Es una propuesta interesante porque da cuenta de cambios de estrategia en el feminismo. En el video se habla de temas que han estado siempre en la agenda feminista, pero la manera como los temas se posicionan ha ido cambiando. Este es un ejemplo de cómo las jóvenes lo hacen de manera muy creativa. Tienen una capacidad estética y artística que le da una nueva mirada, y eso es muy importante. 

Entonces me parece muy importante que las nuevas generaciones le dan nuevas caras y nuevas puestas en escena a temas que siempre han estado en la agenda. 

La reacción que ha generado es parte de una cultura que pone en el centro a los hombre y sus necesidades. La violación sexual hace parte de esa cultura. El video, entonces, no dice que todos los hombres son unos violadores, pero sí reconoce que la mayoría de mujeres han sido víctimas. 

En redes además, se han mostrado las maneras como las mujeres han enfrentado el abuso, no son solamente por parte de extraños, sino tambén por parte de familiares. Eso también es parte del debate y de lo que ha generado el video, lo que hace esta performance es poner en debate público este tema que está tan generalizado y que es tan tabú y en eso radica la potencia. En ese sentido ha sido muy efectivo, es un problema que se tiene que decir directamente. 

En la actualidad hay una emergencia de una voz potente, cada vez más nos estamos dando cuenta que llevamos siglos padeciendo violencias asociadas a la violación. Son cosas casi que son invisibles, como micro machismos y violencias que hemos naturalizado por mucho tiempo. Hemos puesto en la escena de lo público el no querer más, decir que el sistema también está involucrado, y decir que con las maneras que tenemos de ser hombre y de ser mujer, se han perpetuado muchas violencias.

Pero un problema que yo le veo al performance es que yo no creo que todos los hombres sean violadores ni maltratadores, ni creo que todos comparten esa forma de ser en la cultura. Y tampoco creo que todas las mujeres reproduzcan estructuras violentas.

Las del video son afirmaciones fuertes y válidas, pero también hay que reconocer que hay hombres en nuestros movimientos que no son así. Es muy importante, pero me preocupa porque creo que es muy fácil caer en un radicalismo. Y entiendo que 

después de años de ser violentada, es entendible que pasen cosas así. Pero cuando se radicaliza también se divide. Entonces hay que tener en cuenta ambas cosas, me encanta, pero también es un llamado al cuidado de las formas.

Yo creo que la letra de la canción le pone voz a una cantidad de historias que desafortunadamente se volvieron cotidianas. Una de las cosas que mas me ha impactado es la cantidad de denuncias que han surgido con el video.

También he visto que varios hombre también han cuestionado su masculinidad tóxica gracias al video. Y esto es clave porque la estructura machista de nuestra sociedad sí es algo que está generalizado y los hombres no se pueden hacer los ciegos al respecto. Vivimos en una sociedad que maltrata al que no sea hombre hegemónicamente,y yo sí creo que el video hace esa denuncia. Quererlo negar me parece miope

Además el ritmo, la letra y la melodía me parece que es algo muy latinoamericano, eso me gusta. Esto ha permitido que el mensaje sea muy efectivo, muchas mujeres han podido denunciar usando la letra de la canción. Les dio la voz y las palabras adecuadas. Midamos la efectividad del movimiento en cómo ha roto el silencio. 

El acto público, que se ha hecho ademas internacional, de "Un violador en tu camino" muestra para empezar, tres cosas importantes.

Lo primero es que el feminismo sigue apelando a formas creativas de plantear las discusiones públicas: valiéndose del cuerpo y de simbología. Además, ha calado principalmente en chicas jóvenes, siendo la violencia y el acoso sexual un riesgo de todas las mujeres en todas las edades. 

Lo segundo es que ratifica este carácter internacional que ha adquirido el feminismo porque sin estructuras formales y de manera espontánea se replicó, con muy buenos resultados en distintas ciudades de todo el mundo.  Además pudo ser adaptado a esos contextos.

Y, lo tercero, es que aunque esta expresión a recibido críticas, sí lorga su propósito de plantear la discusión pública sobre la responsabilidad estatal y de sujetos particulares en la violencia y el acoso sexual. Después de estas actuaciones públicas lo público ha seguido creciendo, por ejemplo, con las denuncias o con las expresiones públicas que han hecho mujeres en redes sociales, de lo que han vivido. 

Solo por eso, por quitar la mordaza, por permitir hablar de manera clara y sentir sororidad al rededor de esas expresiones, creo que vale la pena

A mi me encanta. Es una manera muy sencilla de comunicar cómo nos afecta la violencia: cuenta cómo, quién. Porque el sistema patriarcal es todo, y nos afecta prácticamente en todos los aspectos de la vida. 

La viralidad del video se dio porque muchas mujeres se sienten identificadas: las mujeres que sufren violencia desde chiquitas, en el trabajo, en la calle, en todas partes. 

Es algo muy real y muy invisibilizado y que lo pueda hablar y cantar puedo cantar sin problema me parece muy importante. 

Además me parece muy bonito que esté incomodado, porque al menos se está abriendo la discusión. Cuando los hombres dicen que no son todos, pues de pronto sí lo eres si haces un piropo no deseado en la calle, o si compartes videos de mujeres sin su consentimiento.  

Así todos los hombres no sean unos violadores, si lo son la mayoría. Pero lo que evidencia es que son violencias que están muy normalizadas y so cosas con las que muchas nos identificamos.

“Un violador en tu camino” es una intervención que se toma uno de los espacios que en la cotidianidad nos ha estado prohibido a las mujeres en una ciudad patriarcal: la calle. En eso radica su poder. Se trata, además, de una demostración tangible de la forma en que las mujeres nos estamos tomando los espacios virtuales para reunirnos (primero virtual y luego físicamente) para reclamar nuestro derecho a ocupar todo tipo de espacios públicos y políticos sin tener que soportar la violencia sexual y el acoso. Históricamente, la mujer ha estado relegada al hogar, no solo por la división machista de lo público como masculino y lo doméstico como femenino sino porque en nuestras sociedades las calles son y han sido espacios peligrosos para nosotras. Las redes y las telecomunicaciones se han convertido hoy en lugares de resistencia, de encuentro y, por lo tanto, de solidaridad y resistencia colectiva en las que podemos encontrarnos porque la calle es hostil pero, sobre todo, para denunciar esa hostilidad y construir formas de combatirla. Pero, además, conforme cada mujer toma de esta expresión colectiva la valentía para hacer su propia denuncia, se revela la tensión en el corazón de todo esto. Que no se trata solo de encontrarnos en la calle y reclamar nuestro derecho al espacio público. Se trata de que para una aberrante mayoría de nosotras, esa historia de abuso que hoy nos congrega a todas, que es nuestro punto común de partida, sucedió en la “seguridad” de nuestros propios hogares. Que cuando muchas cantan “el violador eres tú” lo hacen señalando a padres y padrastros, hermanos y hermanastros, abuelos, tíos, amigos del papá, parejas y ex parejas, el médico de la familia, el cura del pueblo o del barrio. Quienes han leído el performance como una acusación colectiva contra todos y cada uno de los hombres del mundo, caen en la más clásica equivocación y tergiversación del mensaje feminista contra la violencia sexual y de género. El baboso “no todos los hombres” es el escudo del ciego que no quiere ver. Este performance nos obliga a confrontar al elefante invisible parqueado en la sala de la casa: que hay una cultura y un sistema que le ha hecho creer a los hombres que tienen derecho sobre el cuerpo de las mujeres y las niñas. Que ese mismo sistema protege a los individuos que comenten abusos y violaciones. Que las pocas veces en que se denuncia esta violencia, la policía y los jueces y el estado revictimizan y calumnian a las víctimas mientras justifican o invisibilizan el actuar de los victimarios. Que en países con gobiernos como el nuestro o como el de Chile, son las propias autoridades las que muchas veces cometen directamente abusos y violaciones. Y que en una cultura machista y patriarcal todas las personas, pero en especial los hombres en sus pactos de varones contribuyen, algunos de formas más evidentes que otros, al encubrimiento de estos crímenes mediante el silencio o la indiferencia. https://sietepolas.com/2019/12/04/el-paro-nacional-y-el-performance-un-violador-en-tu-camino-una-historia-de-amor-en-cuatro-partes/

“Un violador en tu camino” es un performance estridente y poderoso. Surgió en Chile como una apuesta artística que corea el himno del carabinero, y simula algunas posiciones corporales que les hacían adoptar a las mujeres durante la dictadura, y otras que expresan denuncia y libertad. Se trata de una excelente combinación de teoría feminista, arte y afirmación de autonomía en nuestros cuerpos-territorio, nuestros cuerpos-grito, que invita; porque es pegajoso, e incomoda; porque sus palabras cobran sentido más allá del tarareo; pues te hace caer en cuenta. Así que el mundo cayó en cuenta de que ninguna mujer víctima de violación tiene la culpa y de que el violador no es el único culpable; son los jueces, el Estado y la sociedad patriarcal. El patriarcado ha respondido melindrosamente, acusando a las mujeres de generalizar, de promover el odio hacia los hombres “porque no todos son violadores”. Bueno, lo son los suficientes como para que todas las mujeres tengamos miedo. La frágil masculinidad hace que los hombres reaccionen pidiendo comprensión y respeto, cuando nosotras estamos pidiendo que dejen de violarnos y asesinarnos. Las coreografías nunca han matado a nadie, la violencia feminicida sí, ¡así que sigamos cantando!...