Los privados aportarán ya la logística. Después, quizás, las vacunas

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Los gremios están divididos: mientras unos quieren comprar vacunas directamente para sus empleados, otros quieren ayudar con la logística. El gobierno prioriza lo segundo.

Hoy se reunirán nuevamente el Gobierno y los privados para definir cómo podrían sumarse al Plan Nacional de Vacunación (PNV) y ayudar a poner más rápido las dosis que compró el Estado. 

La mesa técnica con el sector privado arrancó ayer y su primera reunión fue virtual. De un lado de las pantallas estaba el Gobierno, liderado por el Ministerio de Salud, a cargo del jefe de gabinete, Germán Escobar. Por la Presidencia estaba Victor Muñoz, el secretario general y, como contamos, encargado de la vacunación en palacio. 

Por los privados estaban las cabezas de varias agremiaciones como la Andi, Fenalco, Asocajas, Fasecolda, ProBarranquilla, ProPacifico, ProBogotá, el Consejo Gremial, entre otras.

Las negociaciones con el Gobierno muestran que los privados están enfocados en dos cosas distintas.

Unos, representados por la Andi, quieren poder comprar e importar vacunas para proteger a sus empleados. Esto implicaría armar un plan de vacunación paralelo al público, para lo cual necesitan un marco regulatorio del Gobierno.   

Su argumento es que si les dejan vacunar a sus trabajadores y a sus familiares, ayudan a acelerar la vacunación, a acercar la reactivación económica y a que el Gobierno concentre sus recursos en personas más vulnerables, como contamos aquí.

Para otros, la prioridad es apoyar la logística del Plan Nacional de Vacunación (PNV) del Gobierno. Ahí están gremios como Asocajas y Fenalco.  

Con esto, proponen acelerar la vacunación y adelantar la llegada de las etapas 4 y 5, que incluyen a todos los mayores de 16 años, donde está el grueso de la fuerza laboral del país. Este primer encuentro demuestra que el Gobierno está interesado sobre todo en el apoyo a la logística del PNV. Y que se empieza a allanar el camino para autorizar la compra de vacunas.

Pero todavía falta para afinar los detalles. Esta fue la primera de las cuatro reuniones para que definan, en las próximas dos semanas, cómo y cuál será el rol de los privados en un plan de vacunación que aún no coge vuelo. 

Sumar esfuerzos sin pisarse las mangueras

El ritmo de vacunación por arriba de las 100.000 dosis al día solo duró tres días, entre el 10 y el 12 de marzo. Pese a que cada vez llegan más vacunas, el cuello de botella ahora se refleja en la velocidad que tiene el país para aplicarlas.

El panorama reciente no es alentador. Los últimos días reflejan que la capacidad de vacunación viene en picada, con un repunte el 23 marzo.

                Imagen tomada de las visualizaciones con datos reportados por MinSalud. Autores: Pilar Sáenz e Igor Támara

Para que el Plan vuelva a coger velocidad, la semana pasada el Gobierno dispuso que una de las mesas técnicas con el sector privado fuera para definir cómo apoyarían al Plan Nacional de Vacunación. Es decir, para que las vacunas que ya ha comprado el Gobierno se apliquen más rápido.

No solo para las vacunas que ya aterrizaron, sino para las que llegarán en las próximas semanas.

Según Victor Muñoz, 8 millones de dosis de vacunas llegarán al país en abril. El director del Dapre dice que para ese entonces el objetivo es llegar a aplicar 150 mil dosis diarias. 

Que los privados quieran unirse a la campaña de vacunación del país apoyándolo no es algo que solo se busca en Colombia. En Alemania, país que ha tenido un ritmo de vacunación lento, varias empresas ofrecieron su ayuda al gobierno para vacunar a sus trabajadores y a más personas. 

Ana María Vesga, directora de la Cámara de la Industria Farmacéutica de la Andi, le explicó a La Silla que el principio que rige la participación de los privados en el Plan “debe complementar, y no competir”.

Vesga estuvo en esta primera reunión y contó que el Gobierno espera el apoyo de los privados en cuatro ejes:

> Infraestructura: para que los privados aporten lugares para vacunar a las personas, como los parqueaderos de grandes almacenes y centros comerciales.

> Personal de vacunación: que empresas como las cajas de compensación familiar pueden sumarse con fuerza laboral que tengan disponible o que puedan capacitar a más vacunadores.

> Logística: especialmente para adecuar superficies masivas como los estadios.

> Paquetes financieros: que los privados apoyen económicamente al Gobierno para que fortalezca el Plan.

Estos serían puntos en donde el Gobierno reconoce debilidades, y en los que el sector privado puede ayudar. 

Asocajas, que agrupa 33 cajas de compensación familiar, es uno de los gremios que se sentó en la mesa. Adriana Guillén, su presidenta, explica que pueden sumar su trayectoria en vacunación, y capacitar a más vacunadores.

“Lo que queremos es poner a disposición del Gobierno ese conocimiento y esa capacidad”, dice Guillén.

Ella cree que la falta de vacunadores es uno de los cuellos de botella del PNV.

Además, dice que desde que el Gobierno habilite la vacunación extramural para los privados — es decir que puedan vacunar en otros lugares distintos a hospitales y clínicas (IPS) — "Asocajas tiene infraestructura para hacerlo, usando los centros recreativos y parques”. 

También hay propuestas desde gremios como Fenalco para que se habiliten a las farmacias como puntos de vacunación con las dosis del Gobierno.

Si el Gobierno lo permite y regula, podrían capacitar a farmacéuticos en inyectología para que pinchen a la gente desde las farmacias.

De acuerdo al presidente de Fenalco, Jaime Alberto Cabal, los farmacéuticos en inyectología podrían aplicar “alrededor de 80.000 vacunas diarias adicionales”.. 

Fenalco también pondría, por ejemplo, los parqueaderos de grandes almacenes y centros comerciales para vacunar masivamente. Ahí se encargarían, entre varios temas logísticos, de garantizar la cadena de frío o que las vacunas se apliquen como debe ser.

Esos son temas complejos que todavía tendrán que definirse en las negociaciones. 

Unos acuerdos fundamentales para acelerar la vacunación, que, al mismo tiempo, van sentando el camino para cuando los privados empiecen a importar las vacunas. 

La otra cara de la moneda: los que quieren comprar

Uno de los mensajes más claros de Bruce Mac Master, presidente de Andi, el gremio empresarial más poderoso del país, es que los privados quieren comprar y aplicar sus propias vacunas.

Las empresas han tenido acercamientos de manera directa con farmacéuticas y con intermediarios, como fondos de inversión, que invirtieron en vacunas cuando aún estaban en fase de experimentación. Por eso tienen un puesto en la fila que hoy pueden vender. 

Una fuente cercana a las conversaciones con los privados le dijo a La Silla que cree que al Gobierno no le interesaría negociar con estos intermediarios, por lo que serían dosis que no pondrían en riesgo las que ya acordó Colombia.

Además, el Ministerio de Salud ha dejado claro que los privados podrían vacunar solo hasta que se termine con la primera fase (etapas 1, 2 y 3). Por lo que los privados podrían comprar vacunas y traerlas para ponerlas en los brazos de personas que estén en la etapa 4 y 5, que incluyen a cerca de 20 millones de personas.    

Eso sucedería hasta el segundo semestre del 2021, y esperan que para ese entonces, o antes, haya más disponibilidad de vacunas en el mercado global.

Para las empresas representadas por la Andi, la mejor forma de apoyar y agilizar la vacunación en el país es que salga pronto el marco regulatorio que les permita comprar e importar vacunas. Además, al aplicarlas a sus trabajadores, podrán blindarse de nuevos cierres. 

Para eso, Ruiz se comprometió a que en las próximas dos semanas expedirá una resolución que abra la puerta a que los privados puedan negociar con las farmacéuticas. Independientemente de que haya o no vacunas disponibles en el mercado, los privados quieren estar listos. 

Esta conversación empezará a coger forma hoy. El Gobierno y las empresas se reunirán nuevamente para definir los detalles que les permitan importar las vacunas.

Pero será una negociación compleja. 

Allí hay un asunto más grande que deben resolver: ¿Quién responde si llega a haber efectos secundarios negativos de unas vacunas producidas en muy corto tiempo? Esto requiere definir las cláusulas de indemnidad, blindarse contra demandas. 

También tendrán que dejar claro cómo reportarán los efectos adversos y cómo operarán con las plataformas del Gobierno (PAIWEB y MiVacuna), para actualizar la información de las bases de datos de las personas ya vacunadas.

Y desde antes de que arranque, ya hay condiciones.

> La cadena de frío debe ser la misma que usa el Gobierno.

> Las vacunas que traigan deben tener la autorización que da el Invima.

> Y, quizás la más importante, la red establecida por los privados debe ser complementaria al PNV y estar articulada con las entidades territoriales

Si se da, podrán aplicarlas a sus trabajadores, sus familias y personas que sean cercanas a las empresas. Este punto preocupa al MinSalud, como contamos, porque que haya personas que puedan ser vacunadas antes que otras que estén en una etapa anterior afectaría el principio de equidad, una de las piedras angulares del PNV. 

Para expertos como Claudia Vaca, del Centro de Pensamiento en medicamentos, información y poder, los esfuerzos que los privados tienen que hacer en el corto plazo deben encaminarse a apoyar la logística. 

“Las cifras de vacunación son demasiado fuertes para decir que hoy lo que se necesita es aplicar la capacidad logística del sector privado”, dice Vaca.

Las negociaciones por fin iniciaron. Qué tan rápido puedan concretarse y que lleguen a acuerdos será importante para darle un espaldarazo a la velocidad de aplicación de las vacunas, en un momento donde el afán es poner rápidamente las dosis disponibles antes de que el tercer pico cobre miles de vidas. 

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