Debemos tener muy clara la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (CEDAW), en especial a través de sus recomendaciones generales número 12 y 19, y la Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer de las Naciones Unidas. Como sociedad, debe existir una armonización y un cambio de normas legislativas y promover el cambio de comportamiento de hombres y niños, abogar por la equidad de género y por los derechos de las mujeres. De igual forma hay que promover políticas públicas para incrementar los presupuestos y las inversiones destinadas a la prevención de la violencia de género. Esa es la respuesta técnica. Como activista de los derechos de las mujeres y como feminista diría que solo con la caída del patriarcado podríamos hablar de eliminación de violencia basada en género.

Para parar la violencia contra las mujeres, es necesario empezar por políticas de prevención desde la primera infancia y campañas masivas en medios de comunicación. Es clave enseñarles a niños y niñas formas de relacionarse no violentas desde edades tempranas. Hay que promover el rechazo social de la violencia contra las mujeres y una cultura ciudadana de trato digno hacia las ellas. Es clave hacer que los medios cumplan con la obligación de hacer difundir de forma gratuita las campañas de prevención de violencia contra las mujeres, como lo establece la ley 1257 de 2008. El Estado se centra mucho en atender víctimas y poco en prevenir que las haya, que es el ideal. Necesitamos más presupuesto para prevención. Además es clave crear mecanismos de detección temprana de la violencia, en donde se pueda actuar antes de que la víctima sea agredida. Entrenar a profesionales de la salud para poder detectar posibles casos de violencia en etapas tempranas es clave. Por último, la información sobre cómo actuar en caso de un episodio de violencia, puede salvar vidas. Es importante que las mujeres conozcan algunas medidas que pueden tomar si están viviendo violencia. Esa información debe estar disponible en todas partes, incluso para las mujeres rurales, que no están muy conectadas a internet o la televisión. En contextos rurales han funcionado bien las campañas por radio. Finalmente es un asunto de voluntad política y de trabajo de toda la sociedad en conjunto.

Primero no es un fenómeno las violencias contra las mujeres, es una violación sistemática a los derechos de las mujeres. Segundo, poner fin a las violencias implica un compromiso serio del Estado y la sociedad para desnaturalizar dichas violencias, prevenirlas, investigarlas y sancionarlas

Ha sido un ejercicio muy difícil para muchos sujetos en la sociedad tener control sobre sus impulsos y las ganas de dañar Uno puede parar la violencia pensando en un proyecto de largo alcance. Pero en lo inmediato se debe empezar por tratar de hacer un trabajo muy fuerte dirigido sobre los estereotipos que generan la discriminación. Esos estereotipos que le dan cierta superioridad a quienes los usan para dañar.Ese estereotipo de que la mujer es débil y que el hombre tiene poder. Para trabajar sobre ese tema he pensado que una forma de parar la violencia es cambiar toda la información que tienen las cartillas y los textos en la educación en la primera infancia. Que los niños y las niñas puedan escuchar, leer, estudiar y aprender sobre la diversidad y la inclusión sin que esta sea impuesta. Que sea parte de la construcción de nuestra educación en las matemática, en los idiomas, en el recreo, en las lecturas. Se trata de que sea una palabra natural que habite todos los colegios y las universidades. De esa manera yo creería que si intencionamos con criterio una formación de ese tipo, podemos lograr que en el futuro haya seres mentalmente sanos, quienes en su vida no tengan que usar la violencia para relacionarse con una mujer porque la consideran débil, o porque consideran que ella debe estar en la casa cocinando o cambiando el pañal. O porque consideran que aun si trabajan, su principal rol en la vida es estar en la casa. Es un tratamiento de lo diverso para que lo niños aprendan de la vida y no solo de la academia. Parar la violencia exige y nos exige que tengamos una mentalidad distinta. Es por eso que la educación desde la primera infancia es tan importante. Es desde el primer momento de la vida que hay que trabajar: cuando el color rosado o el azul no se le asigna a ningún género.

La violencia contra la mujer se puede parar: 1. Generando responsabilidad pública frente a los delitos contra las mujeres, que no son algo del espacio privado sino que son hechos que nos conciernen a todos y son del espacio público. Que por esto no se puede naturalizar. 2. Reconociendo las costumbres, las enseñanzas, herencias, traumas históricos, silencios heredados que naturalizan estas acciones en la sociedad. 3. Fortaleciendo la fraternidad y la solidaridad con las mujeres victimas por parte tanto de mujeres como de hombres cuando se presente cualquier tipo de violencia: Psicológica, física, sexual, ritual. 4. Generar y fortalecer dispositivos de atención y de apoyo de alta calidad para las mujeres. 5. Llamando las cosas por su nombre: los daños y los tipos de delito y no explicar o justificar estos delitos como cometidos por personas "enfermas", "adictas al amor" , "que tiene problemas" ... etc si es obvio pero además de todo eso es DELITO. 6. Hablar de violencia al interior de la familia y no de violencia "intrafamiliar". 7. Fortalecer organizaciones grupos de apoyo y consejerias para mujeres victimas de violencia en especial violencia sexual y otras con especial énfasis en el marco del conflicto armado. 8. Educando e informando sobre los ciclos de violencia e invirtiendo seriamente en prevención. 9. Apoyando todo tipo de iniciativas de salud convencionales y alternativas. 10. Apoyando iniciativas comunitarias programas y servicios locales. 11. Invirtiendo en investigación sobre conocimientos ancestrales y saberes tradicionales de comunidades indígenas sobre la medicina y la salud de la mujer.