¿Qué retos hay para las mujeres en el 2020?

Debate

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Alejandra
Alejandra Coll Agudelo

Yo creo que las mujeres tenemos retos en varios frentes. 

El primero es frenar la avanzada contra los derechos reproductivos. En este momento hay dos demandas en la Corte contra el derecho a abortar. Jurídicamente, no la veo tan viable. Pero un reto acá es usar esta coyuntura para que la corte se reafirme. Entonces, hay un movimiento grande en contra de los derechos reproductivos y un reto muy grande que tenemos es cómo lograr que no nos quiten lo avanzado. 

Por otro lado, creo que tenemos un reto grande en posicionar las propuestas de muchas mujeres en la implementación del acuerdo. Tenemos porcentajes muy bajos, sobre todo en puntos uno y cuatro (la reforma rural integral y el tema de las drogas). En varios puntos del acuerdo, pero sobre todo en estos, todo lo de género no está implementado. Por ejemplo, reformas con las mujeres cocaleras o la salud rural. En estos puntos es donde hay más por hacer. Y se requieren, sobre todo, recursos o trámites legislativos. 

En este tema de la paz, otro gran reto para las mujeres son los Pdts. Muchas mujeres participaron y propusieron cosas concretas. En estos programas, sobre todo en las regiones, se convocaron mujeres y un gran reto que tenemos es que hacer que las propuestas y las ideas de las mujeres se cumplan. 

El tercer reto que yo veo es posicionar el tema de violencias cotidianas. Esta tragedia es invisible y es muy preocupante, porque nos siguen matando. Los índices son alarmantes y creo que la agenda nacional ha desviado la mirada de estos temas, dicen que no es momento para eso, no sean oportunistas, que no deberíamos aprovechar el paro para esto. Tenemos que darnos cuenta que no estamos en la prioridad en la agenda de nadie y es un tema que debemos atacar. Tenemos que decirle a los nuevos mandatarios del próximo año que se ponga las pilas, con a las mujeres que matan en su territorios, sea, por feminicidios o las violencias sexuales, los abusos, etc.

Angélica Bernal Olarte
Angélica Bernal Olarte

A nivel regional, el reto es que los planes de desarro den continuidad a las políticas de género que han desarrollado algunas alcaldías y gobernaciones. Que los nuevos gobernantes que empiezan el próximo año mantengan las secretarías de la mujer donde las hay, y donde todavía no, que las abran. Es importante que estas políticas públicas que se desarrollan a nivel local se vuelvan políticas de Estado, y que la transversalidad de género se vuelva una realidad en las agendas públicas. 

A nivel nacional el reto es enorme, estamos en un contexto donde la violencia de género es legitimada. Hay herramientas judiciales para denunciarla, y en eso hemos avanzado, pero si no hay un compromiso social o cultural de no legitimar este tipo de violencias, vamos a seguir viendo casos de violencia y hasta asesinatos. Entonces, creo que un reto que tenemos es la aplicación efectiva de herramientas legales que efectivamente no lleven estos casos a la impunidad, porque, podemos hacer mil campañas contra la violencia contra la mujer, pero si los agresores no reciben un castigo, es difícil que la sociedad reaccione. Si bien estamos hablando de un problema cultural, este compromete de manera muy directa a la rama legislativa.  

Otro tema que es está pendiente es la verdadera participación de las mujeres en la política. Hay una deuda. Hace falta un cumpliento por parte de los partidos, pero también tiene que ser una política pensada, y debería ser parte de una reforma electoral, como se planteó en los Acuerdos de Paz, en el punto dos. 

En general creo que Colombia se ha caracterizado por tener un movimiento de mujeres activo y fuerte. Tenemos desafíos de reconocer las nuevas estrategias que emplean las feministas más jóvenes.  Pero hay responsabilidades que también son del Estado y tenemos un reto enorme de reclamar lo que es responsabilidad de este

Maria M Vivas
Maria M Vivas

Creo que el 2019 fue un año en el que las mujeres fuimos protagonistas en muchos escenarios en muchas partes del mundo, consolidando nuestra voz y nuestra participación. Creo que, precisamente por esto, un reto va a ser continuar consolidando esa voz y esa participación.

También creo que un reto grandísimo en el área de salud sexual y reproductiva es que el acceso a servicios de salud sexual y reproductiva se materialice para todas las mujeres. Especialmente, para mujeres rurales, excomabtientes, migrantes irregulares, adolescentes de diferentes etnias, con diferentes capacidades.

Otro reto creo que es debemos estar preparadas para poder manejar la tiranía de las mayorías sobre las minorías.  En este sentido, creo que tenemos que avanzar en la ampliación de derechos en un ambiente que busca retrocesos para las mujeres en la imposición de ideologías y de creencias.

Ana Cristina
Ana Cristina González Vélez

Para hablar de los retos habría que ponerlos también en el contexto Latinoamericano y mundial de lo que está pasando con el feminismo y la agenda de las mujeres. Lo que quiero decir con esto es que ambas cosas están pasando por un momento de mucho vigor y mucha fuerza. No solo porque es una voz que está muy presente en los debates públicos, sino que también es una perspectiva necesaria frente a los distintos problemas. En el caso de Colombia, con todo lo que está pasando con el paro, las mujeres y las feministas salen a decir que esas denuncias y esas protestas deberían pensar también en cuáles son los desafíos desde una perspectiva de la agenda feminista. 

Puesto eso en contexto, creo que uno de los retos que tenemos es mantener esa presencia activa de la voz feminista y la perspectiva feminista en las conversaciones públicas que son centrales para el país: desde el acuerdo de paz hasta las protestas que estamos viviendo en estos días en relación a distintos temas. 

Otro desafío muy importante es lograr una consolidación de algunos de los asuntos más pendientes de la agenda de las mujeres, como por ejemplo, la participación paritaria en la toma de decisión, la lucha contra la violencia hacia las mujeres, el desafío que supone el trabajo de cuidado y la reducción del tiempo de trabajo total para las mujeres, en una perspectiva de que el trabajo de cuidado sea un trabajo compartido, co responsable con el Estado, con la sociedad, con las familias, y con las parejas. Eso implica un cambio cultural enorme, es decir, revisar los roles de género entre hombres y mujeres, pero también un cambio en las políticas y una reconfiguración del Estado. 

Entonces estos desafíos y pendientes se deben ver reflejados en las políticas públicas que van a llevar adelante las nuevas alcaldías de todo el país, y en particular creo que la alcaldía de Bogotá con una alcaldesa como Claudia, que es una mujer inteligente y sensible a los asuntos de la desigualdad. 

La igualdad para las mujeres, como bien lo ha dicho la OEA, es un bien para la humanidad. La igualdad como fin es un desafío muy grande porque hemos visto que, de la misma forma como hay un nuevo momento en lo público en cuanto a la presencia de las jóvenes y de la agenda feminista, también hay un recrudecimiento de los ataques contra esa agenda de la igualdad. Y esos ataques se han disfrazado bajo la idea de "ideología de género", que busca tergiversar, desprestigiar y, con informaciones falsas, impedir los avances en materia de igualdad para las mujeres. 

Tenemos otra prioridad en materia de violencia contra las mujeres y violencia sexual. Otra prioridad es eliminar todas las formas de criminalización de la vida y los cuerpos de las mujeres, y eso significa eliminar el delito del aborto del código penal, entre otros desafíos. 

Yo creo que resolver estos retos depende, uno, de la voluntad política, como siempre, y dos, creo que de que la sociedad y la clase política sepa leer los cambios que vienen con esta época. El feminismo está presente en todas las conversaciones públicas, está presente en las calles. Hay una generación que está creciendo con una conciencia y un acumulado de derechos que es enorme. Es un acumulado de derechos que resulta de los avances que hemos hecho en materia de derechos para las mujeres en las últimas décadas en América Latina, por no hablar de los últimos cien años. Pero muy intensamente en las últimas cuatro décadas: hay una generación de mujeres y  de hombres que sienten que esos derechos les pertenecen y que sus subjetividades no están dispuestos a admitir ni la violencia, ni el acoso, ni la interferencia del Estado ni de ninguna otra voz o autoridad sobre sus propios cuerpos. Entonces, me parece también que depende de la habilidad que tenga la clase política para leer esto. Y si no lo van a leer, de todas maneras ese cambio va a llegar por las calles y por la vía del cambio que está teniendo lugar en el día a día de las personas. 

*Este es un espacio de opinión y debate. Los contenidos reflejan únicamente la opinión personal de sus autores y no compromete el de La Silla Vacía ni a sus patrocinadores.

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