En Buenaventura está prohibido tirar la toalla, no hay tiempo de morirse. La lucha continua. - Monseñor Hector Epalsa
Para el movimiento nacional cimarrón ha habido, a lo largo de estos dos años posteriores al paro cívico de Buenaventura, una situación de cumplimiento en un porcentaje muy bajo de los acuerdos, de las obras principales.
Ha habido encuentros y desencuentros entre el Gobierno nacional, el comité del paro cívico y la comunidad de Buenaventura en torno a la implementación y el cumplimiento de lo pactado.
Lo primero frente a lo cual debemos mostrarnos positivos, es a la creación de la comisión de seguimiento al acuerdo del paro cívico por el decreto 1402 de 2017. Dicha comisión debe funcionar de manera periódica haciendo un ajuste, una evaluación y un seguimiento al conjunto de temas contemplados en el decreto, que a su vez son los temas contemplados en el acuerdo. Ese es un logro importante a nivel normativo.
Lo segundo es la creación, por ley, del Fondo de Patrimonio autónomo de Buenaventura, que es uno de los grandes acuerdos del paro. Los recursos deben ser provistos a partir del presupuesto nacional del Gobierno para la implementación del acuerdo.
Lo tercero positivo es la realización de la consulta previa del POT y, por último, la inclusión en el PND del artículo 265 que reitera y establece que el Gobierno nacional va a financiar el fondo de patrimonio autónomo de Buenaventura.
Todo lo anterior debe unirse con la primera gran apropiación de un billón y medio de pesos, del cual 850 mil millones de pesos ya están destinados para la ejecución de las obras centrales.
Por otro lado, los desencuentros entre el Gobierno y el comité del Paro se han dado debido a la lentitud en la implementación de las obras prioritarias acordadas en el acuerdo. Dos años han pasado y Buenaventura todavía no ve progresos significativos en el acceso a agua potable por el acueducto. Ni siquiera el 50 por ciento de la población recibe agua potable vía acueducto las 24h, donde más llega, dura un promedio de 5 – 6 horas, en otros lugares dura 2 horas aprox. Se debe destacar que hay muchos lugares a los que aún no llega.
El plan maestro de acueducto y de alcantarillado marcha muy lento. En el tema de saneamiento, el Gobierno propone ejecutar un cable emisor de las aguas servidas hasta la mitad de la Bahía. Dicha propuesta generaría un desastre ambiental, dañando y afectando a las especies marinas que allí habitan y en general al sistema ecológico, debido a las bacterias que implican los excrementos y otros desechos corporales.
Además de esto, en caso de que dicha propuesta se realizará, habría problema con los cables emisores ya que la bahía tiene que estar siendo dragada periódicamente para su debido funcionamiento como puerto.
El comité no acepta esa medida, plantea también que las aguas de lluvia no deben mezclarse con las aguas del alcantarillado y que se debe diseñar e implementar un nuevo plan distrital de alcantarillado y saneamiento básico. Un plan moderno.
Actualmente el alcantarillado no llega al 20 por ciento del casco urbano. Necesitamos un plan moderno, diseñado por expertos, que ofrezca soluciones integrales, que no contamine el medio ambiente marino.
Se destinaron solamente 25 mil millones de pesos, para el tema del mejoramiento de la infraestructura educativa en Buenaventura. En este momento se requiere un gran plan para la modernización, reconstrucción y dotación de las instituciones educativas. Estas deben ser modernas y contar laboratorios de lenguas, laboratorios de tics y aulas modernas, entre otros, donde nuestros niños eleven la educación de calidad y con identidad cultural afrocolombiana.
Las infraestructuras educativas en este momento son obsoletas, están viejas y no son pertinentes al medio.
El plan educativo que Buenaventura requiere y que el Gobierno debe financiar puede costar más de 600 mil millones. Debo destacar que no se ha hecho nada con respecto a la implementación de la política pública educativa de la etnoeducación afrocolombiana, ni por la política pública educativa de implementación de la enseñanza de la asignatura de los estudios afrocolombianos en el sistema escolar del distrito de Buenaventura.
El otro tema que es doloroso y que sigue causando muertes es el de la reorganización, reestructuración e implementación de la gestión del hospital distrital. Si bien se han invertido algunos recursos para la adecuación de los pequeños puestos de salud existentes, el hospital distrital continúa como un gran elefante inactivo, mostrando la profunda debilidad del sistema de salud nacional.
Referente a la cultura, Buenaventura cuenta con una casita que ha servido como Casa de la Cultura. Sin embargo, el movimiento cívico quiere el diseño y la construcción de un nuevo centro cultural, grande y moderno, acorde con la población de Buenaventura, que ya es de casi 550 mil habitantes, y con su condición de distrito portuario turístico ecológico (al menos en el papel).
Buenaventura, la capital nacional de la afrocolombianidad, no cuenta con un proyecto cultural afrocolombiano digno de la gran población afro del distrito.
Finalmente, quiero decir que el pueblo de Buenaventura se mantiene consciente y firme en el seguimiento y la lucha por el cumplimiento del acuerdo.
Debemos decir que ganamos, con el paro cívico, una gran batalla social. Pero a pesar de que el pueblo de Buenaventura se fajó una gran movilización social, la guerra continua. La batalla grande, la batalla madre, que gane la guerra continua durante estos 10 años.
Debemos lograr el cumplimiento total de los acuerdos para que haya coherencia con el lema del paro cívico: “para vivir con dignidad y paz en el territorio”.