¿El Congreso debería aprobar la moción de censura en contra de Botero?

Debate

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Alvaro Villarraga
Alvaro Villarraga

La moción de censura contra el Ministro de Defensa debería ser aprobada en la Cámara de Representantes en la medida que se acumulan múltiples asuntos de gravedad bajo su responsabilidad.

Desde el inicio de su gestión, Botero expresó opiniones claramente contrarias a la legitimidad y las garantías de las protestas sociales, lo cual, en posteriores declaraciones y comunicaciones del ministerio a su cago, se ha acompañado de señalamientos estigmatizantes en contra de los liderazgos sociales, incluso en términos de considerarlos relacionados con grupos armados ilegales.

La reacción del ministro ante los hechos de captura ilegal, maltratos que pudieron constituir tortura y asesinato extrajudicial del ex integrante de las Farc, Dimar Torres, fue la de desconocer lo sucedido.

Hechos que involucraron a la estructura militar responsable, no solo en la ejecución extrajudicial sino en el ocultamiento que se pretendió del cadáver y en la negación que se hizo ante los pobladores que exigieron en el lugar de los hechos aclaración de lo sucedido por parte de los militares.

Guillermo Botero, con sus declaraciones, ignoró esta grave situación. En vez de comunicarle a la ciudadanía, como correspondía, una decisión de investigación interna, la actuación de los organismos judiciales correspondientes justificó las responsabilidades existentes, encubrió las violaciones que se hicieron manifiestas y de manera grave señaló a la víctima como supuesta responsable a través de un forcejeo sin fundamento existente.

Adicionalmente, ante la alarmante denuncia del New York times sobre restablecimiento de indicadores de eficacia militar en el plan 2019 del ejército, incluyendo de nuevo exigencias de bajas y disminuyendo los estándares de protección de la población civil, lo que ocasionaría nuevamente un dispositivo oficial que posibilitaria ejecuciones extrajudiciales, existe una grave responsabilidad política en cabeza del Ministerio de Defensa y de los propios comandos de las Fuerzas Militares y del ejército, que debe ser esclarecida.

A todo esto, se suma de manera general la evidencia de un talante político, jurídico y quizás ético, en la misma línea de los derechos humanos y del derecho humanitario, que no corresponden al cargo que ostenta.

César Niño
César Niño

Antes de responder la pregunta, resulta necesario resaltar que las mociones de censura sirven, en sí mismas, para hacer control político a los ministros. Son, básicamente, mociones para evaluar la función y participación de estos.

La forma en que esta figura funciona es la siguiente: posteriormente a que se proponga la moción, se debe desarrollar una sesión, bien sea con la totalidad del Senado o de la Cámara de Representantes, en la cual se expongan las actuaciones por las cuales es cuestionado el ministro, y en la cual el alto funcionario tenga la posibilidad de hacer sus descargos a las acusaciones.

Entre 3 y 10 días después de esta sesión, tendrá lugar la votación de la moción de censura. Para ser considerada aprobada, la votación deberá lograr mayoría absoluta en la cámara que sea tramitada y, en caso de ser rechazada, el alto funcionario no podrá volver a ser citado por los mismos hechos, a menos que se encuentren nuevos acontecimientos relacionados.

En Colombia, las mociones de censura se han caracterizado por no prosperar. 

Un ejemplo de esto son los intentos de moción de censura que se intentaron realizar a 3 ministros diferentes durante el gobierno de Samper (Horacio Serpa, Ministro del Interior; Saulo Arboleda, Ministro de Comunicaciones y Carlos Hernán López, Ministro de Transporte). Por mencionar solo un gobierno, puesto que esta figura ha estado presente en los gobiernos de César Gaviria, Andrés Pastrana, Álvaro Uribe (los dos términos), y Juan Manuel Santos. 

Si la moción prospera en este caso, será un precedente interesante en la medida que más allá de representar un diálogo político, podría significar una crisis de gobernabilidad.

Para el caso puntual de Guillermo Botero hay muchas interpretaciones en materia de su cargo y cartera. Además, hay que tener en cuenta la coyuntura nacional: la seguridad es central en la agenda gubernamental y hay sospechas de ejecuciones extrajudiciales.

No obstante, si debería o no pasar la moción, es algo que debe estudiarse teniendo en cuenta todas las posibilidades y las implicaciones de la misma, más allá de si nos gusta o no el Ministro de Defensa o de si la opinión pública lo favorece o no. 

Para esto es necesario que tener en cuenta varios factores: primero, la eficacia y eficiencia de sus decisiones en la cartera de defensa. Segundo, si el país está mejor o no desde su posesión y cuáles han sido sus resultados en términos políticos y éticos. Adicionalmente, sería interesante que los congresistas pudieran preguntarle al ministro qué entiende por defensa y seguridad nacional, puesto que, personalmente considero que, a partir de sus decisiones, no parece saber qué es lo uno ni lo otro.

José Obdulio Espejo Muñoz
José Obdulio Espejo Muñoz

La designación de un civil para la cartera de Defensa puede interpretarse como una muestra del carácter civilista y democrático de nuestra Fuerza Publica. Si bien esto constituye un avance en la esfera política, es a la vez un retroceso en la conducción operacional, pues no se espera que un ministro civil conozca los intringulis del arte militar.

Son, entonces, entendibles los desaciertos del ministro Botero en algunos aspectos coyunturales de la situación de seguridad del país, especialmente al apresurarse a entregar declaraciones a los medios de comunicación sobre las circunstancias que rodearon la muerte de Dimar Torres. 

En este contexto, la izquierda parlamentaria pretende adjudicarse un éxito al promover la moción de censura por este caso y por las conjeturas del artículo del New York Times sobre las órdenes del comandante del Ejército. Un hecho que está dentro de la lógica de la arena política, máxime cuando la izquierda sufrió una aplastante derrota en su intención de frenar el ascenso del general Martínez Espinel.

El ministro Botero debe tener la oportunidad de demostrar su capacidad en el sector Defensa como lo ha hecho en la empresa privada. Démosle tiempo.

Perfil
Anonimo

Independientemente de si se aprueba o no la moción de censura en contra del Ministro Botero, el saldo de este debate ya es muy positivo, en la medida que dicha moción de censura refuerza el respeto por los Derechos Humanos y evidencia las omisiones que han venido ocurriendo.

La moción de censura se entiende como un llamado de atención a la gestión del ministro no a las fuerzas militares, prende las alarmas sobre las consecuencias de las acciones erráticas de Botero no de la legitimidad de nuestros militares. Esto obliga, por lo menos conceptualmente, a que se tomen acciones en el asunto.

Lo que hoy también observamos es la falta de una capacidad técnica y un apoyo fuerte por parte de los asesores y equipo de trabajo del Ministro. Por el bien del Ministerio y la seguridad de Colombia, si el Ministro decide no renunciar al menos debería revisar las deficiencias de su equipo de trabajo, estos son los errores no de una sino de muchas personas.

*Este es un espacio de opinión y debate. Los contenidos reflejan únicamente la opinión personal de sus autores y no compromete el de La Silla Vacía ni a sus patrocinadores.

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