La renuncia de Alejandro Calderón tras una semana en el cargo fue una derrota personal para el alcalde. En su lugar, escogió a un miembro de la junta, Jorge Carrillo.
Quintero fracasó en su apuesta por “tener ojos y oídos” en EPM
El alcalde de Medellín, Daniel Quintero, anunció ayer el nombre del nuevo gerente de Empresas Públicas de Medellín (EPM). Se trata de Jorge Andrés Carrillo Posada, quien desde agosto del año pasado estaba en la junta directiva de la empresa.
Es el cuarto gerente que nombra Quintero en 15 meses de administración —contando a la encargada Mónica Ruiz—, y es el segundo que nombra en la última semana, después de la renuncia sorpresiva de Alejandro Calderón Chatet, quien duró solo 8 días en el cargo.
Carrillo, a diferencia de los dos gerentes anteriores —Álvaro Rendón y Calderón— no pertenece al círculo íntimo del Alcalde. Con esos dos gerentes Quinteron había tratado, aunque sin éxito, de llevar a EPM hacia una visión alineada con su proyecto político.
Esto incluía orientar a la empresa en direcciones distintas a su objeto social tradicional. Con Rendón, por ejemplo, intentó cambiar el objeto de EPM para incursionar en negocios como monetización de bases datos, turismo, venta de seguros y comercialización de electrodomésticos, como contamos en esta historia.
Ahora llega a EPM alguien con experiencia en el campo de los servicios públicos, el área tradicional de la empresa. Carrillo había sido nombrado por Quintero a la junta de EPM en agosto del año pasado, luego de la renuncia de todos los anteriores miembros por diferencias con las decisiones del alcalde.
Quintero y Carrillo comparten su cercanía con el Partido Liberal y el haber sido viceministros en el gobierno de Juan Manuel Santos. Sin embargo, Quintero deja de tener, por primera vez, a un gerente fiel a su proyecto político. El futuro de EPM sigue siendo incierto, pues no es claro el rumbo que Carrillo le dará a la empresa, y si será el mismo que plantea el alcalde.
Además, con la premura de su nombramiento —12 horas después de la renuncia de Calderón— la elección de Carrillo enfrenta ahora cuestionamientos legales sobre si la ley permite que pase de la junta de EPM a la gerencia.
El fracaso de la política íntima
La renuncia de Alejandro Calderón Chatet fue una derrota personal para Quintero.
Como reveló La Silla Vacía, Calderón Chatet saltó en noviembre del año pasado de dirigir su microempresa de consultorías financieras, C&C Gold, con activos de $60 millones, a ser vicepresidente financiero de EPM, la mayor empresa de servicios públicos del país, con activos de $63 billones.
Pero antes de llegar a ese cargo, Quintero ya había intentado ubicar a Calderón en otros puestos importantes en empresas de la administración. En septiembre Calderón hizo un proceso para ser auditor de UNE-EPM Telecomunicaciones, empresa en la que EPM tiene el 50 por ciento más uno de las acciones. Luego, como contó en su única aparición en medios, Calderón estuvo en proceso para ser gerente de Afinia, la filial de EPM encargada del negocio de la energía en la costa.
El senador del Centro Democrático Santiago Valencia publicó el lunes un cruce de correos entre Marcelo Cataldo, presidente de Tigo-UNE, y Carlos Rodríguez, líder en norteamérica de la firma caza talentos Egon Zehnder.
En estos, Rodríguez deja claro que Calderón Chatet es una persona de confianza de Quintero: “Tiene relación con el Alcalde (...) Él quiere ser los ojos y los oídos del Alcalde en Tigo”.
Una fuente de EPM, que pidió no ser citada para no comprometer su trabajo, le dijo a La Silla Vacía que mientras Calderón fue vicepresidente financiero lo percibían como un favorito de Quintero. “Se sentía en las continuas citaciones de Calderón a la oficina del alcalde. También era visitado constantemente por la secretaria privada, María Camila Villamizar”.
Ese vínculo entre Calderón y el alcalde se refuerza por la propia relación familiar lejana entre ambos. Como contamos, y como confirmó el propio Calderón el lunes, él y Daniel Quintero son primos políticos. Los medio hermanos de Alejando Calderón son primos hermanos del alcalde Quintero.
Con Calderón Chatet, Quintero apostó por una figura cercana, con poca experiencia en el campo y con títulos no convalidados, que le garantizaba control en EPM.
No es la primera vez que intenta tener una persona de su círculo íntimo como gerente. El primero que pasó por el cargo, Álvaro Rendón, fue mentor político de Quintero y le dio el aval para su primer intento electoral, como candidato al Concejo del Partido Conservador en 2007.
Sin embargo, como contamos, Rendón tuvo luego choques con Quintero y con la secretaria privada de este, María Camila Villamizar, quien viene del Partido Liberal y a la que el alcalde designó como su voz en EPM.
Así, luego de que su primer gerente saliera por no estar alineado con la administración, y de que el segundo durara solo una semana por su falta de experiencia, esta vez Quintero renunció a poner a una persona de su círculo íntimo en la gerencia.
En su lugar, eligió a Carrillo.
Un técnico de origen liberal
Jorge Andrés Carrillo es bogotano, de 40 años, ingeniero civil y ambiental de la Universidad de los Andes y tiene una maestría en gerencia ambiental en la misma institución.
El nuevo gerente de EPM ha tenido varios cargos relacionados con servicios públicos, como superintendente delegado para Acueducto de la Superservicios (2013-2016). En el plano político, es cercano al exministro de vivienda liberal Camilo Sánchez, con quien trabajó durante los últimos 4 años.
En 2017 fue asesor de Sánchez, quien era Alto Consejero para las Regiones del presidente Juan Manuel Santos. En noviembre de ese año Sánchez fue nombrado Ministro de Vivienda, y escogió a Carrillo como su viceministro de Agua y Saneamiento.
Entonces Carrillo coincidió brevemente en el gabinete de Santos con Daniel Quintero, quien era viceministro del también liberal David Luna en el Ministerio de las TIC. Sin embargo, Quintero renunció en diciembre de 2017 para acompañar la campaña de Humberto de La Calle a la presidencia.
Carrillo siguió trabajando con Sánchez cuando salió del Minvivienda. Pasó a asesorarlo en la Asociación de Empresas de Servicios Públicos y Comunicaciones (Andesco), de la que Sánchez es presidente desde 2018.
De hecho, ayer Andesco publicó un comunicado que elogia la elección de Carrillo, el cual fue compartido por el alcalde Quintero.
El exministro Sánchez le dijo a La Silla Vacía que conoce a Carrillo “prácticamente desde que nació. Es amigo de la familia. Es una persona muy inteligente, muy técnica, y siempre lo he tenido en cuenta por eso”.
Aunque con poca cercanía, Quintero le dio el voto de confianza a Carrillo, quien en los últimos ocho meses como miembro de junta de EPM ha seguido la línea del Alcalde. Sin embargo, ese lugar en la junta complica su elección.
La nueva junta, incluyendo a Carrillo, ha demostrado estar alineada con el Alcalde. Lo apoyó en decisiones como las acciones legales contra los contratistas de Hidroituango, el despido del primer gerente, Álvaro Rendón, y la elección de Alejandro Calderón, pese a los cuestionamientos.
Esta cercanía, sin embargo, ha tenido un efecto negativo en términos de la calificación internacional, que es un indicador de los mercados sobre a qué empresas es más riesgoso prestarles dinero.
Como explicamos, dos días después de la renuncia de la anterior junta, la calificadora Fitch bajó la nota de EPM de BBB a BBB-. La razón, según le dijo en su momento a La Silla la presidenta del comité de calificación Natalia O’Byrne, es que decidieron igualar la calificación de EPM con la del municipio de Medellín, al considerar que ahora ambos no funcionan de forma independiente.
La semana pasada, Fitch ratificó la calificación de EPM, por lo que consideran que la situación en la empresa no ha variado.
Una moneda al aire
Además, hay un debate jurídico en torno a si el nuevo gerente tiene una incompatibilidad para asumir el cargo por su rol anterior como miembro de junta, lo que podría poner en riesgo su elección si esta es demandada.
La discusión gira en torno a dos interpretaciones del decreto 128 de 1976, que dicta el estatuto de inhabilidades e incompatibilidades en empresas públicas.
En su artículo 10 el decreto dice: “Los miembros de las juntas o consejos, durante el ejercicio de sus funciones y dentro del año siguiente a su retiro (...) no podrán prestar sus servicios profesionales en la entidad en la cual actúa o actuaron”.
Según una interpretación, esa prohibición de prestar “servicios profesionales” luego de haber sido miembro de junta podría tumbar la elección de Carrillo. El Consejo de Estado tomó una decisión en este sentido en 2014, cuando anuló la elección de Juan Luis Velasco como Gerente Liquidador de Minercol, una antigua empresa estatal, porque antes había sido presidente de la misma empresa.
Sin embargo, en el comunicado en el que EPM anuncia el nombramiento de Carrillo, se cita un concepto del Consejo de Estado de 2019 con la versión contraria. En esa ocasión, los magistrados consideraron que la prohibición solo aplica para contratistas, no para funcionarios, como sería el caso del gerente.
En cualquier caso, según le dijo a La Silla David Suárez, abogado y exsecretario general de EPM, se trata de una discusión de interpretaciones jurídicas, y en caso de que la elección de Carrillo sea demandada, el Consejo de Estado podría pronunciarse en un sentido o en el otro.
Es decir, el nuevo gerente de EPM inicia en su cargo sin la certeza de poder mantenerse en él, lo que le suma inestabilidad a los cambios sucesivos de una empresa. La más grande del país de servicios públicos, que en esta administración se ha movido más al vaivén de la política que con la predictibilidad del mundo empresarial.