Entre las muchas razones está la actual composición del senado el cual aún con el apoyo al proceso, siguen impulsando políticas tradicionales que profundizan la desigualdad en Colombia, ejemplo las Zidres, adicional a esto seguirá el bajo nivel de interés político por la agricultura familiar que es la base de la seguridad alimentaria hoy en día, siendo fuertemente golpeada por tratados de libre comercio que no son acompañados por procesos de fortalecimiento económico y tecnologíco hacia sectores deprimidos de Colombia

La sociedad es heterogénea. Creo que debemos ser más precisos en identificar aquellos sectores que no han cambiado de discurso. En mis conversaciones con taxistas, celadores y sectores trabajadores que representan un grueso de la sociedad observo un cambio de actitud. Sin embargo, entre empresarios, estudiantes universitarios y sectores acomodados veo que se mantiene el mismo discurso. La guerra no los toca. Ahora bien, el discurso del gobierno sigue igual porque en el fondo la idea que alimentó la negociación no ha cambiado: "quitemos de en medio a las FARC para fortalecer la democracia liberal colombiana, sin reformar la educación, el modelo económico, ni la justicia." Me han comentado que vale la pena ir a algunas zonas veredales, el cambio de discurso allá podría inspirar a millones de colombianos. Aunque los citadinos se nieguen a aceptarlo, el proceso de paz ha desatado un silencio proceso transformador que puede sorprender quienes siguen mirando al pasado.

Existe una especie de "bloqueo", producto del enfrentamiento dialéctico derivado de posiciones políticas irreconciliables. Un sector de la opinión publica ha declarado como ilegítimo el proceso, aun si la firma del acuerdo ha disminuido drásticamente las cifras de la guerra. Esa realidad no se reconoce, aun si es evidente, pues al hacerlo legitimarían un discurso que va en contravía de sus intereses políticos.

Los mensajes breves, pero altamente efectistas, que circulan a través de las redes sociales (twitter,WhatsApp, etc.)
son argumentos suficientes para un grueso de ciudadanos cuyo conocimiento de lo acordado es escaso.

La tarea pedagógica no debe agotarse, pero debe caracterizarse por el respeto, el debate democrático constructivo, reconociendo al otro no como enemigo sino como contradictor . Es necesario ir más allá de campañas gubernamentales que no llegan al ciudadano de a pie, especialmente en las ciudades.  En este tema, juegan un papel importante la sociedad civil, las organizaciones y movimientos sociales, los ciudadanos comprometidos, maestros, académicos y todos aquellos que de alguna manera tengan responsabilidades en la implementación. Acercar lo acordado a la ciudadanía en medio de un año político donde el tema de la paz, estará en medio del 'fuego cruzado'. es el reto. Al final, cada quien decidirá qué futuro quiere para los suyos y para el país.
 

Andrei, que bueno verlo por acá de nuevo. ¿Cómo se imagina el cambio en esa gente que la guerra "no toca"? Finalmente es mucha de la gente que votó No y que toma las decisiones del país.

Gracias Eduardo! Cambiar el discurso de aquellos a los que no los toca la guerra pasa por una rediseño de los dispositivos retóricos que construimos para comunicar la paz. El Centro Democrático ha sido muy efectivo en acuñar unos dispositivos retóricos que crean incertidumbre frente a la paz. Los que apoyan apuesta de paz Gobierno-FARC han pretendido comunicar desarrollos con una profunda dosis emocional de manera racional. Mi libro El Triunfo del No, plantea un debate al respecto. Te propongo que hagamos un debate sobre el libro para ver si le vamos llegando a esa gente y generamos el cambio.