La bonanza del exzar de la salud del Huila

Html

Armando Ariza, exgerente de Comfamiliar del Huila

Armando Ariza Quintero, quien fue director de Comfamiliar hasta que la Fiscalía lo capturó en 2015, ahora es uno de los poderes empresariales en ascenso de la región. 

En diciembre pasado un juez absolvió al exdirector de la Caja de Compensación Familiar del Huila, Comfamiliar, Armando Ariza Quintero, por un proceso que llevaba en su contra por presunta contratación irregular para la prestación de servicios de salud.

Este es solo uno de los cuatro procesos que arrancaron en 2015 contra Ariza en la Fiscalía por un presunto desfalco en la EPS que manejaba esa caja y por los que estuvo detenido entre 2015 y 2018. Aún están abiertos otros, incluyendo uno por presunto lavado de activos. 

Aunque la captura lo sacó del cargo en el que estaba desde hace más de 20 años, y causó un terremoto empresarial, político y mediático porque era uno de los hombres más poderosos e influyentes de la región, Ariza quedó lejos de estar opacado. 

El otrora director de Comfamiliar inició una envidiable racha empresarial a través de un pool de firmas que en su mayoría adquirió o aumentaron su capital desde que quedó en la mira de la justicia.

La Silla encontró que Ariza en los últimos cinco años ha construido un emporio que incluye estaciones de gasolina, participación en entidades financieras y hasta empresas piscícolas de gran escala.

Ahora, es uno de los poderes empresariales en ascenso de Neiva.

La caída y la resurrección judicial

En 2015 el vicefiscal General, Jorge Fernando Perdomo, anunció al país que habían desmantelado una poderosa red que se había apropiado de miles de millones de pesos del sector salud entre los años 2003 y 2011. 

Quien lideraba esa red, según Perdomo, era Armando Ariza Quintero.

Además de ser una caja de compensación, Comfamiliar funciona como una EPS del régimen subsidiado. Para el momento del escándalo tenía más de 400 mil usuarios en Huila y Caquetá. 

Cuando lo capturó y reseñó, la Fiscalía dijo que Ariza usó la EPS en complicidad con clínicas privadas como Medilaser y alcaldes de municipios como Garzón, Pitalito y La Plata para desviar de manera irregular los recursos del régimen subsidiado a través de contratos ficticios. 

Por eso, y porque fue vinculado a tres procesos más relacionados con desfalcos al sistema, entre ellos uno por supuestos sobrecostos en medicamentos que pasaban los 4 mil millones de pesos, un juez lo mandó a la cárcel.

 

No pasó un mes para que Ariza diera muestras de su poder. 

Como contó Noticias Uno, Ariza no entró a la cárcel de Rivera como un detenido más, sino que tuvo un trato VIP, dormía en la habitación del director del penal y tenía más visitas que los demás. 

Además, seguía teniendo el control de Comfamiliar a través de familiares y amigos que había nombrado en cargos claves como su prima Diana Astrid Quintero (coordinadora regional de la IPS) su sobrino Javier Callejas Ariza (coordinador de compras) o Natali Acosta farfán (coordinadora de los restaurantes escolares y sobrina de su esposa María Cristina Farfán de Ariza.  Por esa razón, fue trasladado a La Picota en Bogotá. 

En 2016, la Fiscalía declaró extinción de dominio a unos bienes en Neiva, Bogotá, Garzón, Pitalito, Yaguará, Rivera y Cartagena, que serían propiedad de Ariza y de los otros implicados. Dijo que estaban avaluados en más de 20 mil millones de pesos, y que habrían sido comprados con la plata del robo a la salud.  

Pero desde 2017, los señalamientos de la Fiscalía comenzaron a caer y la suerte de Ariza a cambiar. 

Primero, en junio de ese año, logró que le revocaran la medida de aseguramiento alegando vencimiento de términos y por eso le dieron casa por cárcel en una finca en Sopó, Cundinamarca.

Luego, en junio de 2018, quedó en libertad porque su defensa insistió en que ya no podía aplicar ninguna medida restrictiva ya que no estaba al frente del cargo y un juez le concedió la razón. Ese mismo año reapareció públicamente en el ostentoso matrimonio de su hijo Diego Armando, al que asistió la dirigencia política y empresarial del departamento. 

Y más adelante, los jueces empezaron a fallar. En agosto de ese mismo año, fue absuelto en el primero de los casos relacionado con los contratos ficticios que se firmaron para cubrir unos servicios de atención hospitalaria en Pitalito, porque, según el juez, la misma Fiscalía que lo presentó como el líder de ese cartel de contratación de la salud no pudo demostrar que hubo corrupción

Cuatro meses después se cayó el segundo proceso que era por presuntas irregularidades en servicios de salud en Garzón. También, según el juez, por inconsistencias de la Fiscalía. 

Los otros, que son por presuntos sobrecostos en medicamentos y la supuesta tercerización de servicios médicos a través de clínicas pintan para el mismo final porque, según le dijeron a La Silla un periodista que le ha seguido la pista a los procesos y uno de los abogados defensores, la Fiscalía no ha podido sostener su tesis inicial. 

Esa serie de decisiones, podrían generar un efecto dominó, que podría dejar sin sustento la investigación por presunto lavado de activos, que fue por la que le declararon extinción de dominio a algunas de sus propiedades. 

La Silla supo que Ariza ya está preparando una demanda para lograr que le quiten esas extinciones. En todo caso, el proceso está en un juzgado especializado de Bogotá y falta que se conozcan decisiones al respecto.

La racha ganadora con la justicia de Ariza, ha ido a la par con el crecimiento de sus negocios, algunos de los cuales habían pasado de agache en Neiva.

De zar de la salud a zar de la gasolina

Luego de ser el zar de la salud en Neiva, Ariza empezó a invertir plata en varios sectores diferentes y a impulsar otros negocios, que incluso inició cuando estaba al frente de Comfamiliar.

El principal fue el de los combustibles a través de ‘A y E Asociados Limitada’, una empresa que se fundó en 2007 con 45 millones de pesos cuando Ariza estaba en la Caja, y que actualmente es dueña de ocho estaciones de gasolina en Neiva, Baraya, Tello, Hobo, Yaguará y Palermo. 

De ‘A y E’, Ariza es socio fundador y dueño del 50 por ciento a través de ‘Inversiones Luisa María SAS’ una sociedad familiar que creó 2004 con 45 millones de pesos. En 2019, el propio Ariza aumentó el capital de esa empresa en 600 millones de pesos más. 

El resto de las acciones de ‘A y E’ pertenecen a Edgar Perdomo, un empresario mecánico que llegó a ser directivo del club de fútbol Atlético Huila. Perdomo es socio de Ariza en otros negocios.

En el 2019, según los reportes de la Cámara de Comercio, esa empresa tuvo ingresos por más de 40 mil millones de pesos, cuando en 2015 -año en que Ariza salió de la caja-, eran de 20 mil millones de pesos. 

Eso en parte se puede explicar en que ‘A y E’ durante los últimos cinco años se ha ganado más contratos con alcaldías y hospitales para suministrar gasolina. 

Mientras que entre 2011 y 2015 se quedó con 47 contratos de entidades públicas, desde 2016 y hasta la fecha lleva 99 contratos más. Es decir, duplicó la cifra en solo cuatro años.

Además de su mejorado rol de contratista, ‘A y E’ empezó este año un plan de expansión que incluye dos nuevas estaciones de combustible en Neiva. 

La primera está ubicada en el sur de Neiva y se llamará ‘Estación de servicio Neiva la nueva’, la segunda recibirá el nombre de Invercoll y de esa estación son socios varios empresarios de transporte. Ariza tiene el 30 por ciento de ese proyecto a través de ‘A y E’ porque puso 200 millones.

 

Como pez en el agua

Otro frente de negocios de Ariza está en la piscicultura, un sector que en el Huila mueve unos 400 mil millones de pesos al año. 

A nombre suyo, sus hijos y otros familiares, el exdirector de Comfamiliar controla al menos cinco empresas piscícolas. 

La primera es la Comercializadora Latinoamericana de Peces, Latinpez. Ariza tiene el 98 por ciento de las acciones, y el resto figuran a nombre de su hermano Jorge. 

Ariza la compró en 2013, dos años antes de salir de la Caja en medio de los escándalos judiciales, por 505 millones de pesos al empresario cafetero Jaime Pulido, otro nombre que aparece en varios negocios del exdirector de Comfamiliar. 

Pulido también está en la Piscícola Provenir Brusellas, que es la segunda empresa de este tipo en la que figura Ariza. Apareció como propietario hasta 2017 cuando le vendió sus acciones por 20 millones de pesos a Diego Armando Ariza Farfán, hijo del exdirector. Sin embargo, encontramos que cinco años antes esa empresa era gerenciada por Jorge y Ovidio Ariza Quintero, hermanos del exdirector de la Caja. 

Las tres empresas restantes se llaman Bettapez SAS, Agroexport del Huila y Pisciexport del Huila, y son las nuevas apuestas de la familia Ariza porque fueron adquiridas entre 2019 y 2020 a través ‘Inversiones Luisa María SAS’. En las tres, Diego Ariza es el representante legal, y su papá el suplente. 

Ariza también está metido en el negocio de la compra y venta de concentrados y alimentos para peces y otros animales, a través de Lagricola, una tienda especializada en la comercialización de ese tipo de concentrados, de la que es dueño ‘A y J Inversiones’, otra empresa que fundó en 2012 y controla a nombre suyo y de ‘Luisa María SAS’. 

Solo las tres empresas más grandes que Ariza tiene en ese ramo, reportaron ingresos por 7.800 millones de pesos en 2019.

Y recientemente con bancos

El portafolio de la familia Ariza y sus socios también incluye servicios bancarios que funcionan como una red. 

Soluciones Financieras, Fiar, es una empresa que presta plata y se creó en 2019 en Tello, a 20 minutos de Neiva. Ese es un municipio Zomac, es decir, que fue afectado por el conflicto armado, y el Gobierno da gabelas tributarias a quienes inviertan en esas zonas. 

Pero en realidad, Fiar funciona en una de las oficinas que quedan en una estación de gasolina en Neiva.

De Fiar son dueños Ariza y su socio Edgar Perdomo. Lo hacen a través de ‘A y E asociados Ltda’, es decir, la que aparece en los negocios de la gasolina. La gerente es Luisa María Ariza Farfán, la otra hija de Armando. 

Se constituyó con un capital inicial de 60 millones de pesos. Y en su primer año de operaciones, Fiar reportó activos por más de 2 mil millones de pesos e ingresos de 340 millones más. 

Otra empresa de Ariza metida en el sector financiero es el Fondo de Garantías y Desarrollo, Fogade, que se creó en 2008 pero en mayo del 2019 aumentó su capital de 60 a 500 millones de pesos.

En Fogade los Ariza tienen el 30 por ciento de participación con una sociedad que se llama Dala Group. La representante legal de Fogade es Carmen Stella Córdoba, quien fue funcionaria de Comfamiliar durante la administración de Armando Ariza. 

A través de esa empresa, Ariza ha buscado manejar la cartera de la línea de créditos de Comfamiliar. 

Fogade también trabaja de la mano con Bancupo, otra entidad que ofrece préstamos de plata a través de internet y que se presenta como la alternativa a ciudadanos que no pueden acceder a créditos en bancos grandes. En Bancupo, Luisa María Ariza, hija de Armando, es socia con el 30 por ciento de las acciones. 

Así que con negocios de gasolineras, piscícolas y  entidades financieras, Ariza garantiza un emporio, mientras sigue respondiendo por las presuntas irregularidades que ocurrieron en Comfamiliar cuando estuvo al frente de esa entidad, que maneja el tercer presupuesto más grande del departamento y una nómina de 2 mil empleados.

Compartir
0