¿Qué tan optimista está con la instalación de la mesa con el ELN?

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Expertos

José Germán
José Germán Zarama

Hace veinte años el ELN dio señales de buscar una paz negociada. El Presidente de Fenalco, Sabas Pretelt y el Procurador Jaime Bernal Cuéllar, impulsaron significativamente el proceso. Pero la displicencia del Gobierno ante estos esfuerzos y la obsesión con negociar primero con las Farc, arruinaron ese intento. Hoy todo está dado para que la nueva iniciativa culmine exitosamente.

Alvaro Villarraga
Alvaro Villarraga

En una perspectiva histórica soy optimista por que el Estado, en cabeza del gobierno nacional ni el ELN tienen futuro en la guerra, así se imponga un triunfo militar oficial, acarrearía altísimos costos a todo nivel como con razón lo ha entendido y manifestado el presidente actual. De otra parte, son muchas las evidencias de que la gran mayoría de los comandantes y dirigentes del ELN entienden que está cerrada una posibilidad de triunfo revolucionario. Asunto distinto es que ninguna negociación de paz entre partes en guerra es fácil, es la experiencia colombiana y de cualquier país del mundo. Construir los concesos es difícil, no es una trayectoria lineal, tendrá momentos de tensiones y crisis por una u otra razón. Esto sucedió con las Farc y pueden registrarse eventos similares con el ELN pero estoy seguro que por distintas circunstancias, todo apunta a que sea posible y llegue a resultados finales satisfactorios esta negociación de paz. Por supuesto, esto requiere de ciertas condiciones, entre ellas el compromiso gubernamental con ciertas reformas y transformaciones de beneficio democrático y social, también el pronto desescalamiento militar entre las partes, el cese de las violaciones humanitarias y con la particularidad del diseño de esta negociación en facilitar garantías para la participación de la sociedad en todas las regiones.

Andrei Gómez Suárez
Andrei Gómez Suárez

Soy tan optimista como Álvaro y Germán. Hoy empezamos un camino retador para los equipos negociadores, pero la sociedad civil está más preparada que hace 5 años para contribuir con grandeza a la construcción de paz. El proceso de paz con las FARC ha fortalecido la participación ciudadana y hoy hay multiples mecanismos de participación sobre la mesa para garantizar que la reconciliación se empiece a construir desde diálogos regionales multi-actor que resuelvan problemas de política pública en el territorio.

Creo que para que la mesa de conversaciones con el ELN pueda tener un desarrollo favorable para el país debe exigirse el cese unilateral de acciones criminales por parte del ELN así como la verificación de ese cese unilateral y la concentración. Eso permitiría dedicarle todo el tiempo necesario a las conversaciones, de otra manera se estarían repitiendo los mismos errores que se cometieron durante las conversaciones con las Farc.

Carlos Alberto Mejía Walker
Carlos Alberto Mejía Walker

Aunque se ha considerado que negociar con el ELN será más complejo de lo que pudo haber sido la negociación con las FARC, y que en Quito podrá haber más intransigencia y radicalidad de la que en algún momento pudo haberse percibido en La Habana, soy optimista frente a lo anunciado ayer en la capital ecuatoriana. ¡Eso sí! Optimista pero con cautela y moderación, pues aunque de estos nuevos diálogos se espera un acuerdo para lograr eso de la “paz completa”, como en el caso de las FARC, esta no dependerá de que los elenos depongan las armas ni de que se acojan a lo acordado en La Habana, pues a estas alturas las guerrillas son un factor importante de violencia pero no el único y tal vez no el más representativo. Entre otras situaciones, basta ver los asesinatos –tal vez no sistemáticos pero sí sintomáticos– de líderes sociales en el país; basta ver la continuación de poderes armados en algunas regiones y la pervivencia de “otros problemas de orden público” a los que, a falta de conflicto, muy seguramente se les considerará como “simples problemas de seguridad”. Soy optimista porque más de cuatro años de conversaciones nos han enseñado mucho como sociedad y Estado: hemos aprendido a negociar y a comprender que una negociación es ponerse de acuerdo, y que acordar tiene que ver con todo menos con imponerse a punta de bombazos y secuestros. Soy optimista porque en algo ha sido superado el discurso de guerra que antecedió todo este ambiente de paz, al menos para que las partes enfrentadas se sienten a conversar. Soy optimista porque hemos aprendido que detrás de los armados de lado y lado hay seres de carne y hueso con una historia y unas “justificaciones” que, aunque se esgriman para hacer la guerra, poco sirven para construir la paz. Soy optimista porque hemos entendido que en una negociación hay que tragarse algunos sapos y que para sacar adelante cualquier acuerdo hay que mantenerlos bien alejados de la mesa. De otro lado, invoco la prudencia y la moderación, porque a pesar de existir un acuerdo heredado de más de cuatro años de conversaciones entre el Gobierno y las FARC, que pretende asumirse como hoja de ruta para el nuevo proceso, los del ELN no querrán ser metidos en el mismo costal. Y no me refiero aquí a jurisdicciones, comisiones, indultos o amnistías, pues para una guerrilla que ha combatido por más de cinco décadas, esto es un asunto accesorio. Los retos del nuevo proceso no estarán en eso de las penas y cadenas, pues aquí los del ELN ya saben qué sí y qué no podrán negociar. Me refiero a los temas gruesos de las reformas pendientes para la paz y a los que al parecer del ELN no fueron incluidos en el acuerdo con las FARC. Y en esto el ELN podrá aceptar lo de La Habana como punto de partida, pero muy seguramente querrá ampliar algunos temas de fondo para negociar. Muy seguramente para ellos la “paz completa” no tenga que ver tanto con dejar las armas ni con buscar la verdad, sino con mejorar lo acordado en La Habana o con suscribir un nuevo acuerdo con los temas sociales, políticos y económicos pendientes de allá. Prudencia y moderación porque por más que ya tengamos experiencia, muy seguramente necesitaremos una buena dosis de paciencia, pues aunque el tiempo apremia y a Santos le falte algo más de un año para dejar la Presidencia, ellos no querrán que los vengan a apurar, pues al final su diálogo no es con un Gobierno que va acabando su mandato sino con un Estado al que históricamente han dicho combatir.

Miguel Galvis
Miguel Galvis

Es un gran logro, a pesar de la existencia de un conjunto de condiciones adversas, por fin estén sentados en la mesa de diálogos y negociaciones de paz, con un objetivo claro: ponerle fin al conflicto armado y erradicar la violencia de la vida política. Esta es la oportunidad de construir una paz completa con las insurgencias, y poder pasar una oscura página en la historia nacional. El reto de los negociadores es muy grande, deben construir una metodología que logre movilizar a la sociedad civil y a la opinión pública sobre temas claves que no fueron acordados en la Habana , como el cambio climático, la racionalización y regulación a la política minera, la armonización entre política petrolera y desarrollo sostenible, y un tema en el que hay que ser muy creativos, como es el combate contra la corrupción; pero hay que trabajar mucho en la construcción de poder popular o ciudadano desde lo local, para ampliar la precaria democracia representativa que hoy tenemos. Quienes le apostamos por más de dos décadas a la salida negociada del conflicto, vemos con entusiasmo y optimismo esta nueva etapa de las negociaciones de paz, ahora con el ELN. Junto con la comunidad internacional, debemos acompañar las iniciativas que surjan desde la sociedad civil y que potencien el desarrollo de la mesa de diálogos y negociaciones. Empezaría esta nueva realidad política, preguntándole a los colombianos, qué aspectos de la negociación con las FARC no le parecieron convenientes, que deben ser tenidas en cuenta en las negociaciones con el ELN? Respuestas en #LaPazEsDeTodos.

Andrei Gómez Suárez
Andrei Gómez Suárez

Comparto que la exigencia se debe hacer, pero la negociación no puede depender de que se cumpla dicha exigencia. Es probable que en el corto plazo la negociación produzca ese resultado. Así, evitarán las partes cometer los errores del pasado, que sin duda, implicaron un gran desgaste para el proceso de paz.

*Este es un espacio de opinión y debate. Los contenidos reflejan únicamente la opinión personal de sus autores y no compromete el de La Silla Vacía ni a sus patrocinadores.

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