Hace dos días el exgobernador quedó en libertad y desde ya la expectativa de cómo se moverá para las legislativas es muy alta.
El retorno de Julio Acosta patea el tablero en Arauca
Julio Acosta, exgobernador de Arauca. Foto: lavozdelrioarauca.com
Con la liberación del exgobernador de Arauca, Julio Enrique Acosta Bernal, la política de ese departamento convulsiona. A pesar de que la Corte Suprema de Justicia lo sigue investigando por homicidio, la clase política araucana da por hecho que se va a mover en las elecciones de 2018. Independientemente de cuáles sean sus movidas, eso va a alterar el ajedrez político.
El poder de Acosta
Desde que Julio Acosta fue capturado hace seis años por su presunta participación en el homicidio de un registrador de Arauca y un periodista (también está investigado por presunta contratación irregular del parque temático del municipio de Tame), solo ha vuelto a visitar esa región una vez.
Fue hace dos años, cuando su padre falleció y le dieron permiso para ir al funeral. Ese día, con la caravana que lo recibió, así como la multitud que no se le despegó ni un minuto durante los dos días que duró su visita, quedó claro su capital político y popularidad.
Además de que su trayectoria en la política completa ya décadas (fue el primer alcalde electo de Arauca, representante a la Cámara y gobernador), tiene en el bolsillo a la clase media y baja del departamento por su forma de hacer política.
“Él es lo que le gusta a la gente. El que usa sombrero y botas de coleo (deporte araucano), reparte aguardiente, llega en caballo a las ferias y además patrocinaba las fiestas y en general le ayudaba a la gente”, dijo un periodista de la región. Cinco políticos coincidieron con esa versión.
A eso se suma el hecho que como gobernador entre 2004 y 2007 combatió fuertemente a la guerrilla y mucha gente, sobre todo del sector ganadero, se lo agradece.
Si bien ninguno de los candidatos que Acosta apoyó a la Gobernación y a la Alcaldía de la capital durante sus años en La Picota resultaron electos, en varias oportunidades le dijo a medios regionales que “las cosas serán distintas cuando vuelva”
Y como la gran mayoría de los dirigentes más visibles que ha tenido Arauca en los últimos ocho años nacieron en la política junto a Acosta, la expectativa de su regreso es muy grande.
“Muchos estarían dispuestos a volver a trabajar con él. Yo soy uno de los que espero que él llegue y tome decisiones. Que plantee alguna alternativa para hacer equipo”, le dijo a La Silla un diputado.
Los dos caminos
Un político de Arauca que se mueve en Bogotá le dijo a La Silla que Acosta está recién operado de un bypass gástrico, por lo que aún no va a volver a su departamento. Pero desde ya, en los corrillos políticos del departamento lo ven en dos potenciales escenarios.
El primero y más obvio es que llegue a asumir las banderas de Cambio Radical y ponga a un candidato a la Cámara de Representantes con ese aval.
Acosta fundó Cambio en esa región y logró que se mantuviera en el poder durante ocho años por lo que, según cuatro políticos, es su “jefe natural”.
Sin embargo, su afinidad va más allá. Es uno de los aliados de vieja data del exvicepresidente Germán Vargas Lleras, el máximo líder de Cambio, y sus hijos también se la juegan por ese partido en Bogotá -Julio César es concejal y Camilo Acosta va a aspirar a la Cámara de Representantes-.
Como a esas huestes ya llegó el exgobernador Facundo Castillo, tal y como lo contó La Silla, a gerenciar la campaña de Vargas Lleras, la llegada de Acosta le sumaría muchos puntos al precandidato.
Le juega en contra que mientras estuvo en la cárcel otros políticos tomaron las riendas del partido en Arauca y durante estos años ha tenido diferencias con ellos a la hora de entregar avales.
El segundo escenario es que ponga un candidato a la Cámara en el Centro Democrático. Si bien Acosta es afín a las ideas que defiende el uribismo y fue gobernador durante el primer gobierno de Álvaro Uribe Vélez, su vínculo es particularmente con un candidato de ese partido.
Se trata del exalcalde de Arauca Luis Emilio ‘el pato’ Tovar. Al igual que Castillo, Tovar inició en la política durante el gobierno de Acosta y fue parte de su gabinete. Aunque en 2011 fue electo alcalde con el aval de La U, se ha mantenido como aliado de Acosta. Tanto que el candidato que Tovar promovió para sucederlo en la Alcaldía, aunque iba por La U y se enfrentó al de Cambio Radical -quien resultó electo-, también fue el candidato de Acosta.
Además, una fuente que conoce la política araucana nos dijo que quien más está respaldando la candidatura de Tovar es Julio Acosta hijo, de quien es amigo personal.
De las ocho fuentes con las que hablamos, seis nos hablaron de esas dos cartas que podría jugar Acosta. Adicionalmente, dos de esas seis nos dijeron que el exgobernador podría apostarle a ambas.
“Él tiene con qué respaldar dos candidatos y esa estrategia de repartir votos, a él le podría funcionar”, dijo uno de ellos.
Indistintamente de por cuál partido se decida o si va a tener candidatos en ambos, todas las fuentes coincidieron en que hacia donde él vaya, “inclina la balanza”.
El gobernador Alvarado, el perjudicado
El retorno de Acosta puede afectar al actual gobernador Ricardo Alvarado.
Como lo contó La Silla, pese a que Alvarado se eligió con el respaldo de la clase política araucana, decidió gobernar solo. Esa ruptura ha generado la sensación de que no está conectado ni con los dirigentes ni con la gente del departamento.
Aunque según dos fuentes cercanas a él eso no lo trasnocha porque no tiene más aspiraciones políticas, con Acosta de vuelta haciendo política a su estilo, la diferencia con Alvarado va a tener un espejo en vivo y en directo. Y eso puede aumentar la inconformidad y hacerle más difícil gobernar.
“Su aceptación se va a ir al piso porque a la gente lo que le gusta es lo que hace Julio Acosta, o sea lo opuesto al gobernador. Le van a opacar la gestión”, le dijo a La Silla un periodista de la región.
De modo que el retorno de Acosta, lo empodera a él y de paso oxigena la fuerza política de quienes sean sus aliados.
Aunque no le va a pelear votos a las bases sociales de las guerrillas porque su fuerza está más concentrada en Arauca capital mientras que ellos son fuertes en el piedemonte araucano (van a hacer campaña por la circunscripción especial de paz en Arauquita), si se la pone cuesta arriba a los políticos tradicionales que estén en orillas distintas. Incluso a dirigentes como el actual gobernador quien, por ahora, no tiene intereses de cara al 2018.