Ayer por la tarde, en un Consejo de Ministros, Juan Manuel Santos definió su agenda legislativa para este semestre. Con la decisión de presentar como prioritarias las reformas pensional y de salud, el Gobierno aparentemente opta por no entrar en el pulso entre los ministros de Trabajo y Hacienda e intenta retomar el sello reformista que lo acompañó en sus dos primeros años. Pero, dado su capital político, la realidad del Congreso y el impacto en la opinión pública, es improbable que logre sacar la de pensiones.
Con salud y pensiones, Santos le apuesta de nuevo al reformismo
Ayer el Consejo de Ministros se reunió para definir las prioridades legislativas del gobierno en este semestre, el último antes de que las campañas electorales empiecen en forma. Foto cortesía de Javier Casella - SIG |
Ayer por la tarde, en un Consejo de Ministros, Juan Manuel Santos definió su agenda legislativa para este semestre. Con la decisión de presentar como prioritarias las reformas pensional y de salud, el Gobierno aparentemente opta por no entrar en el pulso entre los ministros de Trabajo y Hacienda e intenta retomar el sello reformista que lo acompañó en sus dos primeros años. Pero, dado su capital político, la realidad del Congreso y el impacto en la opinión pública, es improbable que logre sacar la de pensiones.
Juan Manuel Santos vuelve a jugársela por las reformas, como lo hizo en su primer año de gobierno. Foto: Juan Pablo Pino |
Rafael Pardo logró que la reforma pensional quedara con el aval del Gobierno. Foto: Juan Pablo Pino |
Alejandro Gaviria tendrá en sus manos una reforma a un sistema que la mayoría de colombianos siente que no funciona. |
Roy Barreras va a ser clave para las reformas en su papel de Presidente del Senado. Pero lo será aún más en la reforma a la salud, tema en el que tiene especial interés. Foto: Juan Pablo Pino |
Dilian Francisca Toro renunció ayer al Senado, por lo que no va a participar en la reforma a la salud. |
Desde la debacle de la reforma a la justicia, el Gobierno solo había presentado una, la tributaria, que no fue estructural y que es un animal común en el Congreso: Colombia suele ver una reforma tributaria cada dos o tres años, y el mismo Santos ya había presentado una 'mini'.
Pero esta vez, al presentar dos reformas complicadas, hay más retos. Santos ya no está a principios de su período, cuando es más fácil pasar leyes en el Congreso; la gran apuesta del Gobierno es la paz; Álvaro Uribe es un opositor que está empezando campaña y tiene eco entre los medios y algunos congresistas; y éstos ya están pensando en las elecciones.
Además, las dos reformas tienen efectos diferentes en la opinión pública y tienen que ser negociadas con actores muy distintos, lo que complica la tarea.
Por eso, Santos se guardó bajo la manga un as: a través de su Ministro de Interior, Fernando Carrillo, señaló que va a presentar las dos reformas pero no dijo cuándo, pues antes hay que socializarlas. Podría ser una forma diplomática de no entrar a zanjar la pelea entre Mauricio Cárdenas y Pardo pero tampoco tener que jugarsela.
Eso le deja el margen de maniobra para enfrentar una a la vez, de ser necesario, sin decir que una es más importante que la otra. Con eso, evita que quede ante la opinión pública que un ministro le ganó el pulso a otro, después de que se supo que había una rivalidad en el gabinete por cuál reforma debería ir primero.
El peso de las dos reformas
La reforma a las pensiones, aunque puede afectar los ingresos de millones de colombianos, no es un tema que impacte mucho la opinión pública.
Aparte de la molestia que se produce cuando se menciona aumentar las semanas cotizadas o la edad para acceder a la pensión (como la que protagonizó Angelino Garzón por una propuesta del entonces Ministro de Hacienda, Juan Carlos Echeverry, hace dos años), su discusión se suele quedar en círculos académicos o de expertos. No en vano en las encuestas ni siquiera se pregunta por ella.
En cambio, la salud es uno de los puntos débiles del gobierno. El tema ya venía ocupando un espacio importante en la agenda desde cuando el gobierno Uribe declaró la emergencia social para reformar el sistema, que se convirtió en un proyecto de ley cuando la Corte tumbó la emergencia.
Durante el gobierno de Santos la situación no ha mejorado, a pesar de que en 2011 hubo una reforma a la salud. Los problemas de atención a las personas se mantienen, al igual que la desfinanciación del sistema, y encima Santos puso la salud en medio de la agenda con su anuncio de que se había descubierto una mafia robándose los recursos de la salud.
Además, desde mediados del año pasado se discuten cuatro proyectos de ley estatutaria de salud, incluyendo uno impulsado por ocho ex ministros de esa cartera.
En la más reciente encuesta del Centro Nacional de Consultoría, es el segundo aspecto en el que menos encuestados califican su labor como buena (con el 20 por ciento, frente al 17 por ciento del empleo) y el segundo en el que más personas dice que lo ha hecho mal (con el 36 por ciento, detrás de la seguridad frente a la guerrilla con el 25).
Por eso, el gobierno le apuesta a sacar adelante la reforma a la salud. El problema es que aún esa reforma está a media cocción. En contraste, la propuesta pensional ya está bastante clara. Como contó La Silla, la idea es equilibrar las cargas entre los dos regímenes que existen y hacer que el Estado solo subsidie las pensiones hasta un salario mínimo.
¿Para dónde va la salud?
Alejandro Gaviria, Ministro de Salud, le explicó a La Silla que la apuesta este semestre no es sacar la ley estatutaria de la salud, sino reformar el sistema. Es decir, reformar la Ley 100.
“Yo habría preferido hacerlo al revés, primero saber el qué y después el cómo. Pero es muy difícil que las comisiones primeras aprueben la ley estatutaria y que ésta sea aprobada, así que todos los huevos los vamos a poner en la ordinaria”, dijo.
Más allá de eso, el Ministro prefirió no entrar en detalles. “Hoy vamos a ultimar detalles con el presidente”, afirmó.
Sin embargo, Gaviria ha hablado con otros medios para explicar en qué consistiría su reforma (si Santos lo apoya). A La Nación de Neiva le dio detalles de su propuestas. Estas incluirían crear un fondo único que recibiría todos los recursos para la salud y facilitaría su control; permitir que las clases más altas se salgan del sistema de salud y contraten pólizas privadas, reduciendo los subsidios del Estado para ellos; y asignarle a las EPS una cobertura territorial específica y limitada, para que puedan concentrar y mejorar sus servicios.
Lo que se viene
Si el Gobierno quiere presentar la reforma a la salud en marzo, el Ministerio tendrá que correr. Ayer Augusto Posada, Presidente de la Cámara, se quejó de la falta de coordinación en la presentación de proyectos del Gobierno y Roy Barreras, Presidente del Senado, dijo en Semana.com que no pueden volver a presentar los proyectos a última hora.
Aunque las decisiones del Gobierno de anoche responden a la inquietud de Posada y pueden reducir la de Barreras, en el tintero están otros proyectos que prometen mucha discusión, como la reglamentación del fuero militar y la ley de consulta previa.
Además, las dos reformas se enfrentarán a varios escollos. La pensional tendrá que convencer a los fondos privados que los cambios les convienen o no les afectan, o enfrentarse al lobby de Asofondos, que tiene buenas relaciones en el Congreso y un sólido equipo técnico; y al de los grandes dueños de esos fondos, Luis Carlos Sarmiento y el Grupo Empresarial Antioqueño.
En el caso de la salud, hay dudas en el mismo Ministerio. “El asunto, más que los elementos, es la solidez y claridad de los cambios y el músculo de negociación” le dijo a La Silla un asesor del Ministerio de Salud. La sensación es que no es fácil sacar adelante una reforma cuando el gobierno ha mostrado en el pasado falta de confianza en el sector, y ha empezado a hacer carrera la idea de que la reforma solo valdría la pena si se acaban las EPS. Además, para reformar la salud debe enfrentarse con una multiplicidad de actores, más difíciles de alinear que los cuatro fondos de pensiones.
Los actores son muchos pero mucho menos poderosos que los fondos de pensiones. Las dos baronesas de la salud, Dilian Francisca Toro y Piedad Zuccardi, no estarán en el Capitolio (a menos de que algo cambie en la situación de Zuccardi, porque Toro ya renunció a su curul), lo que puede hacer más fácil que la reforma se mueva como quiera el gobierno.
Quien sí estará, y seguramente tendrá mucho por decir, es Roy Barreras. Presidente del Congreso y médico, ya anunció que no aspirará a la reelección (lo que le daría más tiempo que a sus colegas para meterse de lleno en la reforma, si no lanza candidatos propios) y tiene influencia en el sector de la salud, como mostró el año pasado en su pelea con el sindicato de Caprecom y su pulso con el Ministro por mantener a Gustavo Morales en la Superintendencia.
En últimas, el reto de Santos está en sacar adelante estas reformas sin que se le enrede el camino a la reelección. Por eso lo más probable es que se la juegue solo por la de Salud, que es la que más impacto tendría sobre la opinión pública.
Nota de la Editora, Feb 20, 11:40: después de publicada esta historia, la actualizamos.