Con un comunicado público, Viviane Morales renunció a su aspiración presidencial, sepultando una candidatura que por obstáculos jurídicos y financieros y por falta de estructura, nunca logró despegar.
La campaña de Morales que nunca despegó
Con un comunicado público, Viviane Morales renunció a su aspiración presidencial, sepultando una candidatura que nunca despegó. En parte por los obstáculos a los que Morales se refiere en su renuncia, pero también porque no tenía plata, su equipo de campaña era pequeño, el partido que le dio el aval, Somos, no tenía estructura, y las dos millones de firmas de su referendo anti adopción gay no se reflejaron en las encuestas.
Los obstáculos
Desde que el Partido Liberal obligó a los candidatos a firmar un manifiesto que con sus principios excluía a Morales, la exfiscal se declaró perseguida por sus creencias religiosas y renunció no solo a su curul en el Senado y al partido sino también a su candidatura.
“Resulta difícil encontrar en la memoria una campaña presidencial independiente y limpia, que haya sido atacada con tanta saña y tanta trampa por sus detractores,” dice en su comunicado del miércoles en la tarde.
Después enumera uno a uno los obstáculos que, dice, encontró en su aspiración.
Hace referencia a “las trampas evidentes” por parte de la cúpula del Partido Liberal por poner como requisito para los precandidatos ese manifiesto que se presentó como la defensa de la ideología del partido, pero que Morales ha leído como una incoherencia con el principio liberal del derecho al disenso.
El manifiesto obligaba a quien fuera candidato a defender los acuerdos de paz que el partido había defendido en los últimos 5 años, a no dejar que las convicciones religiosas interfieran en las decisiones públicas y a no discriminar a poblaciones y promover y acatar las decisiones de la Corte Constitucional frente a sus derechos. Morales, que se había opuesto a varios puntos de los acuerdos, que siempre ha puesto su fe en el centro de su vida privada y pública y que promovió un referendo en contra de la adopción por parte de parejas del mismo sexo, no lo firmó.
Otro de los argumentos que Morales ha dado contra el manifiesto es que a pesar de las críticas que recibió su referendo contra la adopción en el liberalismo, fue una de las propuestas con las que salió elegida senadora con el aval liberal.
En el comunicado habla también de la demanda por doble militancia en el Consejo Nacional Electoral que, según ella, dejó en vilo su candidatura durante más de un mes.
Sin embargo, la duda de la doble militancia también ha existido en la candidatura de Ángela María Robledo, la fórmula de Gustavo Petro, y a ella no la ha paralizado. Y, en todo caso, el CNE falló a su favor, por lo que la demanda no descarriló sus intenciones.
Morales se refiere también al supuesto intento de los medios de comunicación por invisibilizar su candidatura al no invitarla a los debates. Es cierto que no la invitaron a los debates de Teleantioquia y la Universidad del Norte, como tampoco invitaron a Piedad Córdoba ni al pastor Jorge Antonio Trujillo, pero luego sí la invitaron al del Pacífico al que dijo que no iba porque estaba esperando la decisión del CNE sobre su candidatura. También estuvo en el de RCN, el primero de un canal de televisión nacional.
De hecho, en La SIlla la buscamos las últimas semanas para invitarla a uno de nuestros “charladitos” con Red+ y la Universidad Sergio Arboleda, pero nunca nos respondió.
Al final, señala al CNE de obstaculizar el desembolso de los anticipos financieros para su campaña y dice “todos sabemos que no soy una mujer adinerada (…) nos llevaron a la asfixia económica total, y con ella a una desventaja antidemocrática insuperable”.
A pesar de todos estos tropiezos y trabas, su campaña no despegó porque Morales no tenía estructura política, no tenía un partido fuerte y no pudo capitalizar los 2 millones de firmas del referendo.
Esto se hizo evidente con los resultados de Somos, antes Partido Alas, que en 2017 recuperó su personería jurídica y se quemó en las legislativas con menos de un quinto de los votos necesarios para pasar el umbral (sacó 90 mil). También con los resultados del otro grupo político que podía sumar, el movimiento cristiano Colombia Justa Libres.
Este movimiento sacó 431.418 votos y todavía está en disputa para pasar el umbral luego de que encontró más de 30 mil votos en una brigada de fieles que recibieron el llamado del movimiento cristiano para ayudar en el reconteo.
El intento de despegue
En su campaña, Morales le apostó a capitalizar los votos de lo que llamó la Colombia creyente. Con esta apuesta nombró como su fórmula a Jorge Leyva, un profesor católico con quien pretendió construir una candidatura para que católicos y cristianos defendieran la vida, la familia y la fe.
La fe cristiana siempre estuvo en el centro de su campaña. Con el lema de “llegó la hora de la fe,” la exfiscal intentó cultivar lo que llama "las mayorías morales" de la sociedad y que en su comunicado describe como “esos hombres y mujeres abnegados sobre cuyos hombros se edifican el trabajo y la esperanza de nuestro país (…) la gente buena, de carne, hueso y familia.”
Con este lema logró la adhesión de Colombia Justa Libres y de las iglesias que apoyan este movimiento como Casa en la Roca y Avivamiento.
Multitudinaria reunión de apoyo a mi candidatura presidencial hoy en la ciudad de Bogotá. Gracias a las miles y miles de personas presentes por su respaldo y cariño. ¡Vamos por la victoria!#LlegóLaHoraDeLaFe pic.twitter.com/fFlXlPA7sZ
— Viviane Morales (@MoralesViviane) 22 de abril de 2018
Arrancó su gira por iglesias y por algunos municipios con la ayuda de los voluntarios en su mayoría cristianos que como contamos se fueron sumando por un formulario que rotaron por redes sociales y al que se inscribieron personas que luego la apoyaron en temas programáticos y de comunicación.
Sin el anticipo, Morales financió su propia campaña, exaltando en varias oportunidades la austeridad, y llegó hasta donde llegó con un equipo compuesto por los miembros de su Unidad de Trabajo Legislativo, UTL, en el Senado y por los voluntarios creyentes que llegaron. Morales y su esposo Carlos Alonso Lucio hicieron las veces de estrategas, jefes de debate y financiadores.
Esta es una campaña austera en recursos económicos pero gigante en corazón, amor y fé! Gracias mis voluntarios del Atlántico pic.twitter.com/MsUrCYQDS3
— Viviane Morales (@MoralesViviane) 30 de marzo de 2018
La conquista
Ahora que renunció ya comenzaron los coqueteos por parte del uribismo para conquistar los votos cristianos con los que cuenta Morales.
Aunque en su carta de renuncia Morales deja en libertad a los creyentes, unas horas después de que hiciera el anuncio Iván Duque hizo pública esta carta:
Ante la renuncia a la candidatura a la Presidencia de la República de la Dra. Viviane Morales, le he enviado esta carta para que abramos un camino y podamos ampliar nuestra coalición por el futuro de Colombia. @MoralesViviane pic.twitter.com/MacNToFGXM
— Iván Duque (@IvanDuque) 2 de mayo de 2018
Como pasó con en las elecciones al Congreso, en las presidenciales el voto cristiano llegará dividido. Con su renuncia, Morales no llegó a demostrar si podía convertirse en la líder de la Colombia creyente y si las "mayorías morales" realmente tienen un poder electoral.