Los militares hasta ahora se han resistido a que las organizaciones civiles entren a hacer desminado humanitario en Colombia. Eso cambió el viernes pasado, cuando el Batallón de Desminado y la Inspección general del Ejército finalmente le dieron el visto bueno a la ONG británica Halo Trust para que entre a trabajar en Abejorral (Antioquia).
Los militares comienzan a compartir el desminado con los civiles
Los militares hasta ahora se han resistido a que las organizaciones civiles entren a hacer desminado humanitario en Colombia. Eso cambió el viernes pasado, cuando el Batallón de Desminado y la Inspección general del Ejército finalmente le dieron el visto bueno a la ONG británica Halo Trust para que entre a trabajar en Abejorral (Antioquia).
Como contó La Silla, hace cinco meses Halo Trust -que el año pasado se convirtió en la primera organización civil en entrar a desminar en el país- le solicitó al Gobierno trabajar en Abejorral, después de que los tres municipios que le habían encargado en Antioquia tuvieran pocas minas y otro más no tuviera ninguna.
Aunque nunca les respondieron su petición, los desminadores del Ejército llegaron a trabajar a ese municipio del Oriente antioqueño -que tiene un número alto de víctimas y que está ubicado en la zona donde Halo ya había contratado y entrenado desminadores locales- sin que les fuese asignado. Incluso le pidieron plata a la Gobernación de Antioquia para desminar, cuando los británicos ya tenían lista su propia plata para hacerlo.
Ese era uno de los escollos para las organizaciones civiles que quieren trabajar en el país, cuya llegada fue un compromiso que Colombia hizo al pedir una extensión del plazo de la Convención de Ottawa para liberar de minas todo el país.