Definitivamente en turismo. Caquetá es un departamento que tiene un enorme potencial en ese frente y el conflicto hizo que por muchos años no pudiéramos aprovecharlo. ¿Se imagina hacer recorridos en ferry por nuestros ríos para que la gente conozca las cascadas que tenemos en lugares como Doncello o San José del Fragua? Si invertimos en eso vamos a darle un vuelco a la región.

Yo los invertiría en la recuperación de la Amazonía, porque con la salida de la insurgencia, necesitamos inversión en la región sobre todo por los efectos que eso tiene en el cambio climático. La deforestación en Caquetá está afectando el régimen de lluvias del Huila.

Los invertiría en hacer que los profesores comprendan más los procesos que vivimos actualmente para que puedan formar a sus alumnos en el futuro que enfrentamos. Uno ve los profesores no tienen mucha comprensión sobre los procesos que viven en sus localidades, sobre todo aquí en Neiva. Hay que entrenarlos para que sepan leer mejor su entorno.

Invertiría los cien pesos en creer en la paz porque es una oportunidad de futuro. Es un momento histórico y la posibilidad de imaginarnos diferentes es algo que si no asumimos desde ahora, podemos perder.

Los cien pesos quedarían bien invertidos en saneamiento ambiental. Necesitamos que haya mejores plantas de tratamiento de las agua y de los residuos, porque con eso resolveríamos buena parte de la salud de esta región.

Impulsar el turismo porque creo que en el sur del departamento está descuidado por el gobierno nacional. En el Huila hay muchas opciones de impulsar el sector, sobre todo en lugares como el parque natural Cueva de los Guácharos, el parque arqueológico de San Agustín o el Salto de Bordones en el parque natural Puracé.

Dividiría los cien en fortalecer a las organizaciones sociales (cooperativas campesinas), fortalecer proyectos productivos, en la industrialización de leche y carne, en sustitución de cultivos, en formación política para jóvenes, en vías y en educación rural alternativa.

Educación rural con enfasis en la cosnervación del territorio, recuperación y protección de ecosistemas claves y fortalecimiento de las organizaciones sociales

Las prioridades en el sur del país son el fortalecimiento organizacional y productivo de los campesinos e indígenas que han sufrido la guerra y que hoy deben ser motores de paz. Así que invertiría el 50% en el fortalecimiento organizativo para la exigibilidad de sus derechos, y el 50% inversión para lograr su desarrollo productivo de manera armónica con el uso racional de los recursos naturaless.