¿Qué retos hay para la paz en el 2020?

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Angelika Rettberg
Angelika Rettberg

Hay un reto grande en articular lo que quiere el gobierno y las posibilidades reales en las regiones. Por ejemplo, es urgente el tema de cultivos ilícitos. La prioridad debería estar en Cauca y en Nariño, donde además hay varios grupos criminales nuevos y antiguos aprovechándose de eso.

Y otro tema que está relacionado es el asesinato de líderes sociales, eso no puede seguir pasando de ninguna manera. 

Otro tema enorme es el cumplimiento de los Pdet. Hay muchas expectativas en la ciudadanía porque si se lleva a cabo de manera integral y transparente, las comunidades se podrían beneficiar enormemente. Creo que ahí es donde el gobierno podría mostrar resultados, como muchas veces lo ha querido hacer. Además, están los Etcr. Acá hay otra oportunidad grande para que los proyectos funcionen y que generen ingresos y oportunidades para que las personas puedan dejar del apoyo externo y sean autosuficientes. 

Otro reto es el partido Farc. Creo que han hecho un gran trabajo en el Congreso de aprender técnicas legislativas y de construir alianzas políticas. Es fundamental que se avance en esto, porque de su conversión de guerrilla a partido dependen muchos logros.  

En general pienso que el Acuerdo va mucho más sólido de lo que algunos críticos dicen. Hay que hacer un trabajo en mostrar que la implementación consiste de pasos muy distintos. Son diferentes frentes que avanzan de forma paralela, de forma desigual, no todos al mismo ritmo, y lo que han logrado es llamativo. Se puede decir que estamos construyendo una paz a retazos, si se quiere. Y esto es algo que requiere mucha paciencia y voluntad. Pero en términos generales yo creo que vamos avanzando.

Luis Eduardo Celis
Luis Eduardo Celis

Yo creo que el Centro Democrático no tiene interés en la paz. No están interesados en reconocer sus compromisos con el conflicto, en transformar el orden rural ni tampoco en implementar los acuerdos, porque como están las cosas les parece bien. Han mantenido el conflicto casi intacto. 

Acá tenemos tres guerras. La guerra fría, el discurso del castrochavismo y la polarización que tenemos en el país. Creo que el Centro Democrático no tiene ningún interés en cambiar esta forma de hacer política. Asimilar todo eso con el discurso terrorista. La otra es la de las drogas: el problema del glifosato, en el campo es todo muy complejo. 

Mis perspectivas para el 2020 es que el gobierno no tiene interés en implementar el posconflicto. Quieren mantener la guerra contra el narcotráfico e incumplir los acuerdos con las Farc. 

El reto es que ahora hay nuevas realidades: hay gobernabilidades que no le van a hacer caso a ese tipo de hacer política del Centro Democrático. Y vamos a vivir la diferencia, hay varios gobiernos regionales del Centro Democrático que se van a oponer. El reto que yo veo acá es que donde está el gobierno más duro, las gobernabilidades son débiles. Donde está, la guerra la guerra va a continuar. Necesitamos que haya gente que se oponga, que estos partidos que no le hacen caso al Centro Democrático, que respondan y sigan contrarrestando. 

En general creo que vamos a un escenario de inestabilidad.

Juan
Juan Ospina

Quisiera mencionar solo algunos de los retos que tienen las instituciones y autoridades del Estado: 1. Dejar de negar la existencia del conflicto armado: Es difícil construir condiciones para la garantía de los derechos de las víctimas (más de 8,9 millones que corresponden a casi el 20% de la población del país) a la verdad, justicia, reparación y no repetición si se sigue negando el conflicto armado. 2. La "política" de paz con legalidad no es igual que el Acuerdo de Paz: Si persisten en confundir una política de gobierno con una política de Estado es probable que sigan afectando la claridad de la comunicación y la implementación del Acuerdo. La Corte Constitucional en la sentencia C-630 de 2017 señaló que la obligación de las instituciones y autoridades del estado de cumplir de buena fe el Acuerdo de paz significa que lleve: “a cabo los mejores esfuerzos para cumplir con lo establecido en el Acuerdo Final, entendido como política de Estado, cuyo cumplimiento se rige por la condicionalidad y la integralidad de los compromisos plasmados en el mismo” y que “en el ámbito de sus competencias, gozan de un margen de apreciación para elegir los medios más apropiados para ello, en el marco de lo convenido, bajo el principio de progresividad”. “Como principio que subyace al propio Acuerdo de Paz, busca mantener los compromisos asumidos en el Acuerdo Final en razón a que se trata de una política pública de Estado dirigida a la consecución de la paz y, por lo mismo, se proyecta más allá de un periodo gubernamental. En esta dirección, se reduce el riesgo de que se retroceda u obstruya el grado de cumplimiento del Acuerdo o, sea incierto, para las partes y el propio Estado, en su conjunto, las obligaciones que se han derivado del Acuerdo Final”. Más claro no puede ser. 3. No atacar las instituciones derivadas del Acuerdo de Paz, sino fortalecerlas: Los mecanismos del Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición merecen condiciones para cumplir con sus propósitos en garantía de los derechos de las víctimas y de la sociedad. Así las cosas, las propuestas para debilitarlas, eliminarlas, restringir su mandato o deslegitimarlas no pueden tener espacio institucional de acuerdo con lo señalado en el numeral anterior. 4. Enfocar los esfuerzos en garantizar progresivamente los derechos de las víctimas: Con ocasión el exhorto realizado por la Corte Constitucional al Congreso y al Gobierno para que “adopten las decisiones que correspondan en relación con su prórroga o con la adopción de un régimen de protección de las víctimas que garantice adecuadamente sus derechos”, mencionado el comunicado de prensa 49 del 5 de diciembre de 2019, las instituciones y autoridades deben promover medidas para garantizar la progresividad de los derechos de las víctimas y evitar propuestas que pretendan, por ejemplo, acabar con la restitución de tierras o reducir las medidas de reparación.

Perfil
Anonimo

Toda la indignación de “coscorrón” Lleras es porqué quiere que le den “mermelada”. La región caribe ya tiene a un líder natural propio de la región: los Char. Las maquinarias electorales y la politiquería tradicional se la jugaron con Lleras, y si que les fue mal. Lleras ya no sera Presidente, o no se que que circunstancias alineadas sea eso posible, pero cualquiera le gana en voto de opinión.

Perfil
Anonimo

? Faltó un antecedente importante: "Ley Lleras" que era regular el Internet, por eso no es raro que apoye la propuesta de Duque. A fin de cuentas lo que buscan estos altos políticos es controlar lo mas posible los medios a su medida o beneficio

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Anonimo

Los proyectos de expansión de internet para las regiones del país tienen que estar ligados a campañas educativas que promuevan su uso racional. De nada sirve decir que tenemos cobertura nacional si el uso principal será de Facebook y Whastapp. Una población que no sea crítica y racional es blanco fácil para campañas de desinformación, sabemos muy bien que partido es experto en eso.

Jean Carlo Mejía
Jean Carlo Mejía

El primer punto es aumentar los niveles de confianza. El problema de la confianza se sustenta en la falta de comunicación asertiva. Es nuestra sociedad, en términos generales, se ha pasado de polarización a radicalización por la falta de confianza y comunicación.

La manera como podemos solucionarlo es haciendo un ABC de las cosas. Los que somos docentes y que trabajamos con la gente, vemos que hay una falta de creencias en lo conceptual. Hace falta reafirmar varios conceptos básicos, pero la radicalización y la ideologización no permiten esto. 

Por ejemplo, la gente no está leyendo, la gente no lee columnas ni cosas que tardan 5 minutos, pero YouTube se volvió la forma más fácil de aprender. Entonces estamos apostándole a eso porque, en realidad, la gente no conoce el acuerdo, no sabe que hace parte de la constitución, etc. Entonces la falta de comunicación también tiene que ver con que la gente no está escuchando.

Entonces yo diría que un segundo es eso: lo pedagógico y lo didáctico. La pedagogía del Derecho Internacional Humanitario, por ejemplo, es lo que permite que actores armados que todavía estamos en conflicto, y que reflexionen sobre eso en las regiones. Le estamos apostando a este tipo de pedagogías. 

Y por último, es necesario asumir que seguimos en un conflicto. No estamos viviendo un posconflicto sino un pos-pacto. Decir que se acabó el conflicto fue un error porque fue la oportunidad perfecta para que el actual gobierno pudiera desconocer el conflicto. Lo que se debió decir fue que se acabó con las Farc, pero que todavía hay grupos armados.

Alvaro Villarraga
Alvaro Villarraga

Un primer reto es conseguir una aplicación integral del Acuerdo de paz. Es un reto porque el presidente lo ha hecho de manera lenta, selectiva y con incoherencias.  Dice que le va apostar a la reintegración, pero hay muchas cosas atrasadas, hay vacíos muy grandes en términos de recursos y de un manejo integral del acuerdo. La realidad del país debe llevar a la conmoción del presidente, debe llevar a que piense que no es algo que se puede llevar a medias.

El otro aspecto no es solo de coyuntura, y es el reto de que el presidente escuche y posibilite espacios de solución y de que de ahí se deriven espacios con el movimiento ciudadano. 

Un tercer reto, que yo creo es que es fundamental, es que el gobierno necesita rectificaciones en su política internacional. Lo que está pasando en la frontera choca con la diplomacia y con el Derecho Internacional Humanitario, es ridículo. Romper relaciones con un país es algo muy grave en el DIH. Entonces, ningún país tiene derecho a hacer “activismo” a gritos, pedradas y botellazos en la frontera. 

En general, yo creo que el gran reto es que necesitamos un presidente que este a la altura para poder hacer su ejercicio de manera libre. Nuestro presidente se ha quedado corto para los retos nacionales, lo más importante que hizo este año fue tratar de desmontar la JEP y fracasó. Necesitamos un presidente que no esté manejado por el Centro Democrático o por otro expresidente. Necesitamos que asuma y recupere grandeza, y ojalá esa grandeza sea hacer el Acuerdo Nacional del que habló en campaña. Esto, yo creo que definitivamente cambiaría el rumbo de los acuerdos y de cómo se están implementado. 

Catalina Gil
Catalina Gil Pinzón

Este gobierno le debe trabajar mucho más al punto cuatro del acuerdo, que es el de política de drogas, específicamente la implementación del PNIS. Siento que se está respondiendo más y se está cumpliendo con eso más por obligación, por ser un acuerdo que se firmó con el gobierno anterior, esa era una solución pactada. Cuando se responde por obligación las cosas no salen bien. Este gobierno nuevamente está narcotizando la agenda del país, y si verdaderamente quiere abordar la problemática de los cultivos declarados ilícitos, precisamente lo que debe hacer es fortalecer el PNIS y arreglar algunas cosas que desde el inicio no se diseñaron tan bien.

Este tema también es muy importante se relaciona directamente con la Reforma Rural Integral. Es la primera vez que se reconoció que los problemas que tiene el país es más por falta de un Estado y no tanto por la presencia de la mata en sí. Precisamente por eso necesitamos de respuestas más integrales y que van más allá de arrancar una mata. 

Para abordar el tema de los cultivos ilícitos ya un marco que es el Acuerdo de paz. En lugar de volvernos en el tiempo y pedir fumigación y erradicación forzada, deberíamos centrarnos más en incluir en los procesos de cómo abordar la problemática de drogas, deberíamos incluir más elementos de construcción de paz: la construcción de confianza con las comunidades cocaleras, por ejemplo. También crear procesos verdaderamente participativos, no solo ir y contarles lo que vamos a hacer sino concertar con la comunidad, crear capacidad local y darles opciones reales. 

Para responderle a todos los retos que tiene el gobierno en abordar la problemática de drogas, lo específico con los cultivos ilícitos, se necesita mucha voluntad política. Y también algo de creatividad. En estos temas somos expertos en repetir las mismas fórmulas que sabemos que fracasan. Deberíamos empezar a pensar en procesos de sustitución o procesos alternativos de la hoja de coca muy a nuestra medida, sin tanto miedo a las presiones de Estados Unidos.

*Este es un espacio de opinión y debate. Los contenidos reflejan únicamente la opinión personal de sus autores y no compromete el de La Silla Vacía ni a sus patrocinadores.

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