Yo creo que el primer reto de la JEP es ganar mayor visibilidad en la sociedad, que la sociedad sepa cómo va a funcionar, cuáles son sus tareas, cuál es su mandato y que no la tenga olvidada, pesar de la tarea que han hecho los medios. El segundo reto es mostrar un ritmo. Hay 7.932 casos postulados, que es un grupo importante que representa procesos penales de crímenes graves. Es necesario que muestre resultados. El reto para el primer año de la JEP es mostrar por lo menos que los jefes de las Farc se presenten. El país está a la expectativa de que vayan y pongan la cara y asuman la responsabilidad. Es importante para mostrar que no hay impunidad y hacer creíble la justicia. También se enfrenta a ser capaz de comunicar sus logros, no solo de hacerlos. Esta no es sólo tarea de la JEP, sino de los medios de darle voz. Por último, el reto es si efectivamente van terceros de voluntarios que fueron excluidos de la normatividad, y probar si efectivamente van apareciendo o no por cuenta propia.

Creo que el primer reto es superar y hacer conciencia del déficit de legitimidad con el que va a operar la JEP. No hay que olvidar que el punto de justicia fue uno de los más polémicos, probablemente el más, del Acuerdo. Los magistrados no deben olvidar que el Acuerdo fue derrotado en las urnas con el Plebiscito y que estamos en un entorno político que no es exactamente favorable a la implementación de los Acuerdos en su conjunto. Sería una mirada muy optimista el pensar que si uno comienza a sumar partidos, las elecciones del domingo son positivas para la implementación. El gran reto es darse cuenta que tiene un mandato legal, pero que esa legalidad no está acompañada de una legitimidad similar. Necesitan ganarse la confianza de varios sectores de la sociedad para que puedan desarrollar su tarea. Es un reto de tipo político, donde la JEP en su capacidad como cuerpo y magistrados de comunicarse con la sociedad y hacer relaciones. Depende también de quién sea el próximo presidente y cuál va a ser la coalición gobernante. Al ser este un país tan presidencialista, la relación con el ejecutivo es imprescindible por más de que se hable de la independencia del sector judicial y del respaldo internacional, es crucial esa relación con el gobierno.

La JEP hace parte del Acuerdo de Victimas que es la espina dorsal del Acuerdo Final. Fue uno de los puntos más debatidos entre el Gobierno y las FARC durante las negociaciones, y quizás, el más controvertido por los colombianos antes y después del Plebiscito del 2 de octubre de 2016. También, es el componente del Acuerdo Final más difícil de entender y de explicar. Por ello, para mi hay dos retos inmediatos, además de los muchos que irán surgiendo por el camino. El primero, es que se haga una pedagogía intensa sobre lo que es la JEP, sus objetivos y su alcance. Esta debe hacerse de manera inmediata para que sus decisiones sean legítimas ante los colombianos. El segundo, es que los primeros casos y decisiones que escoja y adjudique la JEP, sean altamente simbólicos y efectivos. Me explico: la JEP tiene que demostrar rápidamente que los mayores responsables de los crímenes de lesa humanidad no quedaran en la memoria de las víctimas, ni en los archivos de la JEP; pero que tampoco, se cometerán arbitrariedades, por el afán de mostrar resultados. En síntesis, la JEP debe lograr un balance entre la eficacia y la imparcialidad.

Los retos fundamentales son lograr la confianza de la opinión pública. Que sean lo más eficientes en el sentido de empezar a resolver los casos con rapidez pero con calidad. Pero sobretodo resolver con rapidez para responder a los comentarios y las críticas de que los antiguos miembros de las Farc participen en política, antes de pasar por la JEP.

Me parece que la JEP se enfrenta a unos retos tremendos, pero confío plenamente en ella. Merece la confianza de la ciudadanía, y hay que ayudar a que esos retos se cumplan y se enfrenten.Tiene todavía dificultades administrativas y legales. Falta todavía pasar una ley en el Congreso, donde hay los principales bloqueos a la justicia transicional, y concretar temas jurídicos por definir como el reglamento interno y las sanciones, que ha sido el tema más polémico. Debe priorizar para establecer los delitos más graves que es lo más importante.

La Jep tiene la expectativa y esperanza de ser una verdadera reivindicación de la justicia en amplios sectores de Colombia. El reto es refundar credibilidad en el aparato judicial en el país. Su gran reto es encontrar la verdad. La dificultad a la que se enfrenta es la paquidermia del establecimiento y los sectores de la ultraderecha y la izquierda radical que han manejado, orientado y conducido las investigaciones con turbios intereses y que impiden y han impedido que la justicia encuentre verdades.