¿Cuál es su reflexión del nombramiento de Jorge Rodrigo Tovar, el hijo de Jorge 40, en la dirección de víctimas de MinInterior?

Debate

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Expertos

Luis Fernando
Luis Fernando Trejos Rosero

Sobre ese nombramiento se pueden hacer los siguientes comentarios. El primero, es que nadie debe asumir las deudas de sangre que causaron sus familiares. En este sentido, se debe resaltar que él ha participado activamente en escenarios de reconciliación y perdón en el departamento del Cesar.

Por otro lado, entendiendo que las heridas del conflicto armado aún están abiertas, hubiera sido mejor buscar un perfil que se asocie a las víctimas y no a los victimarios. Esto va a poner su gestión en continua observación y eso la podrá afectar sustancialmente.

César Niño
César Niño

 

Colombia es un país de contrastes. El nombramiento de Jorge Tovar Vélez en la Dirección de Víctimas del MinInterior es la evidencia de un contraste que debe leerse con lupa. Por un lado, si bien es el hijo de un ex jefe paramilitar y los delitos no son heredables, el gobierno necesita mayor cálculo y prudencia en asuntos sensibles como el tema de las víctimas. Las decisiones y los nombramientos deben estar a la altura de las circunstancias y en Colombia las circunstancias no son las mejores. 

Por el otro, Tovar Vélez ha trabajado en reconstrucción de paz y en reconciliación, así como en la OIM, y puede ser una muestra de avance en la superación de traumas del conflicto. 

Sin embargo, su nombramiento revive heridas innecesarias, así como tensiones sociales innecesarias. De tal manera nadie discute su capacidad profesional y tecnicismo en los resultados por los cuales ha sido contratado en distintas entidades, pero asumirá un cargo de representación y simbolismo delicado con las víctimas, y ellas seguramente no lo ven así.

Juan Carlos
Juan Carlos Palou

 

Esta decisión podría tener una consideración positiva, según el gobierno que la propone. 

Si este gobierno fuera propenso a apoyar el Acuerdo de paz, si hubiera demostrado en los meses que lleva de gobierno que efectivamente se preocupa por los líderes sociales y víctimas, uno pensaría que una decisión de esa naturaleza podrá tener un componente de reconciliación en el sentido de que, por ejemplo, miembros de la Farc pues están en el Congreso o desempeñan algunas funciones en las instancias creadas en el Acuerdo. 

Si se tratara de un gobierno amigo del proceso de paz, uno pensaría que es una decisión orientada a fortalecer la reconciliación. Pero, tratándose de un gobierno que de muchas maneras ha demostrado que tiene una intención de sabotear el proceso, mostrándolo como algo indigno para el país como, por ejemplo, su actitud hacia Cuba auspiciando que la incorporen  en lista de Estados que apoyan al terrorismo cuando es una clara falacia y un acto moralmente bajo. Cuba es un país que apoyó mucho a Colombia para que se lograra el acuerdo de paz y ahora recibe una patada por parte del gobierno colombiano en asocio con el gobierno norteamericano para retrotraer todos los avances que se habían logrado en la implementación.

Todo eso indica que realmente este gobierno es un enemigo de la paz, y es muy poco confiable en términos de compromiso para superar los problemas de violencia y confrontación que tenemos en el país. 

El nombramiento y la designación de Jorge Rodrigo Tovar, suena como un bofetón cínico frente a las víctimas, por lo menos frente a un sector de las víctimas, porque probablemente habrá algunas víctimas de las Farc, por ejemplo, que consideran que esa es una decisión positiva. Pero, en términos generales, el contexto de la decisión demuestra que es un intento para fastidiar todos los avances normativos, presupuestales y políticos que se había logrado para atender a las víctimas.

El nombramiento podría también ser una táctica para disuadir a los ex comandantes paramilitares de hacer denuncias y revelaciones sobre el uribismo, se trataría de una oferta subrepticia en el sentido de que mantener la boca cerrada les podría permitir una participación indirecta en el gobierno. 

Es un nombramiento indigno que probablemente no van a echar para atrás, pero ahonda la idea que muchos tenemos de que este gobierno está profundizando las condiciones para que Colombia no pueda salir de sus problemas de violencia y conflicto armado interno.

Carlos Galeano
Carlos Galeano

Conozco a Jorge Rodrigo Tovar desde el proceso de Diálogos Improbables en el Cesar. Otro joven de la generación de los hijos directos del conflicto. Estuvo ahí en un espacio difícil y a veces hostil -por ser el hijo de quien es-, discutiendo y aprendiendo de la conversación con víctimas y con líderes diversos y opuestos de su región.

Lo he visto reconociendo y pidiendo perdón por lo de su padre. Muchos lo han visto comprometido con la convivencia y la reconciliación en su territorio, que es un referente de todo nuestro conflicto violento. Frente a su caso, veo ciertos pronunciamientos de un liderazgo político e intelectual irreflexivo.

Sí, el nombramiento en ese cargo puede ser una provocación, pero desnuda también los sesgos e inconsecuencias de quienes exhiben las banderas de la paz ¿acaso no cabría pensar que situaciones como estas, con sus particularidades, podrían ser también una oportunidad -arriesgada, desde luego, como las que pedimos en esta transición- para entrar en los terrenos difíciles y complejos de lo que implica el camino de la reconciliación, más allá de corear y corear esa palabra?

Maria Elisa
Maria Elisa Pinto

Conozco el ejemplar trabajo que ha hecho Jorge Rodrigo Tovar en torno a la reconciliación, particularmente en el marco de la plataforma de Diálogos Improbables. Tampoco creo que nadie pueda ser juzgado por los delitos de sus padres y otros parientes. Sin embargo, resulta problemático su nombramiento por el cargo que va a ejercer. Jugaría un rol muy valioso en otras instancias que promuevan la convivencia y la reconciliación, pero estamos hablando de una dirección que vela por los intereses de las víctimas de un conflicto en donde su padre fue uno de los mayores responsables de violaciones graves a los derechos humanos. Sin duda, pueden haber varios conflictos de intereses, sin mencionar las reacciones de rabia, tristeza y frustración que ha suscitado su nombramiento en varias organizaciones de víctimas. Aunque Tovar aclaró que cuando describió a su padre como "preso político", se refería a los delitos de narcotráfico por los que está condenado en Estados Unidos, no deja de ser muy cuestionable esta afirmación.

Perfil
Anonimo

Esta claro que este jóven no puede, ni jurídica, ni moralmente, responder por las atrocidades cometidas por su padre. Objetivamente, este jóven también es una víctima de la guerra y las víctimas son las primeras llamados a construir la reconciliación.

El asunto está en que el nombramiento corresponde a un gobierno que se ha opuesto a edificar el posconflicto y uno podría desconfiar. ¿Hasta qué punto el muchacho puede estar siendo instrumentalizado? Sin embargo, en mi caso particular, puedo ir elaborando un concepto en el sentido de que este jóven merece la oportunidad de trabajar por la paz desde el cargo en que se le ha designado.

Hay una actitud de compasión y una ética que rechaza toda formula de odio o resentimiento que considero debería llevarnos a observar si este personaje puede acercarse a otras victimas como él y, excusándome por la posible ingenuidad, puede lograr imprimir desde dentro del gobierno un compromiso que al parecer ha demostrado con su experiencia vital con la familia Palmera.

Catalina Gil
Catalina Gil Pinzón

 

No es sano ni estratégico que una persona como Jorge Tovar dirija un programa de víctimas. Muchas víctimas quedarán inconformes.  El señor Tovar puede tener un liderazgo sesgado y una agenda propia. Pensaría lo mismo si fuera hijo de un ex guerrillero. Para estos cargos es mejor alguien que no haya sido víctima, ni tenga relación con un victimario, porque muchos procesos de justicia, reparación y verdad están en proceso o no han empezado. Su nombramiento puede generar muchos malentendidos, sentimientos de rabia, venganza, inconformismo, entre otras.

Perfil
Anonimo

 

Jorge Tovar Vélez es un ciudadano que sólo responde por sus comportamientos públicos y privados, y a la fecha no tiene deudas pendientes con la justicia. Las conductas que comprometen a su padre -alias Jorge 40- con crímenes de guerra y delitos de lesa humanidad no son endosables ni hereditarios. Y en una época de posconflicto, donde todos tenemos el derecho y el deber de aportar a la paz, la gestión de reconciliación que lidere Tovar Vélez desde la Dirección de Víctimas del MinInterior se juzgará por sus logros o yerros, no por ser hijo de fulano de tal.

Gonzalo Agudelo Hernández
Gonzalo Agudelo Hernández

El nombramiento que acaba de hacer la Presidencia de la República de Jorge Rodrigo Tovar para la dirección de víctimas de MinInterior me parece que mas que ser una amenaza o un riesgo o presentar una situación atávica e infortunada, puede ser una oportunidad para hablar de reconciliación y del reconocimiento mutuo de las personas como seres humanos independientemente de su historia. No es justo heredar odios hacía una generación que incluso no tuvo nada que ver con el conflicto o que cuando lo vivieron estaba pequeños, por lo que terminaron siendo víctimas y no victimarios. No podemos seguir postergando los tiempos de reencuentro. Tenemos que encontrarnos, reconocernos y poder vernos a los ojos. Los reencuentros son absolutamente necesarios e indispensables para la construcción de paz. Esos nombramientos ayudan a fortalecer una paz estable y duradera. Espero que vengan más nombramientos de hijos de la guerra de las diferentes orillas para entre todos poder construir un país dónde todo quepamos.

Pablo
Pablo Abitbol

Jorge Tovar ha desarrollado una destacada y valiente labor de construcción de paz, pero eso no significa que su nombramiento en un alto cargo gubernamental con funciones directas sobre las víctimas no sea, por decir lo menos, una desconsiderada indelicadeza con las de las AUC. 

El fallido proceso de paz con los paramilitares (en términos de verdad, justicia, reparación y no repetición) dejó muchas heridas abiertas que aún deben sanarse. Este nombramiento que en un contexto muy distinto, y en diálogo con todas las víctimas, podría considerarse como un paso importante y significativo en la búsqueda de la reconciliación, no es un gesto prudente ni sensible de construcción de paz por parte de un gobierno que, precisamente, llegó al poder capitalizando políticamente la oposición radical al proceso de paz con las Farc, y que no ha demostrado avances suficientes en la implementación de aquellos aspectos del Acuerdo que podrían estar ayudando a reducir la violencia que está azotando a los líderes sociales y excombatientes. 

Por supuesto, Jorge Tovar no es "Jorge 40", no está condenado por ningún delito, ni puede ser considerado un victimario; de hecho, ha pedido perdón públicamente por los actos de su papá. Pero simbólicamente, su nombramiento es un golpe para las víctimas de las AUC, y la construcción de paz se teje, esencialmente, con un entramado de símbolos y significados de hilos muy delicado

*Este es un espacio de opinión y debate. Los contenidos reflejan únicamente la opinión personal de sus autores y no compromete el de La Silla Vacía ni a sus patrocinadores.

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