La oposición ya tiene contrarreforma, pero no todos le ponen la firma

La oposición ya tiene contrarreforma, pero no todos le ponen la firma

Todos los partidos —sin excepción— le han dicho “no” a la reforma tributaria presentada por el Gobierno de Iván Duque. Pero mientras algunos como los liberales y los de Cambio Radical quieren hundirla, otros ven una oportunidad para meterle la ficha a una reforma alternativa. Cuál de los dos caminos tomar es el tema que ahora divide a la Oposición.

Mientras que el Polo Democrático, los Comunes y los de la lista de los Decentes se inclinan por votar negativamente la reforma y archivarla, en la Alianza Verde la mayoría de representantes a la Cámara abogan por hundirla mientras el grueso de senadores le apuesta a su propia reforma tributaria alternativa.

Más allá de lo que dice esta división sobre los verdes, en la coyuntura actual su proyecto de contrarreforma podría tener un ligero chance de ser debatida pues su voto en las comisiones Tercera podría inclinar la balanza.

El dilema de los verdes


Ya los verdes tienen una propuesta alternativa. Pero no toda la bancada la respalda.

Hace una semana 8 de los 10 representantes a la Cámara de los verdes circularon en redes una carta en la que le piden al Gobierno retirar la reforma tributaria por completo. 

La carta argumenta que se debe llamar a un diálogo nacional para construir una reforma desde cero, en el que se incluya a todos los sectores políticos, sociales y económicos, en línea con lo que piden los demás partidos de oposición. Entre los firmantes del comunicado está la representante Katherine Miranda, una de las ponentes nombradas en la Comisión Tercera.


Pero una semana después, el partido sacó un comunicado oficial en el que invitan a los senadores y representantes de todas las comisiones económicas a unirse a una ponencia alternativa con propuestas de financiación paralelas a las de Hacienda.

Esta vez, la carta la firmaron mayoritariamente senadores de la bancada e, incluso, algunos de los representantes que apoyaron la iniciativa del retiro de la reforma como Mauricio Toro.

Los senadores Iván Marulanda y Juan Castro, junto con la representante Catalina Ortiz —todos ponentes en las comisiones económicas— le apuestan a la contrarreforma.

La propuesta de los verdes es más ambiciosa que la de Duque, pues busca recaudar más de 27 billones de pesos. Una cifra a la que, según los cálculos del partido, se llegaría con la aplicación de un IVA imputado al 5 por ciento de los más ricos, mayor impuesto a los dividendos a personas naturales y jurídicas, sobretasa a entidades financieras e impuestos verdes, entre otros.

Las dos cartas han generado una dicotomía en la bancada, que algunos niegan con firmeza, pero otros la reconocen.

La representante Ortiz le dijo a la Silla que no cree que haya una división entre los verdes: “tenemos absoluta coincidencia en se necesita una reforma, pero que el proyecto del Gobierno no es”.

“Yo soy partidaria de una propuesta alternativa porque estamos de acuerdo con el problema que plantea el Gobierno alrededor de la pobreza, alrededor del déficit fiscal y de la recuperación económica” dice Ortiz. Para la representante, es posible llegar a un consenso en el que se incluyan sus propuestas.

Juan Castro, senador ponente de la Comisión Cuarta, también se para firme en que hay que luchar por una contrarreforma.

“Salirse de la discusión lo deja todo en las manos de la gente que está a favor de la reforma —dice— Si la hundimos no habría reforma tributaria porque no habría proyecto del Gobierno. Los que están diciendo que se archive no tienen claro que nosotros como Congreso no podemos presentar reformas”.

Los representantes que abogan por el archivo consideran, como dijo Fabián Orduz, que “esta reforma no se puede maquillar, no tiene arreglo” y que intentar discutir una propuesta alternativa sería alimentar un falso diálogo con el Gobierno.

La representante Katherine Miranda, que es ponente y defiende el archivo del proyecto, dijo sobre el comunicado oficial de su partido que “esa decisión no fue consultada con todos los congresistas del Senado y Cámara”.

La senadora Angélica Lozano, por el contrario, afirma que las propuestas eran de conocimiento común. “Siempre los pronunciamientos los mandan al chat y los firma el que quiera, nadie tiene ninguna obligación” le dijo la senadora a La Silla.

El representante Mauricio Toro cree que ambas cartas son complementarias porque como le ve pocas posibilidades a que el Gobierno retire la reforma es bueno “tener un plan B con alternativas”, le dijo a La Silla.

La división entre los verdes va más allá de las líneas usuales entre quienes son más cercanos a Gustavo Petro y quienes son más cercanos a la alcaldesa Claudia López, aunque una fuente cercana a la alcaldía de Bogotá, que pidió no revelar su identidad, le dijo a la Silla que “Claudia sí tiene una influencia en la decisión de intentar salvar la reforma con alternativas. Porque obviamente Bogotá perdería unos recursos importantes si no hay tributaria”.

López ha dicho que se opone a la tributaria de Duque, pero que se necesita aumentar el recaudo para atender la pobreza generada por la pandemia.

Los otros senadores y representantes que impulsan la contrarreforma no son solo cercanos a López sino que, como le dijo a La Silla uno de ellos, también están interesados en que la Coalición de la Esperanza gobierne en 2022 y son conscientes de que sin una reforma tributaria el próximo presidente tendrá que enfrentar un hueco fiscal enorme.

Sin embargo, no deja de ser paradójico que dos de los precandidatos de esa Coalición, como son Sergio Fajardo y Jorge Enrique Robledo, le pidieron al Gobierno que retirara la reforma.

La oposición no pone la firma en la contrarreforma (todavía)

En el resto de la oposición hay una percepción general de que dialogar la reforma es ceder ante el Gobierno, y que al momento de votarla, las alternativas que propongan no van a pasar.

Además, consideran que la posición que asuman frente a la tributaria puede definir su imagen para las elecciones de 2022, tanto de Congreso como de Presidencia. 

El Polo tiene una posición unificada, como lo expresaron en este comunicado.

“Nosotros hemos dicho es que no se aplique la reforma tributaria anterior, ahí se les da un golpe directo a los beneficiados por exenciones en los impuestos” le dijo Alexander López a la Silla. 

El senador del Polo asegura que los recursos se pueden sacar de la lucha contra la corrupción, la reducción del gasto a la guerra, control en los paraísos fiscales e impuestos para los que más ganan.

Del lado de los Comunes, se repite la postura. La senadora Victoria Sandino le dijo a la Silla que “no es que nos opongamos a una reforma tributaria; sabemos que se necesita una alternativa a la del Gobierno, pero no hay la fuerza para que la bancada alternativa apruebe una contrarreforma desde el Congreso”.

Sin embargo, incluso los que apuestan al archivo, ven en la contrarreforma de los verdes un plan B.

El senador de la coalición de los Decentes y ponente de la Comisión Tercera, Gustavo Bolívar, le confirmó a la Silla que le va a apuntar a hundir la reforma, pero que estaría dispuesto al diálogo si los verdes logran pasar su alternativa a plenaria.

Los chances no son altos, pero tampoco imposibles.

Las cuentas


En las comisiones Cuartas tanto de Cámara como de Senado, los partidos que quieren hundir la tributaria no tienen mayorías.

Pero en las terceras, tanto de Cámara como de Senado tendrían mayoría por un voto suponiendo que todos fueran y votaran disciplinadamente en contra. En la Cámara, con una victoria de 16 votos de 29, y en el Senado con 8 de 15.

Por eso, en las dos comisiones terceras si los verdes no votaran a favor del hundimiento podrían evitar que se abortara la discusión sobre la tributaria. De ahí su capacidad de maniobra.

Un punto que une a toda la Oposición es el de una renta básica universal. Es decir, un ingreso garantizado por el Estado para que los ciudadanos puedan acceder a una canasta de bienes mínima que les permita subsistir.

La idea es que la propuesta vaya más allá del ingreso solidario permanente que propone Hacienda, ya que funcionaría como un salario base universal para todas las personas que lo necesiten. Mientras que el programa del Gobierno es complementario a otros subsidios y el monto que reciben las familias dependerá de su situación.

En el Verde, la representante Catalina Ortiz sostiene que tienen interés en mantener ese ingreso básico. Y que para eso hay que asegurar que existan los recursos necesarios, cuyas fuentes plantean en su proyecto de reforma alternativa.

En todo caso, desde las orillas de la oposición la idea de una contrarreforma no despierta por ahora las emociones suficientes que espera parte de la bancada de los verdes. Pero todos coinciden en una premisa: reforma sí, pero no así.

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