998 cuando ambos aspiraron en las regionales y el primero fue elegido alcalde de Corozal y el segundo Gobernador de Sucre. Además de eso, el hoy director de Fonade fue cuota de Morris de las gobernaciones de los parapolíticos Salvador Arana Sus y Jorge Anaya Hernández, en las que estuvo como asesor de Educación.

El cargo en el que está Aduén es clave porque desde ahí se tramitan muchos de los proyectos que se hacen con los recursos de la llamada mermelada (cupos indicativos para invertir en región, cuyo destino es decidido por los congresistas). Como lo hemos contado, Ñoño es uno de los senadores que más mermelada recibió en el primer Gobierno santista.

Además de eso, la Ñoñomanía en Sucre tiene poder en las alcaldías de Sampués, donde manda el alcalde Víctor Hernández, y en la de La Unión, en donde respaldaron a Armando Perdomo Monterroza, ambos de La U.

También tienen poder en la Asamblea sucreña vía la diputada Karime Cotes que, aunque es del liberalismo, le copia a la Ñoñomanía. Cotes heredó esa curul de su esposo Rafael Macea, quien fue diputado de La U hasta el 2015 y es cercano a Morris.

El nuevo poder de Morris ha empezado a sentirse incluso más allá de las fronteras de Sucre.

Desde julio del año pasado, en Córdoba se habla de su supuesta influencia en el Hospital San Jerónimo de Montería, que maneja un presupuesto de más de 56 mil millones de pesos y que estuvo intervenido entre julio de 2015 y octubre de 2016 por una crisis financiera.

El intento de tener influencia quedó claro en julio de 2016, cuando la entonces gerente de esa ESE, Luz Patricia Sánchez, dijo a medios de comunicación locales que Morris y el Ñoño le habían pedido la subdirección administrativa y financiera para poner ahí a alguien de su grupo político, pero que ella no había accedido.

En medio del pulso la Contraloría de Córdoba, en cabeza de Emilio Otero, quien llegó al cargo respaldado por Elías, presentó un informe en el cual señalaba que en la gerencia de Sánchez el déficit de la entidad de salud había pasado de 14 mil millones a 16 mil millones de pesos.

Tras ese informe, Sánchez salió del cargo y en noviembre el gobernador Edwin Besaile, también aliado del Ñoño, nombró como gerente a una integrante de la Ñoñomía: Isaura Hernández Pretelt.

El vaso comunicante entre Hernández y el Ñoño es su exesposo Jaime Pareja Alemán, quien hasta enero de este año fue secretario de Salud como cuota de Elías y salió del cargo por estar salpicado en el llamado cartel de la hemofilia. Aunque la pareja se separó, ambos siguen siendo miembros de la Ñoñomanía.

Desde que esa funcionaria está en el cargo, según nos dijeron por aparte un diputado importante, un político activo y un periodista dateado de Córdoba, Morris visita con frecuencia el hospital. Eso nos lo negaron en la Ñoñomanía, aunque nos reconocieron que el político sucreño sí conoce a la actual gerente “de lejos”.

Más allá de eso, parte del futuro político de Morris podría jugarse en las legislativas del año entrante, cuando suena que podría lanzar a su esposa Araceli Olivares a la Cámara de Representantes como otra fórmula del Ñoño Elías.

La Silla Caribe confirmó que esa idea no es simplemente un corrillo político en Sucre, sino algo que ya le han propuesto a Morris. No sería la primera vez que Olivares participa en política: ya en el 2000 ocupó una curul en la Asamblea de Sucre con la primera votación de ese momento y además ha acompañado de cerca a su esposo en toda su carrera.

La idea de la candidatura de Olivares está medio quieta por ahora porque desde el 1 de marzo la Corte anunció que abrió una investigación preliminar en contra del senador Bernardo Elías por su presunta participación en las irregularidades que rondaron la adjudicación de la vía Ocaña - Gamarra dentro del caso de la corrupta empresa Odebrecht, que entregó coimas para hacerse a contratos en todo el continente.  

Habrá que esperar a ver qué pasa con el Ñoño de aquí a que se concreten las candidaturas a las legislativas de 2018.

Como sea, su suegro ya se está reencauchando.

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