Golpe a la herencia de Samuel Arrieta en la U. Distrital

Silla Cachaca

Ricardo García Duarte.

La designación de Ricardo García Duarte como Rector, después de tres años de encargos, mantiene al margen de ese puesto a los herederos del senador del PIN, hasta hace un tiempo el poder en la sombra.

La designación como rector de la Universidad Distrital de Ricardo García Duarte, que se posesionará el viernes, no sólo termina con casi tres años de rectores encargados, sino que significa una ruptura con respecto a los grupos de poder que tradicionalmente han manejado esa institución, particularmente los herederos del exsenador Samuel Arrieta, hasta hace unos años un poder en la sombra y hoy asesor del alcalde Enrique Peñalosa.

Es una ruptura que ya había comenzado con el nombramiento del actual rector encargado, Carlos Javier Mosquera, en 2015, pero que se hace más fuerte ahora con García como rector en propiedad por los próximos cuatro años.

El giro

Ricardo García Duarte es el primer rector en propiedad de la Distrital nombrado en siete años.

El último fue Inocencio Bahamón, amigo de Samuel Arrieta. Bahamón salió en 2013, sin terminar su periodo, en medio de escándalos por intentar hacer una reforma a los estatutos sin mayores consultas y por presunta corrupción; lo remplazó como encargado Roberto Vergara, otro representante del arrietismo, que fue retirado del cargo con el respaldo del entonces alcalde Gustavo Petro, después de conocerse denuncias por presuntas irregularidades en la adjudicación del contrato para construir la sede de la Distrital en Bosa.

Ahí Petro logró conformar un bloque en el CS que le permitiera poner alguien de confianza, que fue Carlos Javier Mosquera, el actual encargado, lo que significó un golpe para los herederos de Arrieta.

A Mosquera y al nuevo rector los une su pertenencia a un grupo llamado Cuide (Comunidad Universitaria de Integración Democrática), creado en 2003 como contrapeso a líderes políticos tradicionales de la Distrital, entre ellos Samuel Arrieta (que había sido concejal liberal y luego fue senador del PIN) y Antonio Caicedo (que fue senador de Convergencia Ciudadana y lidera una asociación de pensionados llamada Ajubilud).

La resistencia

García es un politólogo que se define como de “izquierda intelectual e independiente” al que el Consejo Superior (CS) de la Distrital, que preside la secretaria de Educación de Peñalosa, María Victoria Angulo, escogió después de ganar la consulta entre estudiantes, profesores, empleados y egresados, y de ser el mejor puntuado entre el propio CS..

 

Pero, políticamente hablando, fue escogido porque “era el que menos discordias generaba” en ese Consejo, nos dijo una fuente de afuera de la Universidad que conoce el CS por dentro.

La Silla Cachaca supo que dentro del CS había hecho carrera la idea de que era preferible alguien externo que no estuviera ligado a los grupos de interés de la Distrital. Sin embargo, sólo un candidato llegó de afuera (Víctor Gélvez, profesor de la Universidad de Pamplona), y aunque alcanzó la etapa final, no le fue bien en los puntajes de las entrevistas ni en la consulta, donde fue el menos votado.

Antes de llegar a la entrevista con el CS, Ricardo García compartía los primeros lugares con María Eugenia Calderón (ligada a los grupos de estudiantes que promueven una reforma estatutaria y que el año pasado lideraron un paro el primer semestre) y con Wilman Navarro (el candidato que, como lo contamos, era reconocido por sus vínculos políticos con los grupos herederos de Arrieta).

Eran dos candidatos que, para el CS, hubieran polarizado mucho a la Universidad, nos dijo un contratista que conoce las movidas de ese Consejo.

Por eso, "el proceso fue conduciendo a Ricardo", nos dijo el representante de los exrectores en el CS, Gustavo Montañez. Ahora está por verse si logra gobernar, ya que no todo el mundo lo ve con buenos ojos desde que fue rector por primera vez, en 2003.

Entonces ya se identificaba con el Cuide y tuvo el respaldo del entonces alcalde, Antanas Mockus, así como de sectores de izquierda de la Universidad.

Fue objeto de muchas controversias porque intentó acabar con privilegios de grupos de empleados y profesores que gozaban de dobles pensiones, y en medio de esos choques fue denunciado por presuntas irregularidades en contratación que le valieron prisión domiciliaria en un caso en el que la Fiscalía precluyó la investigación porque no encontró que hubiera delinquido.

“Seguramente mantiene enemigos que no le perdonan eso”, le dijo a La Silla Cachaca Gustavo Montañez, exrector de la Distrital y representante de los exrectores en el CS (para esta nota dijo que hablaba a título personal y no del CS).

A su segunda rectoría llega con fama de independiente y moderado, le dijeron a La Silla Cachaca dos fuentes que conocen la Universidad.

Una muestra de eso, por ejemplo, es que a pesar de ser de izquierda anuncia que se atendrá al Plan de Desarrollo de Peñalosa. Y que de la reforma estatutaria que se discute actualmente en la Distrital, dice estar en desacuerdo con la propuesta de los estudiantes que la promueven de fijar un mecanismo directo de elección de rector, por medio del voto y sin que tenga mayor peso la voz del CS. "Eso es populismo", nos dijo.

Sin embargo, no hay consenso alrededor de su nombre.

En la consulta, por ejemplo, fue el más votado entre los profesores (335 de 1.016 votos), pero, como nos dijo el profesor José Lizcano (cabeza de un grupo llamado Quántum, líder del sindicato de profesores Siprud y amigo de Hosman Martínez -ahijado político de Arrieta), eso no le garantiza que la mayoría de los docentes lo apoye, teniendo en cuenta que son cerca de 2.100.

El nuevo Rector nos dijo que lo apoyaron sobre todo profesores de centro.

Y los grupos de izquierda tampoco están unidos a su alrededor, algo que se nota entre los estudiantes.

Como lo contamos, los alumnos de izquierda se repartieron entre la candidata María Eugenia Calderón y la Organización Colombiana de Estudiantes, afín al senador del Polo Jorge Robledo, que no se fue con ningún candidato y que ve en García un representante de las políticas de Juan Manuel Santos y Enrique Peñalosa que ellos consideran perjudiciales.

“La Universidad no debe estar al servicio de intereses clientelistas. Pero decir eso es muy fácil y hacerlo, difícil. Habrá que estar pendientes para cuando se quieran imponer determinados grupos", le dijo a La Silla Cachaca.

Y por eso, aunque es claro que rompe con la herencia de Arrieta, eso es insuficiente para que pueda gobernar a sus anchas.

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