En Bucaramanga, comandada por el liberalismo desde hace años, el poder de la Alcaldía está al servicio de las campañas del trapo rojo. Y la influencia del concejal Uriel Ortiz en la Secretaría de Educación del Municipio, el segundo botín más preciado después de la Secretaría de Infraestructura, es un buen reflejo de cómo se ejerce la política y se ganan elecciones en la capital santandereana.
Así se aprovechan los liberales de la Alcaldía en Bucaramanga
Bazar de candidatos liberales
En Bucaramanga, comandada por el liberalismo desde hace años, el poder de la Alcaldía está al servicio de las campañas del trapo rojo. Y la influencia del concejal Uriel Ortiz en la Secretaría de Educación del Municipio, el segundo botín más preciado después de la Secretaría de Infraestructura, es un buen reflejo de cómo se ejerce la política y se ganan elecciones en la capital santandereana.
La Silla se coló a un bazar organizado por el concejal, al que acudieron el candidato a la Alcaldía, Carlos Ibáñez; la cabeza de la lista roja a la Asamblea, Honorio Galvis, y la ficha a la Gobernación, Didier Tavera. Según el concejal, quien en 2011 fue la segunda votación al cabildo (6193 votos), concurrieron más de 4000 seguidores.
La Silla habló con muchos de los asistentes y una cantidad relevante eran familiares de contratistas del municipio y docentes de las escuelas públicas a los que Ortiz les consiguió puesto.
Fuentes que no asistieron pero que sí han trabajado en la Secretaría de Educación y en los colegios y conocen las movidas de Ortiz, nos confirmaron el poderío del concejal en este sector y cómo lo usa para mantener su caudal electoral.
El concejal no niega su influencia por más de “12 años de trabajo" en el cabildo, pero niega que imponga contratistas para alimentar su grupo político.
La maquinaria liberal
Los concejales de Bucaramanga son muy poderosos y, entre todos, los del Partido Liberal son los más influyentes. Su incidencia en la burocracia y la contratación del municipio pone muchos votos y es uno de los motores clave en la campaña liberal hacia la Alcaldía de la capital santandereana y la Gobernación de Santander. Hoy le están ayudando a Carlos Ibáñez para mantener el puesto del alcalde y a Didier Tavera para recuperar el Palacio Amarrillo que acoge al gobernador.
“Hay una parcelación de las Secretarías y los Institutos descentralizados… (Los concejales) son reyezuelos que comprometen al mandatario de turno”, le dijo a La Silla una fuente que trabajó en el gobierno actual, en cabeza del liberal Lucho Bohórquez.
Políticos y dirigentes locales que saben cómo se mueven las campañas, dos de los cuales hoy son directivos de la campaña de Ibáñez, ya le habían contado a La Silla que la maquinaria roja en la ciudad pasa por mover a los contratistas del municipio para que organicen y financien reuniones proselitistas y el día definitivo controlen y conduzcan los votos de su cuerda hasta las urnas.
Los que saben dicen que la maquinaria del liberalismo en Bucaramanga pone de base entre 40 y 60 mil votos a los candidatos del partido a la Gobernación y por supuesto a la Alcaldía.
El bazar y el "dueño" de la educación en el municipio
El domingo pasado, la Calle de los Estudiantes en la Ciudadela Real de Minas se llenó de gente desde por la mañana y hasta casi el fin de la tarde. Hubo música y baile, también comilona, juegos para niños y por supuesto desfile de candidatos y discursos proselitistas.
El anfitrión era el concejal Uriel Ortiz y junto a él, a la tarima, se subieron el candidato a la Alcaldía Carlos Ibáñez y el ex alcalde Honorio Galvis, quien encabeza la lista roja a la Asamblea de Santander. También concurrieron el ex gobernador y ex congresista Jorge Gómez Villamizar y el diputado Fernán Rueda Domínguez.
Por la tarde, aunque no se subió a la tarima, llegó el candidato a la Gobernación Didier Tavera, quien recorrió el bazar entre abrazos y fotos.
La propaganda de Ibáñez y Tavera estaba regada por el lugar.
La Silla se sentó a conversar con los asistentes, que departían entre cerveza, Old Parr, gaseosa, mute, lechona, cerdo a la cubana, hamburguesas y papas, y otros platos que se vendían y se servían.
Muchos estaban allí porque el “doctor Uriel” es de su barrio, del barrio La Joya, donde el concejal tiene a sus amigos y familiares y donde ejerce como cacique electoral. También concurrieron porque Ortiz les ayuda a financiar las primeras comuniones, los paseos de los abuelitos, los campeonatos de futbol y les festeja el día de los niños, el día de la madre, el día del adulto mayor y la navidad, no sólo durante el año de la campaña, sino siempre.
Otros llegaron porque el concejal Ortiz es el mandamás del sector educativo en la ciudad. Eran familiares (mamá, suegra, tía, hermana, abuela) de la Secretaría de Educación municipal, contratistas y docentes provisionales de escuelas públicas.
“En la Secretaría no se mueve una hoja sin el visto bueno del concejal”, nos dijo un ex contratista de esa dependencia.
“Para nadie es un secreto, desde hace muchos años se sabe que él tiene mucha influencia ahí…la mayoría de los contratistas de alguna manera le hacen trabajo político”, nos dijo otro ex trabajador de la Secretaría.
En el bazar La Silla habló con la mamá de un contratista y la esposa de otro, que fueron con amigos y familias, porque el trabajo a sus parientes se lo consiguió el concejal.
Fuera de los contratistas que trabajan directamente en la dependencia, al concejal Ortiz también le ayudan los docentes de colegios públicos que están supliendo una vacante y trabajan por contrato de prestación de servicios, en “provisionalidad”.
Así se lo confirmaron a La Silla tres asistentes al bazar que estaban con su grupo familiar, y cuatro fuentes independientes que conocen el sector, entre ellos dos docentes y un familiar de un profesor.
“Él coloca la Secretaría de Educación y determina los contratos como transporte y alimentación…Igualmente decide que maestros y directivos docentes ocupan las vacantes”, explica una persona que trabaja a institución educativa de la ciudad.
La secretaria de Educación del municipio, Carolina Rojas Pabón, de acuerdo a fuentes que conoce el sector, sería de la cuerda del concejal liberal.
Hoy en día la mayoría de las plazas de profesores son definidas por concurso, y esas no tienen padrino político, y de hecho eso le habría quitado peso político al concejal Ortiz, según una fuente conocedora. Pero por retiros definitivos o licencias temporales hay vacantes que suplen por un contrato de servicios y ahí entra a jugar el concejal que recomienda o sirve de palanca.
“Todos los provisionales son de Uriel Ortiz”, nos dijo una docente que ya es de carrera.
De acuerdo al familiar, a su mamá, que es profesora, le toca organizar y financiar reuniones para el concejal Ortiz pues él le consiguió trabajo y personas de equipo le llevan cuenta de su asistencia las convocatorias de Ortiz, incluyendo los bazares.
Tres fuentes distintas nos confirmaron que los profesores y los contratistas apadrinados por el concejal tienen que colaborar con la campaña, con reuniones propias y asistiendo a otros eventos para los cuales tienes que comprar bonos y apoyar la logística.
“Le dicen a uno que colabore poniendo las sillas o la lechona o la cerveza, o un postre, cualquier cosa. Si no puede poner nada entonces le toca trabajar durante el bazar, sirviendo comida o en el punto de pago o en algo pero una de las dos, además del bono que es obligatorio”, nos dijo un ex contratista de la Secretaría.
Según esta fuente los bonos dependen del sueldo del contratista y el mínimo es de 50 mil.
Una pariente de dos docentes que consiguieron el puesto por el concejal nos dijo que les tocaba ir para hacer presencia y ayudar a su familia. Y varias de las fuentes consultadas nos explicaron que el respaldo incluye apoyar a Uriel pero también a los candidatos rojos, como Ibáñez a la Alcaldía y Didier a la gobernación.
No todos reconocen que vayan obligados pero durante el evento La Silla presenció una situación muy diciente.
Fue una conversación entre dos personas, una de las cuales le aseguraba a la otra, vestida con camisa y sombrero ‘urielista’, que “sí había cumplido” mientras revisaban una lista de personas.
Ambos se dirigieron al puesto de pago del bazar y con una de las encargadas, revisaron nuevamente la lista. Al frente de cada nombre aparecían cinco renglones llenados a mano con número de cédula y firma. En la lista, pudo corroborar La Silla, había contratistas de la alcaldía.
Adicional a todo lo anterior, el concejal Ortiz también ejercería influencia entre los empleados de los grandes contratistas de la Secretaría de Educación, entre los que figuran la firma Ayudas y Suministros S.A – que maneja el Aseo de los colegios públicos – y la firma Detlhac Seguridad, encargada de los celadores de las escuelas.
En el bazar, durante el discurso, el concejal se refirió a ambas empresas y les agradeció su apoyo.
Además, las señoras encargadas del aseo del evento, que estaban con el uniforme de la firma Ayudas y Suministros S.A, le confirmaron a La Silla que su trabajo ese domingo no era pago sino una ayuda al concejal Ortiz.
Los contratos de aseo y seguridad han sido ambos cuestionados por falta de transparencia en la adjudicación, por el Comité Transparencia por Santander.
La Silla habló con el Concejal Uriel Ortiz y este aceptó su incidencia en la Alcaldía.
“Este es mi tercer periodo como concejal y uno adquiere mucha influencia de amistades…la gente lo busca a uno para que le consiga trabajo...y a mí me gusta ayudar a ubicarla”.
Según Ortiz, él les ayuda no sólo en el sector público sino también en el sector privado y que en cualquier caso no impone contratistas en la Secretaría de Educación ni les exige que le ayuden.
“(las reuniones) eso sale de la gratitud de la gente”, dice Ortiz quien además asegura que a los contratistas no les toca financiar reuniones ni poner plata obligados.
“Yo les busco los sitios donde hacer las reuniones, en mi sede, la de Carlos Ibáñez, la de Didier Tavera y ponemos los refrigerios…los bonos (del bazar) son consumibles y nos sirven para saber cuánta gente va ir y preparar lo de la comida, son como una preventa y hay de muchos valores…”
No todos los candidatos al Concejo, como sí Uriel Ortiz, tienen contratistas, docentes y familiares de estos para rellenar reuniones y recoger votos. Por eso, en Bucaramanga, los liberales, los concejales y sus fórmulas a la Alcaldía y a la Gobernación, arrancan con ventaja.