¿Cómo ven la llegada de Torrijos al Centro Nacional de Memoria Histórica?

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César Castaño, Capitán (r)
César Castaño, Capitán (r)

Aunque no soy su amigo, lo conozco por haber trabajado con él varias veces. Vicente es un tipo serio, equilibrado y profesional. Tiene un recorrido académico muy interesante. Conocí su talante frente a la memoria histórica, en La Habana; durante su participación en la Mesa dio muy buenas recomendaciones; nunca le he escuchado una opinión o un pronunciamiento radical, fundamentalista o pasional: es un profesional muy equilibrado. Además, tiene la virtud de escuchar, es un hombre sensato. Como cualquier profesional, especialmente aquellos que se mueven en la academia, tiene posiciones políticas frente a distintos temas, que algunos gustarán y a otros no. No se puede caer en prejuicios, Torrijos es un analista objetivo, no sesgado ni fundamentalista, mucho menos radical. Por último, creo que una vez llegue a dirigir el Centro de Memoria puede hacer un gran trabajo, Torrijos ha estudiado el Conflicto y puede hacer una gran labor en ese cargo. Además, el CNMH es una institución sólida, fuerte, el trabajo que ha venido adelantando en estos años habla por sí solo, es un esfuerzo muy importante. La llegada de Vicente no será un sismo, como algunos pueden presagiar; más bien, puede aportar mucho a ese proceso desde la sensatez y el equilibrio.

Jorge Giraldo
Jorge Giraldo Ramírez

Torrijos es, en la academia, alguien reconocido más como un internacionalista y por la investigación y el análisis que ha hecho en ese campo. Desde ese punto, no parece que su perfil sea el más indicado para apropiarse de los temas de memoria, no es especializado en esa área. Y, aunque la memoria no es un área de conocimiento, sí se aborda desde una interdisciplinariedad en la que otras personas tienen mucho más bagaje, formación profesional y experiencia más afines. El perfil de Vicente no se acomoda mucho al que uno esperaría como especializado para dirigir el CNMH. Además, dentro de sus publicaciones, se ha destacado los aportes que hizo en la Comisión Histórica del Conflicto, en la que compartimos labores: su informe fue uno de los que menos dialogaba con el trabajo de los demás comisionados. Ahora, aunque él tiene una trayectoria académica muy respetable, no se ha destacado en el estudio de las ciencias sociales, se le reconoce más en otras áreas, como la política y las relaciones internacionales. Eso, podría quitarle, en su nuevo cargo, capacidad de interlocución con algunos sectores de la sociedad, especialmente la academia de esas áreas, que resultan indispensables para el trabajo que el Centro ha venido haciendo. Nómbrese a quien se nombre, el nombramiento frente a quien escribe la historia siempre generará polémica. Sin embargo, no creo que el trabajo ya hecho por el CNMH esté en riesgo por el nombramiento de un nuevo director. Ya lo hecho se ha venido entregando a la sociedad. Lo que sí, eventualmente, podría alterarse es la coordinación que haya entre el Centro y la Comisión de la Verdad-que en un corto plazo, le quitará protagonismo en el tema de memoria al CNMH-. No obstante, creo que, aunque, como dije, no parece ser el perfil más indicado para asumir el cargo, hay que darle un margen de tiempo para que muestre cuáles serían sus propuestas para desempeñarse en esa labor de cierre de la memoria histórica.

*Este es un espacio de opinión y debate. Los contenidos reflejan únicamente la opinión personal de sus autores y no compromete el de La Silla Vacía ni a sus patrocinadores.

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