A la profunda crisis que vive la Corte Constitucional desde que estalló el escándalo que tiene en juicio al magistrado Jorge Pretelt, se suma ahora la decisión que tendrá que tomar en los próximos días la Sala Plena frente a la tutela que decidirá si el otro magistrado polémico, Alberto Rojas, debe continuar siendo parte de esta corporación. Desde ya hay indicios de que Rojas, paradójicamente, está buscando su salvavidas en el bloque más anti-Pretelt, quien hasta hace poco era su antiguo aliado en la Corte.
¿Por qué Rojas se le volteó a Pretelt?
A la profunda crisis que vive la Corte Constitucional desde que estalló el escándalo que tiene en juicio al magistrado Jorge Pretelt, se suma ahora la decisión que tendrá que tomar en los próximos días la Sala Plena frente a la tutela que decidirá si el otro magistrado polémico, Alberto Rojas, debe continuar siendo parte de esta corporación.
Desde ya hay indicios de que Rojas, paradójicamente, está buscando su salvavidas en el bloque más anti-Pretelt, quien hasta hace poco era su antiguo aliado en la Corte.
El voto sorpresa
En los últimos días laborales de diciembre, y justo tres días después de que la Cámara de Representantes avalara el escrito de acusación por el delito de concusión en contra de Pretelt, por la presunta solicitud de 500 millones de pesos para favorecer el trámite de la tutela de Fidupetrol S.A., el magistrado Jorge Iván Palacio pidió a sus colegas nuevamente que le pidieran la renuncia a Pretelt.
Ese día, el magistrado Alberto Rojas hizo una sentida exposición sobre cómo había sido él también ultrajado por los medios, estigmatizado, etc, lo que llevó a pensar a algunos de sus colegas que votaría a favor de Pretelt.
Al fin y al cabo, Rojas y Pretelt habían sido cercanos desde antes de la llegada de Rojas a la Corte.
Como contó Darcy Quinn en uno de sus secretos, Pretelt había auspiciado unos años antes que la Corte Constitucional escogiera a Rojas como su candidato a la Contraloría General de la República. Y desde que entró a la Constitucional, habían trabajado en equipo en varios casos, algunos de ellos polémicos.
De hecho, en junio, cuando le imputó cargos por enriquecimiento ilícito y tráfico de influencias al abogado Víctor Pacheco, la Fiscalía sostuvo que tanto Pretelt como Rojas fueron utilizados por el representante de los intereses de Fidupetrol para “penetrar la Corte Constitucional y conseguir un fallo favorable”, según lo contó El Tiempo.
El fiscal del caso comprobó que, el 4 de octubre de 2013, el abogado Víctor Pacheco –quien reconoció que le había pedido a Pretelt y a Rojas que le ayudaran- se había reunido con Rojas Ríos previamente en dos oportunidades. Posteriormente, Rojas fue uno de los magistrados que seleccionó la tutela.
La sorpresa, entonces, fue grande cuando después de su sentida intervención en diciembre, Rojas se le volteó a Pretelt y se unió a los magistrados liberales María Victoria Calle, Jorge Iván Palacio y Luis Ernesto Vargas para presionar su renuncia.
Los otro cuatro magistrados -Alejandro Linares, Gloria Stella Ortiz, Luis Guillermo Guerrero y Gabriel Eduardo Mendoza- votaron en contra.
Ante el empate, optaron por sacar un comunicado que básicamente no decía nada sustancial y sobre el cual ni siquiera lograron un voto unánime.
Pero el voto de Rojas no pasó inadvertido, como lo reportó El Espectador: “El de Rojas Ríos es un voto, por lo menos, sorpresivo debido a la cercanía entre Rojas Ríos y Pretelt."
¿Por qué se volteó Rojas?
La explicación más plausible que corre en los pasillos de la Corte sobre por qué Rojas se ‘desmarcó’ de Pretelt es que está tratando de salvar su propio pellejo fortaleciendo el bloque de los tres magistrados más liberales y ‘anti-Pretelt’ que desde hace unos meses se ha vuelto una fuerza importante en sala plena porque suele votar unido. Así lo demuestran los fallos de los últimos meses. Con Rojas de su lado, ya tienen cuatro votos de entrada.
La permanencia de Rojas en la Corte ahora está en vilo porque la Sala Plena tiene que revisar la tutela que lo restituyó al cargo después de que el Consejo de Estado anulara su elección.
La tutela le tocó al despacho de Mendoza y fue seleccionada junto con la magistrada Gloria Ortiz.
Según las reglas internas de la Corte, las tutelas que van contra decisiones de la Corte Suprema o del Consejo de Estado deben ser decididas por la Sala Plena y allí se llevó este caso en noviembre.
En ese momento, estaba encargada una magistrada auxiliar pues todavía no se había elegido a Alejandro Linares para llenar la vacante, y ella se declaró impedida porque hizo parte de la misma lista de candidatos de la que fue elegido Rojas.
Entonces la presidenta de la Corte agendó la discusión sobre el impedimento para diciembre. Pero cuando llegó el día ya Linares había sido elegido y no tenía sentido discutirlo. Por eso la decisión quedó nuevamente pospuesta para ahora que la Corte retoma sus funciones.
Como está la Corte dividida ahora, el bloque de los tres liberales será clave en el futuro de Rojas. Y esto es lo que podría explicar la decisión de Rojas de abandonar en la mala hora a su antiguo aliado para votar con ellos contra Pretelt, un tema que se ha vuelto muy personal en la Corte no solo porque ha afectado su prestigio sino su mismo funcionamiento.
Desde que estalló el escándalo, Pretelt no va a muchas salas plenas, no firma las sentencias, y en general, ha creado un ambiente muy difícil para el debate en la Corte.
Ya es un buen augurio para Rojas que el despacho de Jorge Iván Palacio, a pesar de la importancia del tema, no le hubiera hecho ‘ficha’ en su momento a su caso, un paso previo para insistir en la revisión de una tutela.
Si la ponente del Consejo de Estado no se da cuenta antes de que venciera el plazo para solicitar la revisión, el polémico magistrado habría quedado atornillado en la Corte pues ningún otro magistrado podría haber insistido en seleccionarla.
Lo que viene
La presidente de la Corte tendrá que agendar la discusión de la tutela en los próximos días, ahondando las fisuras existentes, pues no será fácil para ninguno votar en contra de un colega de sala.
Por eso, la primera discusión será sobre si ellos mismos están impedidos para votar sobre el futuro de Rojas. Si alguno demuestra que sí tienen un interés personal en la decisión puesto que los afecta directamente quiénes son sus compañeros de sala porque son quienes votan sus ponencias, la decisión terminará recayendo en conjueces.
Deberán decidir si al elegir a Rojas se violó la regla legal que señala que las elecciones de magistrado en el Consejo de Estado deben ser secretas.
En la decisión que anuló la elección dijeron que dado que hay pruebas de que los magistrados se pararon para indicar su voto –incluso ante la protesta pública de algunos de su colegas como la magistrada Stella Conto- se había violado este procedimiento.
Pero en una decisión posterior de otra sala del Consejo de Estado, se determinó que la interpretación que hicieron de los hechos los conjueces y la magistrada Bermúdez había sido errada y que en realidad sí se había votado en secreto con lo cual Rojas Ríos volvió a la Corte.
La última palabra la tendrá ahora la Corte Constitucional. Pero el proceso para llegar a esa decisión enrarecerá aún más el ambiente de esta institución, justo cuando se prepara para definir aspectos cruciales de la paz.