Campo Elías Terán: el fenónemo político cartagenero

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Si las cosas siguen como van, el próximo alcalde de Cartagena será Campo Elías Terán. Todavía no sabe si “el rey de la sintonía radial” va a recibir el aval de algún partido, si tiene el apoyo de alguno de los clanes políticos o si se irá por firmas. Pero él ya se siente ganador. Y mucha gente lo da por hecho.


Terán empieza la campaña con una ventaja en las encuestas de más de 40 puntos sobre sus rivales visibles. Esa popularidad es fruto de haber ayudado por muchos años a la gente a través de los micrófonos, y de la simpatía de quienes sienten que él es diferente a los políticos tradicionales.

Terán, un afrocolombiano de casi sesenta años y que no pertenece a la tradicional élite política, se ha convertido en la principal amenaza para el establecimiento político cartagenero. O por lo menos eso piensan algunos. Porque, para otros, es la carta tapada de la política tradicional.

 

“Yo me convertí en un ídolo de esa gente”


Terán ha convertido su micrófono en un instrumento de poder. Es el narrador de los partidos del Real Cartagena. De cinco a nueve de la mañana y luego al medio día, en La Cariñosa de RCN, tiene el muy popular  “Noticiero Radioperiódico Las Noticias” (audio en vivo). Ese espacio se conoce como “noticiero popular”: popular por su alta sintonía muy alta y porque está dirigido a las clases bajas y medias de la ciudad.

Terán no solo emite noticias con expresiones populares (“¡Que entre el diablo y se lo lleve!” ;“Es tan ratero que le dicen el sim card) o de doble sentido , sino que se presenta como amigo de políticos famosos y se ha convertido en un intermediario entre las comunidades y el Distrito. Las personas llaman para avisarle que en una cuadra están robando, que en un barrio no hay luz hace dos días o que están cobrando un impuesto predial alto en una manzana. 

Y Campo, como le dicen sus oyentes, llama al secretario encargado del tema, se reúne con un funcionario, presiona por sus micrófonos. Y muchas veces logra que se solucione el problema.

Además, Terán se mantiene en contacto con las personas. No se queda en su cabina radial

Campo Elías en la cabina

Va a los barrios con su noticiero

Campo Elías en barrios 4

Campo Elías en barrios 2
media entre pandillas, reparte mercados entre personas necesitadas, apoya competencias deportivas. Él lo ve como 'hacer trabajo social'. Otros lo ven como una forma de 'pre-comprar' votos. Para Terán no es así, porque “nadie mira a los que vendieron su voto después de las elecciones”, pero dice que él sí se preocuparía por ellos.

Terán es tan conocido por ello que su apodo, 'el mandarinosqui mayor', se refiere a su generosidad. La historia, contada por él, es que hace años se dio cuenta de que cuando los pensionados van a cobrar su mesada hay grupos de muchachas que los esperan para seducirlos y quedarse con su dinero. Al ver cómo los ‘pelaban’, se acordó de lo fácil que es pelar una mandarina, y los bautizó como ‘mandarinosquis’. Y, como, según dice, él regala y comparte todo lo que tiene, sus amigos lo terminaron llamando ‘el mandarinosqui mayor’.

Aunque Terán ayuda a la gente desde hace años, no desde que empezó su campaña política, los réditos son claros. Las personas a las que ha ayudado, las comunidades en las que ha mediado para bajar la violencia o los que escuchan cómo ayuda a resolver problemas de comunidades enteran lo admiran

Caminata apoyo Campo Elías

Como dicen los taxistas o los vendedores ambulantes, 'es que Campo ya es el alcalde ¿Te imaginas cómo será cuando gane las elecciones?'.

Por eso es que Campo Elías, con voz profunda de narrador de radio, con un tono pausado y mucho más sobrio que el que usa ante el micrófono, dice con seguridad 'me convertí en el ídolo de esa gente'. Y él se encarga de recordarlo: su logo de campaña

Logo campaña Campo ELías 2


son tres mandarinas sonrientes, para que todos lo recuerden como el ‘mandarinosqui mayor’.

 

 

 

 

 

“Yo vengo a hacer obras”


Cuando se le pregunta por qué decidió lanzarse a la alcaldía, Terán habla de un gran apoyo popular. La presenta no como una decisión propia, sino como su respuesta a de la gente que lo idolatra. Pero muchos dicen que no le cabe la ciudad en la cabeza.

Un perfil escrito por Ronald Rangel, un periodista de El Heraldo, dice que “a Campo lo ven débil a la hora de los debates profundos sobre temas de ciudad, administración pública y planeación”; el precandidato Luis Guillermo Otoya también criticó la falta de experiencia de Terán. No es una crítica gratuita: Terán no ha sido elegido para ningún cargo público, lleva 20 años sin trabajar en el Estado y no es parte de una familia de políticos.

Sus posibles rivales, en cambio, cumplen con uno o varios de estos ‘requisitos’: Miguel Raad pertenece a una familia de políticos (su hermano Elías es representante a la Cámara y su hermano Adolfo también es político) y fue gobernador de Bolívar, María del Socorrro Bustamante fue concejal de Cartagena, Silvana Giaimo fue presidente de la Cámara de Comercio de Cartagena y Viceministra de Minas, Jhonny Romero fue concejal de Cartagena y director de Tránsito de Bolìvar, José Raimundo Ricaurte fue alcalde local en Cartagena.

Terán se defiende. Recuerda su experiencia como administrador de salud en su departamento de origen, Córdoba, donde tuvo actividad política. Y argumenta: “Soy un hombre estudioso, trabajador, y, sobre todo, tengo el apoyo de Dios”, dice y anuncia que va a estudiar administración pública, “especialmente con el tema de contratación pública, que es por el que tantos terminan en la cárcel.”


Además, dice que quiere rodearse “de los mejores funcionarios”, aunque aún no sabe quiénes serán. Pero sí tiene claro que tiene algunos apoyos importantes. Por ejemplo, Juan Manuel Barraza, un empresario cercano a Andrés Pastrana, ex director del Fondo Nacional de Regalías y ex superintendente de Puertos, hijo del político conservador Rodrigo Barraza Salcedo y quien sonó como candidato a la alcaldía en 2007. Otros son los de Javier Marrugo, presidente del principal sindicato de trabajadores portuarios, la Unión Portuaria y cercano cercano a Angelino Garzón; Oscar Brieva Rodríguez, el nuevo director de Corpomomposina y antes director regional del Sena en Bolívar, secretario de Hacienda de Cartagena y asesor de la alcaldesa Judith Pinedo y cercano a los García Romero; y el lider afro y ex candidato a la alcaldía Nausícrate Pérez Dautt.

Esta diversidad de apoyos ha dado pie a que algunos digan que es ficha de la familia García Romero o de otros grupos políticos. Además, se dice que los amigos del ex senador Javier Cáceres, detenido por la parapolítica, lo están apoyando en la ciudad. Y eso no sorprende, pues Terán fue muy cercano al político conservador Adolfo Malo David, hasta hace algunos años aliado de Cáceres.

Esta variedad también refleja su deseo de no polarizar. Terán dice que quiere hacer “algo como lo que hizo Lula da Silva en Brasil”. Aunque tiene claro que su principal apoyo está en los barrios populares, Campo Elías evita ponerse de su lado y contra la elite Cartagenera. “A mi me reciben bien en el Club Cartagena”, dice. “Quiero que la clase empresarial tenga confianza en mí”, y recuerda que tiene apoyos de miembros de ella, como Barraza.

Sus propuestas, que aún están en construcción, buscan el consenso. Terán confía en el apoyo popular y dice que financiará su campaña con bazares en los barrios, con colectas entre grupos que le son cercanos como los taxistas y los mototaxistas. “Al pueblo siempre le pagan sus votos y no le ayudan. Yo les pido que me ayuden a hacer la campaña, porque van a tener una alcaldía a su servicio”.

A los empresarios les alarga la mano con dos propuestas. Es partidario de crear exenciones tributarias que permitan que más empresas se asienten en la ciudad y creen empleo. “Somos la segunda ciudad más exportadora del país, pero el 97 por ciento de lo que exportamos no es producido en Cartagena” recuerda. Además, quiere hacer obras. “Hay que hacer una unión con la sociedad de ingenieros y arquitectos para hacer obras para la movilidad. La ciudad necesita puentes, pasos deprimidos”. Es decir, contratos.

Y por esta vía de los contratos, Terán también le habla a la clase política. “Yo no peleo con ninguno de los concejales. La relación con ellos tienen que ser de jalar y luego soltar un poquito”. Dice que no tiene sentido no darle puestos a los concejales si ellos presentan candidatos idóneos. Y es más: “Si un concejal me pide que le de un contrato para hacer una calle, yo le pido que me mande la hoja de vida de la empresa a la que le quiere dar el contrato. Y si es bueno, miramos a ver qué se puede hacer”. Porque, según dice, a él le importa es hacer obras para que la suya sea una administración admirable. “Mira, sería la primera vez de un negro en la alcaldía. SI lo hago mal ¿cuándo volverá un negro a la alcaldía?”.

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Candidatura de Campo Elías Terán 

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