Ramón De Jesús Jesurún Franco es un dirigente deportivo y empresario colombiano. Desde noviembre el 2015 es presidente de la Federación Colombiana de Fútbol (FCF), y un año después se convirtió en el vicepresidente de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol).
Ramón, como se lo conoce en el mundo futbolero, nació el 30 de noviembre de 1952 en Barranquilla. Como estudiante de Administración de Empresas de la Universidad del Norte fue jugador de baloncesto, y más adelante terminó vinculado al fútbol.
Estuvo al frente de la Corporación Financiera de Transporte de Barranquilla (CFT), una entidad pública que era fortín burocrático del entonces senador liberal Pedro Martín Leyes y su colega conservador Próspero 'Pipo' Carbonell McCausland. Este último recomendó a Jesurum para gerenciar esa entidad.
En 1993, estando en la CFT, la Fiscalía ordenó su detención por presuntos manejos irregulares. Pero, según le dijo a La Silla, fue absuelto porque “no había absolutamente nada irregular en mi actuación”.
Con su reconocida habilidad, Jesurún supo aprovechar su espacio en la alta sociedad barranquillera.
Desde 1998 es presidente del Comité de Belleza, el que escoge las candidatas al Reinado Nacional de Cartagena; al cual entró por recomendación de Ethel De la Peña de Martínez Aparicio. De hecho su hija, Laura Jesurún, fue reina del Atlántico en 2010.
Fue gerente general en la Lotería del Atlántico como cuota de Fuad Char, patriarca del super poderoso clan Char y cabeza del Grupo Empresarial Olímpica, quién por ese entonces empezó su carrera política como Gobernador del Atlántico.
Desde entonces Fuad y Jesurum son amigos, y fue este quien lo vinculó al Club Atlético Junior, club que también pertenece al clan Char, en 1994. Primero estuvo en la junta directiva y dos años más tarde asumió la Presidencia del Club hasta 1997.
Ascendió por varios puestos directivos del fútbol hasta llegar a ser el presidente de la Dimayor, en 2006 hasta 2015; un puesto que es elegido por los presidentes de los clubes de la liga profesional.
Dos directivos que hicieron parte de su elección le contaron a La Silla que Jesurún sumó poder por mérito propio, en una designación reñida que ganó por solo un voto.
Su paso a la presidencia de la Federación Colombiana de Fútbol se dio en el 2015, por gracia de otro escándalo de corrupción. Ese año estalló el ‘Fifagate’ y Jorge Bedoya dejó ese puesto vacante luego de ser acusado por la Fiscalía de Estados Unidos de recibir sobornos.
El 6 julio de 2020, la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) lo sancionó con una multimillonaria multa a él, a varios directivos y a la misma FCF, por su participación en un cartel de reventa de boletas para el mundial de Rusia 2018.
La investigación de la SIC, producto de la delación de uno de los socios corruptos del cartel, generó abundante evidencia sobre posibles delitos y malos manejos gerenciales de parte de Jesurún.
Pero en la Fiscalía el caso ni siquiera ha generado una investigación formal (sigue en etapa preliminar) contra los directivos de la Federación, y la investigación interna de la FCF, pedida por el Ministro del Deporte, hasta ahora no avanza.
Dos directivos actuales nos contaron por separado, bajo la condición de no ser citados, que esa decisión no motivó ninguna reacción interna pese a sus implicaciones.
“En asambleas de la Dimayor a la que asiste Jesurún porque tiene un puesto en ella, él nos explicó que es inocente y que va a pelear esa decisión. Nosotros le creemos y hay un respaldo muy grande”, explicó uno de esos directivos.
En efecto, Jesurún le confirmó a La Silla que una vez la decisión quedó en firme demandó la nulidad del fallo en el Tribunal Administrativo de Cundinamarca. El fallo puede tardar varios años.
Que su relación con los clubes y las ligas no haya sufrido desgaste es clave, porque ellos son los encargados de nombrar a los miembros de la Comisión de Disciplina de la Federación, encargada de revisar las actuaciones de directivos y puede incluso removerlos del cargo.
La decisión de la SIC sobre la Federación fue un golpe más que suficiente para que internamente le pidieran a Jesurún irse. Pero su permanencia en el cargo internamente no está en discusión.