Investigará al alcalde de Bogotá por haber cambiado los diseños del metro. Es la primera vez que se mete directamente con Peñalosa.
El contralor: un nuevo dolor de cabeza para Peñalosa
El contralor de Bogotá, Juan Carlos Granados, y el alcalde Enrique Peñalosa.
Esta mañana, el contralor de Bogotá, Juan Carlos Granados, anunció que les abrió una investigación al alcalde Enrique Peñalosa y al gerente de la Empresa Metro, Andrés Escobar, porque al haber cambiado los diseños del metro de uno subterráneo a uno elevado le podrían hacer perder a la ciudad 146 mil millones de pesos en estudios.
El contralor parte de que el proceso para contratar la construcción de la primera línea del metro venía muy avanzado, debido a los estudios de diseño conceptual que contrató la administración de Samuel Moreno, y los de detalle que contrató y entregó Gustavo Petro en 2014, así como el aval que había dado la Nación para financiar la obra.
Por eso, la Contraloría cuestiona el cambio que hizo Peñalosa, pues a su juicio desechó lo ya avanzado. Y eso implicaría que se pierdan, al menos, los 146 mil millones que calcula que invirtió la administración Petro en estudios. Fue lo mismo que el exalcalde advirtió antes de terminar su mandato en 2015, cuando Peñalosa como alcalde electo anunció su intención de hacer el metro elevado.
La decisión de Granados tiene efectos en dos frentes. Por un lado golpea a Peñalosa, ya que lo pone a dar explicaciones, ya no ante los medios, sino ante una autoridad sobre su cambio de los diseños del metro.
El otro efecto es sobre el mismo Granados, a quien hasta ahora la oposición, particularmente el petrismo, lo ha visto como un contralor de bolsillo porque llegó al cargo con el respaldo de Cambio Radical (el partido que avaló a Peñalosa).
Además, sus decisiones más fuertes las ha tomado contra Petro, al ponerle una multa por 217 mil millones de pesos y abrirle un proceso en el que el exalcalde puede terminar sancionado por 300 millones de dólares, lo que podría enredarle la carrera presidencial.
Aunque Granados ha tomado decisiones que tocan a funcionarios clave de Peñalosa, el anuncio de hoy es mucho más fuerte porque involucra directamente al alcalde, toca una obra que es un sueño para muchos bogotanos y el motivo de la investigación engrana con el discurso de los impulsores de la revocatoria.
Más presión para Peñalosa
Peñalosa deberá demostrar ante la Contraloría que el cambio del diseño del metro tuvo suficiente sustento técnico.
Probablemente reiterará lo que ha dicho: que la devaluación del peso iba a hacer que el subterráneo costara más de los 13,7 billones estimados en el gobierno Petro, y por lo tanto su financiación era incierta; y que al hacerlo elevado en la Caracas es más barato y menos riesgoso, como concluyó Systra en los estudios de prefactibilidad que le contrató Peñalosa.
Aunque el proceso apenas comienza y la Contraloría puede concluir que Peñalosa no le hizo perder plata a Bogotá, con solo abrir la investigación plantea una duda grande que sirve para legitimar uno de los puntos en los que más han insistido quienes impulsan la revocatoria.
Pero como el proceso no frena las decisiones de Peñalosa, éste probablemente tendrá la oportunidad de abrir la licitación antes de que la Contraloría falle (un proceso de estos puede durar hasta cinco años) y justificar que sí hará el metro. Lo que está por verse es cómo lo argumenta y si esa entidad le compra la idea de que los estudios anteriores no se fueron a la basura.
Por eso, la investigación aprieta todavía más a Peñalosa para que saque adelante la licitación, y se suma a la presión que le metió hace dos semanas el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, que le pidió acelerar los estudios que permitan firmar, antes de que comience la Ley de garantías el 11 de noviembre, un convenio para cofinanciar el metro.
Si el Distrito no alcanza, el convenio deberá esperar hasta después de las elecciones presidenciales de mayo de 2018. Y como sin ese documento no se puede abrir la licitación del metro, Peñalosa incumpliría su promesa de abrirla este año y dejaría suelto el cabo de esta investigación en su contra.
Los golpes de Granados
Debido a la multimillonaria multa que Granados le impuso a Petro por bajar los pasajes de Transmilenio, y al proceso que le abrió por la recompra de la empresa de TGI, el exalcalde no lo baja de ser “la policía política” del exvicepresidente Germán Vargas Lleras jefe de Cambio Radical que muy probablemente será competidor de Petro en las presidenciales.
Sin embargo, la investigación sobre el metro se suma a otras dos sensibles para el alcalde.
La primera es contra la gerente de Transmilenio, Alexandra Rojas, a la que la Contraloría le embargó las cuentas porque al parecer le generó un detrimento a la ciudad de 2.800 millones de pesos al tomar decisiones equivocadas para afrontar la crisis del SITP.
Eso toca a Peñalosa porque, por más observaciones que él tenga sobre el SITP, se mete con la imagen que quiere proyectar de un gobernante que soluciona los líos que heredó y que sabe cómo arreglar el transporte de una ciudad a punta de buses.
La otra investigación fue la que Granados abrió contra Astrid Álvarez, presidenta de la Empresa de Energía de Bogotá y una de las funcionarias que le habla al oído a Peñalosa, por presuntas irregularidades en el pago de indemnizaciones a funcionarios que ella despidió tras llegar al cargo en enero de 2016. Fue algo que la bancada de Cambio Radical llevó al Concejo, como lo contó La Silla Cachaca.
Aquí el contralor no se metió tanto con una política representativa para el alcalde, sino con su círculo personal.
Esas dos investigaciones, como la nueva del metro, siguen andando. Y, sumadas, dejan claro que Granados, señalado como aliado del alcalde, por lo pronto se ha convertido en otro frente de preocupación. Falta ver si eso trasciende a las relaciones de Peñalosa con Vargas Lleras y Cambio Radical.
Este es el auto mediante el cual el contralor abre la investigación.
Investigacion de la Contraloría contra Enrique Peñalosa por cambiar estudios del Metro by lasillavacia on Scribd