En los primeros cien días de su administración, Rodolfo Hernández se ha caracterizado por mantener su discurso contra la corrupción y por tener un espejo retrovisor tan grande que ha terminado empañando el vidrio panorámico que tiene al frente.
Los 100 días de Hernández: el retrovisor como arma de doble filo
Rodolfo Hernández, alcalde de Bucaramanga.
En los primeros cien días de su administración, Rodolfo Hernández se ha caracterizado por mantener su discurso contra la corrupción y por tener un espejo retrovisor tan grande que ha terminado empañando el vidrio panorámico que tiene al frente.
La Silla habló con periodistas, columnistas, analistas políticos, políticos, funcionarios y exfuncionarios de la administración de Hernández para hacer su balance.
La simpatía de los ciudadanos
Si hay una victoria temprana que se le pueda adjudicar a Rodolfo Hernández en sus primeros 100 días es la lucha contra la corrupción. Eso es algo que desde sus simpatizantes, hasta sus opositores le reconocen.
La ruptura entre la seguidilla de mandatos liberales en Bucaramanga y la llegada de un gobierno que fue elegido por el voto de opinión sin el apoyo de estructuras políticas, ha dejado en evidencia que los ciudadanos respaldan el discurso de Hernández contra la corrupción y la clase política tradicional y que su irreverencia cala muy bien en todos los círculos sociales.
La encuesta de Cifras & Conceptos para Caracol Radio y Red + Noticias, publicada la segunda semana de marzo, dejó a Rodolfo Hernández con un porcentaje de aprobación del 90 por ciento, cifra que resultó siendo histórica en la ciudad, y que según analistas políticos guarda relación con sus constantes afrentas a la clase política tradicional.
Y es que desde que se montó en la Alcaldía, Hernández, contrario a lo que pasa normalmente con los elegidos, no ha cambiado el discurso y de hecho aprovecha cada vez que le abren un micrófono para recordar que recibió “una alcaldía quebrada” y para referirse como “bandidos” a quienes han gobernado a Bucaramanga tradicionalmente.
Ese discurso también le ha servido a Hernández para desviar la atención sobre los problemas más apremiantes de la ciudad.
Lo particular de la medición de Cifras & Conceptos fue que mientras la favorabilidad de Hernández tocaba las nubes, los mismos ciudadanos lo rajaron en temas como movilidad, seguridad y servicios públicos. Lo que para analistas es muestra de que la ciudad le está dando un compás de espera razonable para que arranque a gobernar.
Otra de sus victorias tempranas y que va muy de la mano con su discurso anticorrupción, está en el hecho de que rompió con las licitaciones de único oferente en Bucaramanga. El proceso para contratar el programa de los refrigerios escolares cerró con nueve propuestas, cifra que en los cuatro años anteriores no tuvo precedentes.
El exceso de retrovisor
Si bien el discurso anticorrupción de Rodolfo Hernández es una de sus mayores fortalezas, funcionarios y exfuncionarios de su administración le dijeron a La Silla que el Alcalde se estancó en esa retórica y que su capacidad para formular soluciones, para no hablar de ejecutar, en estos tres meses ha sido muy reducida.
“Él siempre ha dicho que la ciudad no le puede pedir que resuelva todas las cosas en 100 días y eso es cierto, no lo podemos resolver en tres meses, pero sí podemos decir cómo vamos a hacerlo parcialmente y ahí la cosa está muy cruda”, le dijo a La Silla uno de los actuales funcionarios.
En varias de las Secretarías aún no se ha despegado y la formulación de estrategias sigue quedada, según los funcionarios que hablaron con La Silla.
La purga interna que adelantó Hernández y que se convirtió casi que en el dilema entre los ‘puros e impuros’ de la Alcaldía tiene en una crisis operativa al municipio.
El personal que quedó fue rotado, por lo que todos llegaron a ejercer funciones que desconocen, con secretarios de despacho y funcionarios que tampoco tenían experiencia en lo público y que a solo tres meses ya han tenido relevos (secretaría del interior, subsecretaría de Desarrollo y tesorería).
No podemos resolverlo todo en tres meses, pero sí podemos decir cómo vamos a hacerlo y ahí la cosa está muy cruda
Ahí la improvisación ha entrado a jugar en la administración de Rodolfo Hernández, y dos asesores directos de él le contaron a La Silla que hay temas que se están revisando porque en algunos casos se han tomado decisiones que no han sido las más acertadas.
La pifiada más grande del Alcalde en sus 100 días fue su anuncio de que aquellos contratistas que quisieran recibir más rápido el pago de las deudas que tenía la administración con ellos deberían donarle a la Alcaldía un porcentaje del contrato para obras sociales, como una forma de compensar los sobrecostos de los contratos o las irregularidades en la ejecución.
“Ya se le advirtió que podría estar incurso en concusión, porque aunque los contratistas que acceden están donando plata a la Alcaldía y no al pecunio del Rodolfo Hernández, él sí está aprovechando su investidura como funcionario público para persuadirlos”, dijo una de esas fuentes.
Ayer la Contraloría de Bucaramanga le pidió a la Procuraduría y a la Fiscalía que investigarán a Hernández por esos hechos.
Ha recibido un poco de su propia medicina
La administración de Hernández ha recibido varias cucharadas de su propia medicina en lo corrido del año.
En la rendición de cuentas que hizo la Alcaldía de Bucaramanga sobre la contratación de prestación de servicios que en lo corrido del año ha suscrito, se dijo que el monto pasó de $20 mil millones a $6900 millones, con respecto al mismo periodo de tiempo del año pasado. Ese reporte es muy satisfactorio para la administración.
No obstante, los críticos de Hernández han sabido escarbar la vinculación de personal y denunciaron que el número de abogados que se vinculó en la pasada administración es muy similar al del exalcalde Lucho Bohórquez y que las características bajo las que están siendo vinculados –tiempo de ejecución de solo cuatro meses- son las mismas.
Precisamente, en redes sociales empezó a rodar un video de una entrevista que le había hecho Vanguardia en 2011 al entonces columnista y crítico de la corrupción Manolo Azuero, en el que cuestionaba el número de contratistas y el tiempo por el que habían sido contratados. Ahora, como jefe de gabinete de la Alcaldía, Azuero dijo que las vinculaciones eran circunstanciales porque tenían que evacuar la cantidad de procesos jurídicos en la administración y que una vez se culminen esos contratos el número de abogados se “reducirá significativamente”.
Como ya lo había contado La Silla, otro de los momentos en los que Rodolfo Hernández quedó cojo, fue en las denuncias que le entregó a la Procuraduría sobre las irregularidades en las administración de Lucho.
Aunque la expectativa estaba puesta en esos anuncios, al final lo que se entregó fue un informe del empalme, que si bien tuvo algunos puntos contundentes, en la mayoría de sus páginas se quedó en el simple resumen de hallazgos administrativos mínimos (estado físico de las instalaciones de la Alcaldía y de los institutos, informes sobre desorden en el archivo, entre otros). En el aire quedaron los señalamientos contra los concejales Henry Gamboa, Uriel Ortiz y Jaime Beltrán, a quienes Rodolfo señaló de corruptos en boletines de prensa que envió después de que saliera elegido.
Por el pálido contenido de las denuncias, Hernández recibió varias críticas y la arremetida de los concejales de la oposición.
Por su parte, el tema de los refrigerios escolares ha sido agridulce para la administración de Hernández. Por una parte, rompió el hito del único oferente en la Alcaldía de Bucaramanga; sin embargo, el año ya va en abril y los niños no han recibido ese complemento alimenticio, que en muchos casos es su única comida de la mañana.
Desde sus simpatizantes hasta sus opositores lo han cuestionado por no tener más celeridad, y haber buscado la manera de que los niños recibieran alimentación a tiempo.
Probablemente solo hasta mayo, es decir, cuatro meses después de iniciadas las clases, se empiecen a repartir los refrigerios.
El flojo plan de desarrollo
En una entrevista que le dio a La Silla los primeros días de enero, Rodolfo Hernández dijo que para sus 100 días esperaba tener listas las dos terceras partes de la formulación del Plan de Desarrollo; no obstante, ese documento, que fue construido con base en lineamientos de la ONU y que está siendo socializado en estos momentos, tiene varios reparos.
La Silla conoció el informe del Consejo Territorial de Planeación, un comité con representación de diferentes sectores de la sociedad que se encarga de hacer seguimiento al Plan de Desarrollo desde su formulación, sobre su evaluación a ese documento y encontró que las principales falencias que le encontraron estuvieron por cuenta de la ausencia de metas e indicadores medibles.
“Las estadísticas de diagnóstico en algunos casos no son actualizadas lo que sería desorientador para el mismo diagnóstico… dentro del Plan de Desarrollo no existen estrategias de evaluación e impacto de los proyectos propuestos”, señala un aparte del documento.
Dentro del Plan de Desarrollo no existen estrategias de evaluación e impacto de los proyectos
De hecho en el documento general el Consejo Territorial de Planeación se abstuvo de hacer evaluación de la proyección presupuestal del municipio, de las metas e indicadores de las propuestas y de la financiación de cada uno de los proyectos porque esa información no fue consignada en el anteperoyecto del Plan de Desarrollo.
La misma percepción de ese documento la tuvieron expertos en seguimiento a planes de desarrollo consultados por La Silla, quienes pidieron la reserva de su nombre porque no estaban autorizados para dar declaraciones.
Dos fuentes de adentro de la Alcaldía también le reconocieron a La Silla que ese revés ha sido fuerte para la administración de Hernández.
No obstante, el jefe de gabinete de la Alcaldía, Manolo Azuero, aseguró que el Plan de Desarrollo se planteó de esa manera y que desde un inicio se estipuló que las metas e indicadores iban a estar en el documento final y no en el anteproyecto. También señaló que en este momento se está trabajando en incluir todas las observaciones incluidas las del Consejo Territorial de Planeación.
“Si usted hace un balance general no tenemos victorias tempranas más allá del discurso contra la corrupción y esto comienza a ser preocupante, porque no se ha avanzado en nada, todo tenemos palos en la rueda ya sea por el exceso de opiniones, por la delegación de casi todas las responsabilidades al jefe de gobernanza (Manolo Azuero), que puede tener las mejores intenciones, pero no tiene experiencia, o por el exceso de meticulosidad”, señaló uno de los asesores de Rodolfo Hernández.
Lo que más llama la atención del borrador del Plan de Desarrollo es que no aparece la meta específica de la construcción de 20 mil casas para la población vulnerable, que fue la propuesta que lo llevó a ganar en la campaña. En su lugar aparecen referencias a habilitar predios urbanizables, asignar subsidios para mejoramiento de vivienda y gestionar proyectos para ejecución de vivienda.
La posición oficial de la administración de Hernández es otra: "nuestro objetivo del primer trimestre era cambiar el talante del gobierno municipal y lo hicimos: se le cerraron las puertas al clientelismo, se reivindicó la transparencia en la contratación y en general en la gestión, se ha promovido la participación en el marco del Plan, se instauró la austeridad como pilar y se empezó a ordenar la estructurar reduciendo CPS y reubicando funcionarios", indicó Manolo Azuero.
La incisiva oposición
La oposición de 12 (10 de los cuales son liberales) de los 19 concejales de Bucaramanga, se ha convertido en un palo en la rueda para Rodolfo Hernández.
El Alcalde terminó ganándole la primera batalla a los concejales cuando el Tribunal Administrativo de Santander conceptuó que el Concejo no podía limitarle el tiempo de las facultades para contratar, tema que fue el primero en el que los dos sectores se mostraron los dientes.
La Contraloría de Bucaramanga, que en estos momentos está en manos de un encargado que viene de cuerda liberal y que es mano derecha de la anterior administración, también le ha hecho el camino difícil a Hernández.
Tras emitir un pronunciamiento que dejó más dudas que respuestas sobre las finanzas del municipio, La última perla de ese ente de control estuvo en una comunicación que le fue enviada a la Alcaldía notificándole de la apertura de una indagación por haber contratado dos abogados para encargarse de las denuncias contra la pasada administración.
Según el contralor encargado, Rolando Noriega, la Alcaldía no tiene la misión de denunciar irregularidades "teniendo en cuenta que existen entes de control y una oficina de control interno".
Para abogados consultados por La Silla un pronunciamiento de esos "no tiene sentido".
Esa difícil relación con el Concejo, y el seguimiento de la Contraloría han hecho aún más lento el paso de la administración que ha tenido que ser más cautelosa para no cometer ningún desliz.
Está muy lejos de Santos
El carácter irreverente de Rodolfo Hernández también se ha podido medir en lo que lleva de administración, y esa ha sido un arma de doble alcance. Porque así como critica a los políticos locales, también se ha distanciado del Presidente.
Pese a que Juan Manuel Santos ha venido a Bucaramanga dos veces desde la posesión de los nuevos alcaldes, en ninguna de las dos ocasiones ha asistido Hernández.
Una fuente de adentro de la Alcaldía le dijo a La Silla que las plantadas de Hernández al Presidente Santos aunque no fueron premeditadas si fueron intencionales.
“Es cierto que Rodolfo tenía viajes programados desde hace varios días, pero también es cierto que esos compromisos se podían cancelar. La decisión fue premeditada y se hizo con el fin de enviarle un mensaje (que él no le rinde pleitecía) al Presidente”, aseguró esa fuente.
Esos episodios se suman a una conversación telefónica que Hernández sostuvo con Santos cuando este último anunció que el país debía empezar a ahorrar energía si no quería apagones.
Es cierto que Rodolfo tenía viajes programados desde hace varios días, pero también es cierto que esos compromisos se podían cancelar
En esa conversación, que según el mismo Hernández no fue de más de dos minutos, el Alcalde aprovechó para arremeter contra los partidos allegados a Santos y recordarle que recibió a Bucaramanga en una situación cuestionable.
El último paso que dio Rodolfo y que lo aleja aún más de Santos, está por cuenta de su anuncio de buscar la protección del Páramo de Santurbán. Aunque ya está delimitado y protegido, para Hernández no es suficiente. No obstante, en la Alcaldía aún no saben qué acciones emprenderían para presionar a Santos.
El hecho de que hubiera buscado al ambientalista y académico, Manuel Rodríguez, quien además ha sido un fuerte contradictor de las políticas de Santos en estos temas, es otro mensaje que lo aleja aún más de la Presidencia.
Eso podría jugar en contra de su interés de jalonar recursos. Siendo una persona no grata en los Ministerios el camino se le podría poner muy difícil y todo se le podría demorar más de lo normal.
Si no despega pronto, es probable que las buenas intenciones de Rodolfo Hernández se queden simplemente en eso y que su discurso se empiece a opacar. Habrá que ver cuánta gasolina tiene la favorabilidad que registró en las encuestas y si el retrovisor le alcanzará para mantener ese margen por más tiempo.