Con el anuncio ayer de que espera cerrar un acuerdo de paz con las Farc antes de final de año y sobre todo de que quiere que el ELN se sume a las negociaciones, el presidente-candidato Juan Manuel Santos reforzó su bandera de la paz en plena recta final de la campaña. Pero también le envió un mensaje a dos de los sectores claves en el paro agrario, en momentos en que están dispuestos a meterse de lleno en la movilización y en que eso podría hacer que ésta se le salga de las manos al Gobierno.
Con anuncio sobre el ELN, Santos busca apaciguar el paro
Con el anuncio ayer de que espera cerrar un acuerdo de paz con las Farc antes de final de año y sobre todo de que quiere que el ELN se sume a las negociaciones, el presidente-candidato Juan Manuel Santos reforzó su bandera de la paz en plena recta final de la campaña. Pero también le envió un mensaje a dos de los sectores claves en el paro agrario, en momentos en que están dispuestos a meterse de lleno en la movilización y en que eso podría hacer que ésta se le salga de las manos al Gobierno.
Si la semana pasada del paro fue el de las Dignidades más afines al Polo Democrático, ésta que arranca es el de los sectores campesinos y políticos agrupados en la Cumbre Agraria. A diferencia de los primeros, que jalonaron el paro de hace un año pero que llegan a éste menos coordinados y fuertes, las trece organizaciones reunidas en la Cumbre Agraria Campesina, Étnica y Popular son las que tienen en sus manos la llave para que el paro le estalle de nuevo en la cara a Santos a menos de un mes de las elecciones.
Justo al comenzar esta 'segunda fase' del paro, Santos lanzó el globo sobre un proceso con el ELN, que es poco novedoso y no vino acompañado de mayores detalles. Pero que envía un mensaje claro a varias de las organizaciones de la Cumbre sintonizadas con las negociaciones de paz en La Habana y con un eventual proceso con el ELN, como Marcha Patriótica y el Congreso de los Pueblos, para que sigan dialogando con el Gobierno.
Fue poco novedoso porque el Gobierno lleva ya un tiempo en acercamientos con el ELN y porque no es la primera vez que Santos menciona la posibilidad de abrir diálogos con este grupo guerrillero.
Sin muchos detalles porque el presidente sólo dijo que “es un reto que espero podamos abordar y ojalá podamos hacer que confluyan los dos procesos y terminar de una vez con todas las guerrillas en Colombia”. Por la noche, en Hora 20, le bajó un poco la caña y sólo aventuró que “estamos en ese coqueteo y hasta ahí puedo decir”.
Sin embargo, resulta clave porque para la Cumbre Agraria el tema de la “paz con justicia social” es central y algunos sectores en su interior, como el Congreso de los Pueblos y la Coordinadora Nacional Agraria (CNA), ven con simpatía que el ELN sea partícipe en una negociación con el Gobierno.
De hecho, entre los reclamos puntuales del pliego único de peticiones que redactaron las trece organizaciones hace dos meses en la Plaza de Artesanos de Bogotá está una “solución política al conflicto social y armado” que incluya el avance de los diálogos con las Farc en Cuba y la apertura de unos con el ELN.
Aunque cualquier negociación con el ELN está completamente supeditada a lo que pase con las Farc y está determinada por el ritmo de La Habana, el mensaje de Santos podría apaciguar las cosas mientras tanto.
En particular podría evitar que haya una ruptura en los diálogos entre la Cumbre y el Gobierno -que ya se han reunido tres veces en diez días- y garantizar que mantengan abierto un espacio de diálogo, evitando posiblemente una escalada en la intensidad el paro. Es decir, ayudar a que -como dijo ayer Piedad Córdoba- estratégicamente “aprovechen más bien ese espacio de interlocución”.
“Independientemente de que [el anuncio] se haya hecho pensando en la mesa, porque ya Santos había dicho en otros escenarios que le interesa avanzar en esos diálogos, ayuda. Es un mensaje de acercamiento, que genera confianza y de que se está en eso”, le dijo a La Silla una persona que ha seguido de cerca el proceso.
La cumbre, parando y dialogando al tiempo
Ahí están organizaciones políticas como la Marcha Patriótica y el Congreso de los Pueblos, campesinas como la Coordinadora Nacional Agraria (CNA) y la Mesa de Interlocución y Acuerdos (MIA), étnicas como el Proceso de Comunidades Negras y la ONIC indígena, sindicatos agrarios como Fensuagro y las zonas de reserva campesinas reunidas en Anzorc.
Varios de ellos estuvieron activos en el paro pasado, aunque cada uno por su lado y no coordinados como ahora. Algunos de ellos, como el Congreso de los Pueblos y la CNA, comenzaron a salir desde hace una semana, pero todos realmente calentarán motores ahora e irán escalando el nivel de protesta conforme avanza la semana y progresan los diálogos que seguirán manteniendo al mismo tiempo con el Gobierno.
Como dice una persona que ha seguido de cerca el proceso de la Cumbre, “es un escenario raro, como de 'hagámonos pasito' pero 'apretemos' al mismo tiempo”.
Eso significa que las movilizaciones que ya hay en zonas como el Catatumbo, Huila, el Magdalena medio y el triángulo entre Arauca, Boyacá y Casanare crecerán en los próximos días, al tiempo que aparecerán nuevas en el Tolima, Caquetá y Cauca.
La mayoría de esas regiones, en donde tienen fuerza los sectores sociales del Congreso como la Unión Sindical Obrera (Uso), la Asociación Indígena del Norte del Cauca (Acin), el Movimiento Campesino de Cajibío o la Federación Agrominera del Sur de Bolívar, son zonas donde tradicionalmente ha tenido presencia el ELN. Y muchas de estas organizaciones comparten algunos de sus planteamientos, como el rechazo a la explotación minero-energética, un punto que el ELN considera fundamental en cualquier agenda de negociación con el Gobierno.
“Esta movilización es para respaldar el pliego y la mesa. No estaremos bloqueando carreteras, para darle un mensaje positivo al Gobierno de que seguimos dialogando y negociando”, dice Marylén Serna, una de las voceras del Congreso de los Pueblos. “El proceso de Cumbre no es de bloqueo, solo hasta hoy están llegando a los 22 puntos de concentración en todo el país”, dice Rodolfo Vecino de la USO, el sindicato de la industria petrolera.
Como contó La Silla, su mayor exigencia es que se expida un decreto que cree esa mesa de negociación y le dé fuerza vinculante, como manera de evitar que se quede en el aire y no avance como sienten ellos que sucede con la que ya existe con la MIA desde el último paro. Hasta el momento se han reunido una vez con Santos y tres veces con el Ministro Aurelio Iragorri, con una cuarta reunión programada para esta tarde.
Luego también quieren compromisos en algunos puntos que consideran necesarios para generar confianza, como la creación de un fondo de 2,5 billones de pesos para fortalecer la economía campesina y en el que participen las organizaciones campesinas; reglamentar las figuras territoriales que están en la ley 160 del 94 y la ley 70 como las zonas de reservas campesinas; que el campesino reciba reconocimiento político y sea incluido como tal en los censos; y explorar figuras jurídicas que permitan liberar a los líderes campesinos de su línea encarcelados en el último paro, acusados de rebelión y financiación al terrorismo.
Parte del pliego único de la Cumbre Agraria gira en torno a reivindicaciones agrarias, como su oposición al Pacto agrario, su reclamo de un fondo de tierras para los campesinos que no la tienen y que los baldíos sigan siendo tierras de reforma agraria. Y otra parte trata temas mucho más políticos, como que la consulta previa cobije a las comunidades campesinas, que se prohiba a los extranjeros tener tierra o que la minería deje de ser considerada un actividad de utilidad pública.
Entre éstos últimos está el tema de la apertura de diálogos con el ELN, aunque en la Cumbre señalan que ese tema por sí solo no afecta su agenda social.
“No hay otra motivación en el paro a que se reconozca a la Cumbre Agraria como un interlocutor. No hay factores externos que cambien nuestra movilización y lo que es importante es que este ejercicio de diálogo avance en medio de la movilización”, dice Alberto Castilla, el líder campesino del Catatumbo y senador electo del Polo con 22 mil votos. “Decir que el paro en sí depende de los diálogos en La Habana y a un eventual proceso con el ELN no es acertado”, añade Marylén Serna.
De todos modos, consciente de la importancia que tiene el tema en la agenda política de la Cumbre, Santos les envió el mensaje para que sigan conversando.
De ahí a que los sectores en la Cumbre le bajen el tono a la protesta y la conviertan, como propuso Piedad Córdoba, en una movilización en favor de la paz todavía hay un trecho. Pero podría evitar que se intensifique y que los dos lados sigan conversando los temas en calma y no en medio de un escalamiento en el paro, que terminaría golpeando a Santos en la antesala de las elecciones y posiblemente también al proceso de paz en La Habana y a uno que no ha arrancado aún con el ELN.