Corte Constitucional tumba la licitación de las basuras en Cali y le da la razón a los recicladores

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Los recicladores de Cali se anotaron hoy un gol sin precedentes: la Corte Constitucional falló a favor de ellos una tutela interpuesta hace varios meses para bloquear la concesión del servicio de recolección de basura en la capital valluna.

 

 

 

La Corte Constitucional desde hace ya varios años se ha convertido en la mejor aliada de los recicladores de basura.

Los recicladores de Cali se anotaron hoy un gol sin precedentes: la Corte Constitucional falló a favor de ellos una tutela interpuesta hace varios meses para bloquear la concesión del servicio de recolección de basura en la capital valluna.


La Corte ordenó la suspensión de la convocatoria del contrato de aseo por tres meses hasta que Emsirva reformule la licitación para permitir la participación de los recicladores como empresarios asociados.

Esta sentencia de la Sala II de Revisión de Tutela, con una ponencia de la magistrada encargada Clara Elena Reales y firmada además por los magistrados Gabriel Eduardo Mendoza y Luis Ernesto Vargas, le dio la razón a los recicladores del relleno de Navarro quienes argumentaron que con el cierre del vertedero de residuos su derecho fundamental a una vida digna había sido violado.

“Esta participación no puede ser estimulada buscando sólo su incorporación como empleados sino que debe contemplar la posibilidad de que puedan continuar su desempeño como empresarios de la basura”, resuelve el fallo. “En ningún caso los recicladores de Navarro y los llamados recicladores de calle pueden quedar completamente excluidos de la actividad de aprovechamiento de residuos”.

 







Estas son algunas de las órdenes de la sentencia:
  • Las convocatorias futuras que se realicen para la recolección de basuras y el reciclaje en Cali deberán privilegiar la calidad de empresarios autónomos de los recicladores.
  • Se debe adoptar como criterio de puntuación de la futura licitación de basuras y reciclaje de Cali la inclusión de recicladores sobre todo cuando favorezcan formas asociativas empresariales.
  • Incluir a los recicladores de la ciudad en los programas de salud y vivienda de la Alcaldía.



La historia

 

La historia que condujo a este fallo arrancó en 1976, cuando comenzó a operar el basurero de Navarro convirtiéndose en fuente de sustento de unas 600 familias.

Desde 1999, la Corporación Autónoma del Valle había ordenado cerrar este botadero por el riesgo que implicaba para la salud de los caleños el botar 1.800 toneladas diarias de basura a pocos kilómetros del río Cauca, que surte de agua a buena parte de la ciudad.

Pese a que tuvieron casi una década para planearlo y que el Plan de Gestión de Residuos Sólidos (PGIRS) contemplaba que la ciudad integrara a los recicladores como parte integral del proceso de recolección de basuras de Cali, cuando finalmente se cerró el Basuro de Navarro el 25 de junio de 2008 se hizo de manera abrupta, dejando en la calle a las familias que vivían de hacer separación de residuos en el botadero.

En el nuevo relleno sanitario de Yotoco adjudicado a la empresa Interaseo, del antioqueño William Vélez, los recicladores no tienen acceso.

“El alcalde señaló que lo abrupto del cierre exigía un plan de manejo social y ambiental”, explicó a La Silla Vacía Jesús Darío González, director encargado del Departamento Administrativo de Gestión del Medio Ambiente (Dagma).

Dos semanas antes del cierre, la CVC, la empresa pública de aseo de la ciudad Emsirva y la Alcaldía se reunieron con los recicladores del botadero y les ofrecieron un apoyo de emergencia.

Como no cumplieron, los recicladores se tomaron la Iglesia de la Ermita y sólo salieron de allí cuando el municipio les ofreció trabajo en la recolección de escombros y en tareas generales de aseo durante tres meses. Emsirva no cumplió. La Alcaldía sí lo hizo, pero sólo por un par de meses.

Luego, la Superintendente de Servicios Públicos Eva María Duarte y su agente especial para la intervención Susana Correa Botero estructuraron las concesiones de basura de toda la ciudad sin tener en cuenta los acuerdos realizados previamente con los recicladores y en contravía del Alcalde de la ciudad.

Las 600 familias de Navarro se quedaron no sólo sin la posibilidad de reciclar en el basurero sino que su labor de recolección de basura reciclable en toda la ciudad se dificultó con el cambio de horario de las rutas.

“Se cambió el recorrido de las rutas apenas iniciaron la concesión. Ahora lo hacen por la noche”, dijo a la Silla Vacía Espolito Murillo Aguirre, delegado nacional de los recicladores por el Valle del Cauca . “Yo trabajo hasta las 8 de la noche, pero no puedo trabajar hasta la una de la mañana porque se expone a que cualquiera haga con uno tiro al blanco.”

Con la asesoría de Civisol, una fundación dedicada a cambiar normas culturales y jurídicas que generan exclusión, los recicladores interpusieron demandas contra la decisión de la Superintendente.

El juez de primera instancia le dio la razón a EMSIRVA, que alegó que dado que no tenían ningua relación laboral ni contractual con los recicladores tampoco les podían endilgar ningún tipo de responsabilidad frente a ellos.

Los recicladores apelaron y ahora la Corte Constitucional revocó el fallo de los jueces anteriores y sentó una jurisprudencia que guiará de ahora en adelante el manejo de las basuras en Cali.

Así, usando las vías legales, los recicladores de Cali alcanzaron el objetivo que Murillo Aguirre se había propuesto con la demanda: “Que la Corte obligue a que nos tomen en cuenta como empresarios y nos coloque en una situación de igualdad de condiciones.”

Ahora solo falta que la sentencia no solo se acate, sino que se cumpla.

Esta sentencia, con una ponencia de la magistrada encargada Clara Elena Reales y firmada además por los magistrados Gabriel Eduardo Mendoza y Luis Ernesto Vargas, le dio la razón a los recicladores del relleno de Navarro quienes argumentaron que con el cierre del vertedero de residuos su derecho fundamental a una vida digna había sido violado.


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