Gobernador electo del Magdalena en las elecciones regionales de 2019 para el periodo 2020-2023, por firmas y con el apoyo de su movimiento de izquierda Fuerza Ciudadana.
En las regionales de 2019, Caicedo se convirtió en el nuevo superpoderoso de su departamento, y uno de los líderes más importantes del Caribe, al lograr, no sólo quedarse con la Gobernación, sino también mantener la Alcaldía de Santa Marta, que controla hace ocho años, en cabeza de su aliada Virna Johnson.
Ese resultado electoral significó el destierro del poder local del cuestionado clan de política tradicional de los Cotes, liderado por el exgobernador de derecha (vargasllerista y charista) Luis Miguel 'el Mello' Cotes.
Todo eso, pese a los cuestionamientos judiciales que recaen sobre Caicedo, quien tiene abierta, desde hace casi 13 años, una investigación por su presunta participación en el asesinato del líder estudiantil Hugo Elías Maduro y por la supuesta entrega de contratos a los paramilitares en la Universidad del Magdalena cuando fue su rector.
Además de eso, el Exalcalde samario también tiene encima dos imputaciones por irregularidades en la contratación durante su Alcaldía (2012-2015): una por las supuestamente cometidas en la construcción de cinco puestos de salud y otra por las posiblemente cometidas en la construcción de la Red de Parques.
La Fiscalía también adelanta una investigación contra Caicedo por las presuntas irregularidades en la construcción de la Megabiblioteca de Santa Marta.
Y, por último, la Procuraduría lo destituyó e inhabilitó, en primera instancia, por 12 años por irregularidades en la adjudicación de cuatro pozos profundos, que suministrarían agua potable a la capital del Magdalena y que, hasta ahora, no han entrado en funcionamiento por, según el ente de control, “graves deficiencias en su construcción”.
Oriundo de Aracataca, Magdalena, Caicedo es abogado de la Universidad Nacional. Comenzó su carrera política dentro de los movimientos ¡A Luchar!, brazo político del ELN, y la Séptima Papeleta. Integró la lista de candidatos de la Unión Patriótica para la Constituyente y en 1994, como militante de la Corriente de Renovación Socialista, fue vocero nacional en el proceso de paz entre sectores del ELN y el Gobierno.
Luego aspiró al Concejo de Santa Marta y, al no conseguir la curul, entró a formar parte del gabinete del Gobernador Jorge Caballero como Consejero para el Desarrollo Social, después de ser el jefe de la Oficina de Atención de Desastres y de la oficina Social de la Gobernación.
A fines de 1996 fue encargado de la rectoría de la Universidad del Magdalena. En 1997, al realizar la elección del rector en propiedad inicialmente fue escogido Alfredo Correa de Andreis (asesinado por el DAS por orden de los paramilitares en 2004), pero finalmente Caicedo fue elegido por concurso. Reemplazó a Oswaldo Pérez Molina en la rectoría de la Universidad del Magdalena, convirtiéndose en el sexto rector en menos de un año.
Su gestión fue aplaudida luego de que logró transformar la universidad, que estaba entre las más ineficientes, en una de las mejores del país, como se lo reconoció el Ministerio de Educación en el año 2000, cuando fue reelegido para ser rector por cuatro años más. Logró superar un déficit de más de 30 mil millones y aumentó el presupuesto de seis mil a 40 mil millones. Implementó becas, aumentó el número de estudiantes de dos mil a nueve mil y abrió casi 20 programas de pregrado.
El éxito de Caicedo lo empezó a posicionar como un posible futuro candidato político. Esto, sumado a que decidió blindar el presupuesto de la Universidad de la injerencia de los políticos, le costó la enemistad de figuras poderosas en el Magdalena.
En 2004, Trino Luna fue elegido Gobernador luego de unas elecciones en las que él fue el único candidato. En ese entonces, la Universidad del Magdalena era tal vez la única institución pública con dinero y se convirtió, por consiguiente, en el motivo de una guerra contra Caicedo encabezada por el exgobernador.
Luna, que en 2007 fue condenado por parapolítica, lo denunció en El Heraldo de supuestamente representar el PC4, brazo político de las antiguas Farc, y de supuestamente haber participado en el secuestro de su madre, acusaciones que luego fueron desestimadas. Caicedo alcanzó a renunciar en 2004, pero las manifestaciones de apoyo de los estudiantes lo llevaron a reconsiderar la decisión, y fue reelegido en octubre de ese año.
Sin embargo, el exgobernador influyó para que la Contraloría investigara a Caicedo por el supuesto delito de peculado por apropiación a favor de terceros. El exrector celebró una conciliación de 3.600 millones de pesos con 47 profesores a quienes la Universidad les debía las cesantías con dinero que no habría estado autorizado para ese propósito. La conciliación fue revisada y aprobada por la Procuraduría y el Tribunal Contencioso, y un fiscal de la Unidad Nacional Anticorrupción ordenó precluir el caso.
Caicedo continuó en su cargo pero denunció una amenaza paramilitar en su contra luego de que tres miembros de la Universidad fueran asesinados. Luna negó que los paramilitares hubieran declarado una guerra en contra de las directivas universitarias, y más adelante el mismo Caicedo fue acusado de participar en estos crímenes. Este proceso continúa abierto a pesar de que en 2007 el paramilitar Hernán Giraldo reconoció que él y ‘Jorge 40’ fueron los autores de estos asesinatos.
Mientras tanto, Luna y Luis Edmundo Sanjuán, en ese entonces Contralor y más adelante destituido y procesado por peculado, apelaron la preclusión del caso de las cesantías. La directora del DAS en el Magdalena Gloria Bornacelly logró que Gabriel Ramón Jaimes, fiscal de la Unidad Anticorrupción, reabriera el caso, y en 2006 se dictó medida de aseguramiento contra Caicedo.
Algunos sectores inmediatamente rechazaron la detención por considerarla una persecución política. Sin embargo, en 2007 el Juez Tercero de Santa Marta lo condenó a ocho años de cárcel, al pago de una multa de 1.500 millones de pesos y a la devolución del dinero de las cesantías. Caicedo apeló ante el Tribunal del Magdalena, y un pasquín lo acusó de intentar sobornar a los magistrados. Esto logró sin embargo que el caso fuera transferido al Tribunal Superior de Bogotá, que en 2011 lo absolvió.
Luego de esa gran victoria jurídica, Caicedo regresó a la vida pública y en 2011 fue elegido Alcalde de Santa Marta por el Partido Liberal con el reto de organizar los mercados, recuperar el espacio público y enfrentar la amenaza de las bacrim.
Luego lanzó su aspiración a la Presidencia por el movimiento Fuerza Ciudadana en el municipio de Uribia en la Guajira, un lugar que, según dijo, es ejemplo de lo que sucede en el país: en las regiones del país con grandes riquezas reina la pobreza de sus habitantes. Anunció que recogería cuatro millones de firmas para quitarle el poder a las élites políticas de otras regiones del país, como ya lo hizo en la capital del Magdalena.
Sin embargo, su candidatura quedó en el limbo tras ser capturado por la Fiscalía en el aeropuerto Simón Bolívar de Santa Marta, cuando tenía previsto viajar a Bogotá para formalizar su inscripción ante la Registraduría.
El actual alcalde de Santa Marta, Rafael Martínez también fue capturado en ese momento, después de decir en una emisora local que detrás del arresto de Caicedo hay intereses políticos. Martínez fue destituido por la Procuraduría por indebida participación en política, aduciendo el supuesto apoyo del mandatario a la campaña de Caicedo a la Presidencia.
Posteriormente, ambos fueron dejados en libertad, pero vinculados al proceso por supuestas irregularidades en contratación de obras de infraestructura inconclusas.
Caicedo se presentó en 2018 a la consulta presidencial de la izquierda junto al senador Gustavo Petro y, aunque no le ganó, logró sacar poco más de medio millón de votos y empezar a ser reconocido como una figura nacional.
En 2019, dobló su apuesta electoral en el Magdalena para no sólo mantener la Alcaldía, sino ganar la Gobernación y graduarse de máximo superpoderoso en su departamento, asunto que finalmente logró.