José Eduardo Hernández, el empresario de los taxis, es un super poderoso de Bogotá.
Nacido en La Uvita (Boyacá), su vida como empresario comenzó cuando conoció a su socio Uldarico Peña. Hernández, que venía de una familia conservadora de clase media, Los dos fueron taxistas y revolucionaron el sistema taxista de Bogotá: fueron los creadores de la primera central telefónica para pedir taxis.
Inicialmente era una línea telefónica cualquiera, que manejaba la hija de Peña, y con tres taxis. En 1986 consiguieron que el difunto Intra les diera una licencia para operar como empresa, pero les exigía tener 200 taxis afiliados al cabo de un año. Tenían solo 50 pero se arriesgaron. decidieron regalar la afiliación y en seis meses consiguieron los 200.
Al año siguiente lograron que la ETB les diera una línea privilegiada, el 2111111, y montaron una verdadera central telefónica con 20 operadoras.
Ahí comenzó su poder empresarial que ha llevado a Peña y Hernández a convertirse en los empresarios de taxis más grandes de la ciudad. Tienen varias empresas que agrupan a unos 35 mil taxis, entre afiliados y propios, lo que quiere decir que manejan cerca de la mitad de los taxis que corren por la ciudad. Y el Centro Comercial Carrera, especializado en servicios para los taxistas.
Su poder radica en que, si así lo decidieran, en minutos podrían bloquear a Bogotá, como lo hicieron durante el gobierno Mockus, o conseguir una cita con el alcalde.
Uldarico es la cara más mediática y política del negocio, pero dos fuentes conocedoras de ese sector le dijeron a La Silla que Hernández es el que manda.
Después de haber dejado la carrera de ingeniería en la Javeriana a principios de los años setenta, en 2002 entró a esa misma universidad Peña a estudiar Administración de Empresas. Ese mismo año tuvo una ‘palomita’ en el Senado, que repitió entre 2005 y 2006, pues era el segundo renglón del senador conservador Guillermo Chávez Cristancho.