José Neil González Sandoval, el director ejecutivo de la Fundación Participar, y quien según los anuncios del alcalde electo de Bucaramanga, Rodolfo Hernández, iba a ser su Secretario de Hacienda, se convirtió en el primer descabezado del gabinete, desde antes de posesionarse.
Primer descabezado en el gabinete de Rodolfo Hernández
A un mes posesionarse, Rodolfo Hernández, empezó a cambiar el gabinete que anunció.
José Neil González Sandoval, el director ejecutivo de la Fundación Participar, y quien según los anuncios del alcalde electo de Bucaramanga, Rodolfo Hernández, iba a ser su Secretario de Hacienda, se convirtió en el primer descabezado del gabinete, desde antes de posesionarse.
La decisión la tomó esta mañana el equipo de Hernández porque encontraron un contrato de una empresa que encabeza González con la administración municipal actual.
Se trata de una asesoría para la modernización del Instituto Municipal de Cultura, por $59 millones, que firmó Gestitec Ltda, una empresa cuyo gerente es González. El contrato, que está en ejecución, es del 27 de octubre, dos días después de que Hernández hubiera sido elegido como alcalde y menos de tres semanas antes de que González hubiera aceptado ser su Secretario de Hacienda
Aunque suscribir contratos con el sector público no es ilegal ni habla mal de quien los ejecuta, en el equipo se molestaron porque González no les contó del contrato, a pesar de que le habían preguntado a todos los integrantes del empalme y del gabinete si tenían conflictos de intereses o si estaban ejecutando contratos de algún tipo con la Alcaldía de Bucaramanga o sus institutos.
"Aquí no solo se está hablando de lo legal, nosotros estamos defendiendo los estándares éticos y un comportamiento de este tipo no tiene nada que ver con eso”, aseguró una fuente de adentro del equipo.
Otro integrante del equipo de Hernández aseguró que también les preocupó que hubiera una fuga de información desde el equipo de empalme. “Estamos manejando un volumen de información muy amplio, estamos escudriñando y tomando decisiones. Tener a una persona que juega a dos bandos es algo a lo que no le podemos dar cabida”, indicó.
También les preocupó que el contrato sea para acompañar la modernización de un instituto descentralizado, cuando faltan solo dos meses para el fin del periodo de la actual administración.
A eso González responde que el contrato es normal. "Este era un contrato para actualizar los manuales de funciones de la entidad, y eso por ley lo deben hacer antes de que finalice la vigencia. Efectivamente yo tengo una empresa que se encarga de consultoría y para ganarnos ese contrato entramos en un concurso de méritos. Está a punto de terminar”.
Más allá del contrato que detonó su salida, La Silla encontró que González ha ejecutado varios contratos más en la región.