En la reunión de ayer el expresidente envió varios mensajes políticos que empezaron a aclarar el panorama del Centro Democrático en la región.
Los puentes de Uribe en Santander
Mesa principal durante el taller del Centro Democrático en Santander.
Ayer el expresidente y senador, Álvaro Uribe Vélez, llegó a Santander para reunirse con los precandidatos del Centro Democrático de cara a las locales de octubre.
Aunque en principio el evento estaba pensado para que los militantes del partido fueran los protagonistas de la reunión en la que se tiraría línea para definir los avales, los aspirantes de afuera se robaron la atención.
Además de que en tarima se montaron el hijo del parapolítico Hugo Aguilar, Mauricio Aguilar, quien quiere lanzarse a la Gobernación buscando firmas; el candidato a la Alcaldía de Bucaramanga que quiere el respaldo del alcalde Rodolfo Hernández, Juan Carlos Cárdenas; y el exconcejal, Jhan Carlos Alvernia, quien también quiere el primer cargo de la capital; Uribe tendió puentes con el grupo del alcalde de Floridablanca Héctor Mantilla.
Esto es lo que dejaron claro los mensajes políticos del expresidente en el departamento.
Los Aguilar volvieron a coquetear con su ex
Aunque el clan Aguilar se separó del uribismo en 2016 cuando se montó de frente en la campaña por el Sí al plebiscito del Acuerdo de La Habana, ayer quedó claro que por lo menos parte de esa familia está dispuesta a dar una nueva voltereta y acercarse al Centro Democrático.
En el evento apareció el hijo del parapolítico Hugo Aguilar y hermano del senador de Cambio Radical Richard Aguilar, el exsenador del viejo PIN Mauricio Aguilar, quien para octubre quiere buscar la Gobernación de Santander.
Su aparición fue sorpresiva porque, hasta donde La Silla logró averiguar, hasta ahora dentro de su familia no habían buscado acercamientos con el Centro Democrático.
Dos fuentes que lo supieron de primera mano y nos lo confirmaron por aparte, nos contaron que la aparición de Aguilar obedeció a que miembros de su grupo que estaban allá lo llamaron en la mitad del evento para decirle que llegara porque estaban abriéndole el micrófono a todos los que querían hablar.
En efecto eso fue lo que sucedió y apenas entró al auditorio Uribe le pidió que se subiera a la tarima.
Aunque tres fuentes de adentro del grupo de los Aguilar le confirmaron a La Silla que la intención del exsenador es la de lanzarse por firmas, en el discurso le coqueteó directamente al uribismo y pidió formalmente el apoyo.
“Si ustedes así lo permiten yo quiero ser el candidato a la Gobernación del Centro Democrático”, dijo en su intervención.
Pese a que eso muestra que por lo menos en el lado de Mauricio no habría problema en agachar la cabeza (algo que en todo caso le sería funcional porque buena parte de las bases de su casa política están matriculadas en ese partido), que al final logre ese respaldo no es tan claro.
Eso, porque, más allá del plebiscito, los Aguilar se distanciaron tanto del uribismo que en las legislativas se montaron al bus de Cambio Radical y en la primera vuelta respaldaron a Germán Vargas Lleras.
Además, porque Uribe ha dicho en reuniones internas del partido que Richard Aguilar es un “irrespetuoso” debido a las críticas que desde el Senado le ha hecho al gobierno de Iván Duque.
Todo eso sin contar con los problemas de su papá, quien, además de la condena por parapolítica, actualmente está investigado por presunto enriquecimiento ilícito; y los de su hermano, cuya exsecretaria de Infraestructura -hoy asegurada por presunta corrupción- está a punto de prender el ventilador sobre irregularidades en su periodo como Gobernador de Santander.
“Ya el tema de la incondicionalidad que fue lo que mantuvo a Uribe y Aguilar juntos a pesar de la condena no existe”, dijo a La Silla un uribista que nos pidió la reserva de su nombre para no meterse en problemas. “Esta campaña exige caras que se puedan mostrar para ganar y eso no es lo que representa Mauricio”.
Cárdenas dió un paso a la derecha
La presencia de Juan Carlos Cárdenas, el exejecutivo de Cemex que quiere ser el candidato a la Alcaldía de la línea de Rodolfo Hernández, fue una de las sorpresas de la jornada.
Aunque desde que se metió en el sonajero se había movido en varias direcciones, y por ejemplo, tiene dentro de su bolsa de apoyos tanto a empresarios de la región (en su mayoría uribistas), como a Julián Silva, el vocero de Sergio Fajardo en Santander y quien se ha convertido casi que en su asistente, hasta ahora se había mantenido independiente de los partidos políticos.
Eso le funcionaba porque, como contamos, él está tratando de copiar la fórmula con la que llegó Hernández a la Alcaldía: una campaña austera, sin tintes políticos, avalada por ciudadanos y abanderada de la lucha contra la corrupción.
Por eso, aunque no fue a pedir el aval del Centro Democrático, el que haya ido a mostrarse a un evento oficial del partido y hablara, le quita la neutralidad con la que quería venderse y de paso pone en tela de juicio la firmeza de su discurso.
Eso, sobre todo, porque más allá de su aparición en un evento partidista, durante su presentación compartió tarima con Edwin Ballesteros y Oscar Villamizar, los dos congresistas locales del uribismo que representan casas políticas que están condenadas o investigadas por corrupción.
Julián Silva le dijo a La Silla que quien invitó a Cárdenas fue Berta Beltrán, excandidata a la Cámara por el Centro Democrático, y que el precandidato asistió para ganar más confianza entre los empresarios uribistas que los apoyan.
Si ese fue el objetivo no es tan claro qué tanto les vaya a funcionar la movida porque una vez Cárdenas se paró en la tarima empezaron a circular fotos suyas cuestionando su coherencia ideológica.
Además, porque si no se concreta ningún acuerdo, es muy probable que esas imágenes se conviertan en un punto flaco en la campaña.
En Floridablanca el guiño fue para Renace Santander
Una de las principales movidas de la reunión estuvo en el puente que tendió Uribe con Renace Santander, el movimiento del alcalde de Floridablanca, Héctor Mantilla.
Si bien eso no es raro porque Mantilla es ahijado político de la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez, la manera en la que le dio visibilidad a ese grupo sí fue llamativa.
Además, de que dijo de frente que le gustaría que el uribismo y Renace estuvieran juntos en Floridablanca, le hizo un guiño a Claudia Ramírez, la exsecretaria privada de Mantilla y coordinadora de ese grupo político, nominándola como una potencial candidata a la Gobernación de Santander.
Ese no fue realmente un espaldarazo porque Ramírez no es la ficha electoral de ese grupo sino más bien la cara del Alcalde para hacer política, por lo que en realidad con la movida lo que hizo Uribe fue reconocer la fuerza de Mantilla, quien si nada cambia definirá su candidato entre Miguel Ángel Moreno y el pastor cristiano Richard Parra.
Encima, Uribe eliminó de tajo la posibilidad de apoyar a otro grupo político en Floridablanca.
A la diputada de La U, Ángela Hernández, quien hace dos años lideró las marchas contra de la supuesta ideología de género en las cartillas del Ministerio de Educación, le dijo que la prefería de candidata a la Gobernación, algo que en la práctica envía el mensaje de que no estará con ella si insiste en buscar la Alcaldía de ese municipio.
Y a Milton Villamizar, el tío del representante uribista Oscar Villamizar y hermano del exsenador conservador condenado por el carrusel de las notarías Alirio Villamizar, que también quiere ser candidato a la Alcaldía, le recordó que la alianza ideal era con Renace.
Los de adentro quedaron afuera
Aunque la expectativa de la reunión con Uribe estaba dada en que finalmente los candidatos de adentro del partido tuvieran ventana, al final quedaron en segundo plano y bien disminuidos.
Mientras que los diputados Mario Cárdenas y Chucho Villar (está respaldado por Óscar Villamizar), y los excandidatos a la Cámara Luis Fernando ‘Chummy’ Castañeda e Iván Aguilar, quienes quieren la Gobernación, pasaron sin pena ni gloria; para la Alcaldía de Bucaramanga el protagonismo se lo llevó alguien de afuera.
Jhan Carlos Alvernia, quien hace cuatro años se lanzó a la Alcaldía de Bucaramanga con el aval de La U y alcanzó 53 mil votos, apareció en la tarima y pidió formalmente el aval.
Aunque como había contado La Silla, él llevaba dos años coqueteándole a ese partido, dentro de su baraja de posibilidades también estaba lanzarse por firmas, por lo que con el anuncio ya se matricula formalmente en el uribismo y sale al ruedo electoral.
Su candidatura es clave porque la familia de Alvernia, que está detrás de los sindicatos de papel que intermedian la vinculación de personal en el Hospital Universitario de Santander y del matadero de Barrancabermeja, es conocida por meterle plata a campañas políticas.
Con la oficialización de su aspiración, Jorge Figueroa, quien hasta el año pasado fue el secretario de Desarrollo Social de Rodolfo Hernández y era la ficha más visible del uribismo, quedó prácticamente borrado en el evento.
Como ahora lo que se debe definir es el mecanismo en el que elegirán candidatos definitivos, y para eso Uribe le pidió a los cacaos Marta Pinto de De Hart y a Alberto Montoya, y al general retirado Jorge Humberto Jerez, que acompañaran al directorio departamental, falta ver cómo se moverán para mantenerse unidos mientras decantan la baraja.