Emma Claudia Castellanos

Esta pastora evangélica y senadora por Cambio Radical, encabeza junto a su esposo César Eduardo Castellanos la iglesia Misión Carismática Internacional, que agrupa a 200 mil fieles en el país y que fue ficha clave en el triunfo del No en el plebiscito. Pasó de llamarse Claudia Rodríguez de Castellanos a Emma Claudia Castellanos.

Nació en Bogotá en mayo de 1960 y estudió derecho en la universidad La Gran Colombia, de donde se graduó en el 2005. También tiene una especialización en Derecho Constitucional de la Universidad Sergio Arboleda.

En 1983 fundó junto con su esposo la Misión Carismática Internacional, que a 2018 tiene 160 sedes en Colombia, Brasil y Estados Unidos.

Su carrera política arrancó en 1989 cuando, con otros líderes evangélicos, fundó el Partido Nacional Cristiano, después de que su padre la motivó a difundir las ideas cristianas desde la política.

Desde ese partido se lanzó al Concejo de Bogotá en 1990. No llegó. Ese mismo año se lanzó a la Presidencia para representar los valores y principios de su comunidad. Sacó  33.645 votos.

En alianza con el Movimiento Unión Cristiana su partido participó en la Asamblea Nacional Constituyente. En la Asamblea la comunidad evangélica sumó victorias políticas en la definición de la familia y la inclusión de la libertad de cultos, de expresión y de conciencia como derecho fundamental.

Un año más tarde Castellanos se lanzó al Senado y ganó una curul con 27.296 votos, que la convirtieron en la primera senadora cristiana en la historia del país. Durante este periodo promovió la ley Mujer Cabeza de Familia y la ley para desarrollar la libertad religiosa y de cultos.

Vivió en Bogotá hasta 1997, cuando dos sicarios le dispararon a ella y a su esposo después de salir de un culto y se fue a Estados Unidos. En el 2000 aspiró a la Alcaldía de Bogotá en una campaña de voluntarios y quedó de tercera, detrás de María Emma Mejía, con 185.000 votos.

En 2002 apoyó la campaña presidencial de Álvaro Uribe y dos años más tarde el ya Presidente la nombró embajadora en Brasil. Desde ahí, hasta su pelea a finales de 2018 la Misión Carismática, fue un bastión del uribismo.

En 2006 volvió a llegar al Senado con Cambio Radical, pues desde el año anterior el Partido Nacional Cristiano había sellado una alianza con Germán Vargas, líder de la colectividad, a cambio de que el partido no asumiera posiciones liberales frente al aborto, el matrimonio gay, el control de natalidad y la eutanasia.

Con Cambio su grupo político eligió en 2007 a tres concejales y siete ediles en Bogotá. También logró sacar a 20 representantes más a nivel municipal.  

A pesar de eso, Castellanos se fue de Cambio en 2009, aprovechando una ley que permitiría el voltiarepismo, para pasarse al entonces Partido de La U, luego de pelear con Vargas porque éste no apoyaba la segunda reelección de Uribe y ella sí.

A pesar de que no se lanzó a la reelección, La U puso a Claudia Wilches como senadora.

Cuando Uribe creó el Centro Democrático en 2014, su grupo lo siguió, obtuvo buenos puestos en las listas a Senado y Cámara en Bogotá, y logró elegir al exconcejal y pastor Orlando Castañeda al Senado y a la pastora y cofundadora del Partido Nacional Cristiano, Esperanza Pinzón de Jiménez, a la Cámara.

Castellanos regresó a la política personalmente en octubre de 2016 cuando Uribe la llevó como renegociadora del Acuerdo con las Farc, como representante de la comunidad cristiana en los diálogos entre los sectores del No y el gobierno.

Como parte del Centro Democrático y de los sectores religiosos que se opusieron a los acuerdos, su iglesia jugó un rol importante en el triunfo del No.

Cuando la MCI estaba con el uribismo sus miembros entregaron 60 mil firmas para la campaña contra los acuerdos (que el uribismo llamó la resistencia civil), afiliaron a casi 80 mil personas al partido y recogieron 400 mil firmas para el referendo contra la adopción por parejas del mismo sexo que movió Viviane Morales, colega y amiga de Castellanos.

Luego de la cotizada que les dejó su participación en la campaña del No, de pelear con el uribismo (al parecer porque el expresidente no le dio más juego en las listas al Congreso), de recibir coqueteos de los liberales y de tratar infructuosamente de revivir el Partido que fundó hace 30 años en el Consejo Nacional, su grupo regresó a Cambio Radical y a apoyar a Germán Vargas para las elecciones 2018.

Vargas, además de comprometerse con parte de sus banderas y de arrancar su carrera a la Presidencia con un discurso afín sobre el proceso de paz, le dio el número 2 de la lista al Senado a Castellanos y, entre otros puestos, la cabeza de lista de la Cámara de Bogotá a miembros de su grupo.

Su fórmula en Bogotá fue Ángela Patricia Sánchez quien coordinaba las sedes de la iglesia en las localidades de Bogotá. Tanto Castellanos como su fórmula Sánchez alcanzaron curul en las legislativas, pero Vargas se quemó en primera vuelta.

Con Vargas fuera de la carrera Rodríguez y Castellanos, como muchos otros grupos evangélicos, llegaron a apoyar la candidatura de Iván Duque.